Ich - Las máscaras del poder

20 Nov 2015
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Ilustración de Ariel Olivetti

Reseña de Ich
En esos momentos en los que las comiquerías están llenas, a veces se escuchan cosas interesantes. Cuando salió Ich, era simple y llanamente una nueva historieta que había ilustrado Ariel Olivetti. Los fanáticos del dibujo se convirtieron en pequeños Critters con ganas de consumir esas páginas, sin pensar en el guión o la historia. Era Ariel Olivetti ilustrando monstruos raros en la selva latinoamericana durante la época de la colonización de América y punto. Claro, no es un artbook, sino una historieta. Allí hay un guión y tarde o temprano esos locos del dibujo tienen que leerla. Entonces pasó a ser una versión latinoamericana y muy buena de Ben 10.

Sí, la mezcla de Ben 10 con esa parte de nuestra historia suena bastante extraño e incompatible. ¿A quién en su sano juicio se le ocurriría eso? Por suerte al guionista Luciano Saracino, no. Lo único que tiene que ver con ese personaje, es que el protagonista Ich, que significa máscara, se convierte en una suerte de avatares de animales que lo convierte en una suerte de super hombre. Sin embargo, el mismo Ich sabe que no puede hacer mucho contra un imperio. Es simplemente una persona que les da dolores de cabeza a los españoles, pero nada más. En este sentido, el guión tiene ciertas reminiscencias al Día del chacal o Proyecto Valkiria. Queremos que el héroe logre triunfar, pero sabemos que la historia tiene otro destino. En el caso de Ich, y como Saracino explica en su introducción ficticia, quedan solamente las leyendas, algunos vestigios en museos y la esperanza de que aparezcan en alguna investigación arqueológica.

Más allá de sus transformaciones y un intento de búsqueda interior, Ich no es un personaje que sea interesante. Como buen guionista inteligente, Saracino apostó por darle más protagonismo al antagonista, Sebastián de Loup. Un villano culto, muy inteligente, sádico y carismático. Es decir el monstruo refinado que se puso de moda gracias a Hannibal Lecter. Mientras Ich lucha y tiene pequeñas victorias, Loup investiga. Intenta comprender qué es lo que sucede y cuando al fin junta algunas piezas del rompecabezas, pasa a su estrategia sádica en la que no le importa sacrificar peones. Es más, lo disfruta. Pero es un personaje que está construido tan bien y tiene un carisma siniestro, que esto no importa. Incluso llega a ganar nuestra admiración, como Hannibal Lecter o Lestat de Lioncourt en Entrevista con el vampiro.

El paladín del dibujo digital, Ariel Olivetti, es un monstruo de la ilustración. Después de haber leído Ich, estoy seguro que tiene una de esas máscaras mágicas entre la tableta digitalizadora y la laptop. Lo ayudó a crecer artísticamente desde que era esa promesa en los primeros números del Cazador, en donde se divertía con esas viñetas de violencia sin sentido. Hoy es un artista maduro que tiene un estilo con tanta fuerza que impacta y a su vez tiene cierta elegancia y sensibilidad. Pero lo suyo es básicamente lo intenso, las escenas de acción y violencia fuerte. Este estilo lo ayudó a que sus viñetas crucen fronteras y llegue a editoriales como Dc o Marvel. Por algo, cuando salió Ich era una historieta de Ariel Olivetti y punto. En Ich encontramos eso, pero ambientado en una selva que intimida y los intentos de ciudades españolas que temen a esa selva. Es extraño, pero logra transmitir eso. Se luce cómo imaginan en la acción y las escenas de violencia. Ich es su excusa para crear monstruos que matan y dejan su estela de muerte alrededor de manera explícita. La única contra de su labor en esta historieta, es el color. Grita digital, artificial y plástico. Todavía le falta dominar las paletas digitales, porque en muchas viñetas el coloreado no logra la fuerza que tiene el dibujo.

Entre monstruos, magia y el destino fatídico de lo que le espera al protagonista, Ich es un buen cómic. Entretenido y original. El guión no llega a ser brillante, pero tiene el peso suficiente para que no sea solamente un cómic que dibuja Ariel Olivetti. Eso sí, el dibujo se luce en cada viñeta y si son de los que compran cómics solamente por el dibujo, este es su libro. 


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