Star Wars: Episodio VII - La fuerza regresó a la saga

17 Dic 2015
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Póster Oficial

Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana

STAR WARS
Episodio VII
El despertar de la Fuerza

Han pasado más de treinta años desde el estreno del Retorno del Jedi.  
Desde entonces, la mitología de la saga se fue expandiendo en otros medios
como novelas, series animadas, cómics e incluso video Juegos. Décadas después
George Lucas volvió a la saga para revelarnos al fin la historia de Anakin Skywalker.
Aquello fue  fiasco en el que la magia de Star Wars se había perdido. La desesperanza y el escepticismo aumentaron cuando Disney compró la franquicia y anunciaron una nueva trilogía. Por suerte el primer teaser tráiler cambió el panorama. Bajo la dirección de JJ Abrahms volvíamos a tener esa acción y narrativa típicas de la saga. Además, estaba el Halcón Milenario Al fin nuestros héroes regresaban a la gran pantalla. El costo fue perder ese universo expandido, que durante décadas había fortalecido la mitología de la saga. Lo de Disney fue tan duro como la orden 66 de Palpatine, pero un nuevo universo expandido nace de las cenizas. Allí aparecen los nuevos cómics, una serie animada, la promesa de una serie live action y por supuesto, ese Halcón Milenario que es el episodio VII. Todas las dudas convergen en una sola pregunta. ¿Estará a la altura de la trilogía clásica?



Durante años George Lucas habló de dos trilogías más de Star Wars. En el fandom esa idea era algo así como Dune de Jodorowsky, esa gran pélicula que jamás se filmó pero soñamos por lo que pudo haber sido. Sin embargo, a finales de los noventa la precuela se concretó y al fin conocimos la historia de Anakin Skylwaker. Lamentablemente fue una saga muy pretenciosa que estaba por encima de las posibilidades de Lucas. Su gran error fue olvidarse que Star Wars comprende una suerte de género muy definido. Su intento de volverla más compleja e introducir las tramas políticas a lo Dune fue un error enorme que terminó resintiendo la saga a nivel fílmico. El universo expandido de los cómics y novelas, que por entonces era canon, las superaba notablemente en calidad al punto de que el propio Lucas reconoció que no podría superar esas sagas que seguían después del Retorno del Jedi.

Para los fans fue todavía peor cuando Lucas vendió los derechos de Star Wars a Disney. Su excusa, más allá de los cuatro mil millones de dólares, era que sabía que la saga lo iba a sobrevivir y era hora de que una nueva generación de cineastas continuara con las luchas de sables láser y todo lo que encierra la fuerza. El miedo estaba, estamos hablando de Disney y la posibilidad de que todo mute acorde a los parámetros modernos de la empresa. Para colmo sacaron del canon a todo el universo expandido de Star Wars para desarrollar uno nuevo. También anunciaron una nueva trilogía que iba a continuar más allá del Retorno del Jedi. Sudor frío, paranoias, quilos de antiácidos entre los fans hasta que comunicaron el nombre del director que se hacía cargo del Episodio VII. J.J. Abrams, que antes había dirigido las nuevas películas de Star Trek y con esto se convertía en el nerd supremo. Respiramos tranquilos con una nueva esperanza. De a poco la promesa de algo especial se iba construyendo a base de rumores, la visita de Kevin Smith al sitio de filmación y su posterior emoción. Lo verdaderamente especial fue el regreso de Mark Hamill, Carrie Fisher y Harrison Ford, los protagonistas de la trilogía original a sus roles de Luke Skywalker, Leia Organa y Han Solo. Al fin llegó el tráiler y supimos que se venía algo especial.

Básicamente un fan que hace cosas para fans, el nerd supremo entendió lo que Lucas no. Star Wars tiene que ser Star Wars y punto. El despertar de la fuerza es aventura con muchísima acción, toques de humor y muy buenos personajes que vuelve tanto a las raíces que se termina convirtiendo en un remake muy inteligente de Episodio IV. Por supuesto, es una nueva historia dentro de la saga, pero los mismos personajes nos dicen que se enfrentan a algo parecido a lo que se enfrentaron antes. Sin embargo, la narrativa de J.J. Abrams y la calidad de las escenas de acción hacen que no le prestemos demasiada atención a eso y la película fluye.

En Episodio IV el peso de la nostalgia era lo que le daba fuerza a la historia. Era la nostalgia de eso que era ficticio, una historia que nos contaba Obi Wan Kenobi sobre una era de gloria en la que los caballeros jedis eran la columna vertebral de una república y encima tenía el aliciente de una tragedia familiar. Esta vez, al elemento nostálgico lo conocemos por la trilogía clásica y es cercano a nosotros. Por eso nos emociona ver a esos gigantes como Han Solo y Chewie que acaparan toda  la atención en todas las escenas en las que aparecen y dejan en claro que gran parte de la magia de la saga dependía de ellos y su química. Sin embargo hay que aceptar que esta nueva nostalgia es en realidad un pacto con los fans que queremos volver a ver a esos personajes  y le damos un elemento a Abrams para que esté cómodo. Basta con que aparezcan elementos como el holograma del Dejarik en el Halcón milenario para sacarnos una sonrisa. La realidad es que estos gigantes tienen que ceder el protagonismo a nuevos personajes como Rey, Finn y el nuevo R2D2, el carismático BB8 (aplausos por la campaña de marketing. Todos van a querer su BB8), que la verdad, sin arruinarles sorpresas, los van a sorprender bastante y son dignos de ser los nuevos rostros de Star Wars.

 

La película tiene un gran problema y es posiblemente debido a Disney y sus estándares televisivos. Los herederos del Imperio y los Sith, La primera orden tienen el poderío y la fuerza como para poner constantemente a los protagonistas en jaque. Sin embargo, no tienen peso como villanos y mucho menos la presencia escénica de Darth Vader y Palpatine. Simplemente intentan llenar el espacio que esos monstruos dejaron y el que tira los hilos no aparece lo suficiente como para que sepamos si está a la altura. Es más, parecen adolescentes ricos y caprichosos como los antagonistas de las series actuadas de Disney. Al menos está la posibilidad de que Kylo Ren sea una suerte de anti Luke y hayan giros en el futuro en su historia. De momento, los antagonistas representan una falla importante en esta película.

Al El Despertar de la fuerza le recae además el haberse convertido en la única historia canónica que continua después del episodio VI. Está a la altura, y recuperó la magia fílmica que convirtió en un mito a Star Wars. Sin embargo, es un comienzo que marca un estándar muy alto que van a tener que mantener o superar las nuevas entregas de esta nueva trilogía. Sea como sea, esta película representa volver a ver después de varios años, una Space opera de calidad en el cine y que encima es mucho más digna de formar parte de la saga que la precuela. Damas y caballeros, habemus Star Wars. 

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