Green Lantern / Green Arrow - Cuando los problemas sociales impactaron en el cómic
En los setentas la sociedad norteamericana vivía grandes
cambios en su forma de pensar. El
asesinato de Kennedy y una guerra de
Vietnam que llevaba a los Estados Unidos a la derrota, le habían quitado la
inocencia al american dream. Aún
faltaban un par de años para el escándalo Watergate
y la caída de Nixon.
Los cómics también habían vivido sus cambios. En los
sesenta, Marvel se había convertido
en un hito moderno gracias a su apuesta de superhéroes con problemas reales.
Peter Parker, Reed Richards y los suyos habían ido más allá en los setentas,
donde la apuesta era lo cósmico.
La editorial DC
Comics tenía que cambiar a sus personajes para no perder contra esto. ¿Qué mejor que un personaje segundón para
probar suerte? Green Arrow había
perdido su fortuna en las páginas de la Justice
League of America, y de ser un playboy millonario, pasó a ser un vigilante
callejero simpatizante de las ideas progresistas, las causas sociales y el
liberalismo, especialmente con un guionista liberal que había sido periodista, Dennis O'Neil. No por nada se decía que
alguien ponía sus ideas en boca de Oliver
Queen. Para completar el cambio, el genial Neal Adams, que llegó del mundo de la publicidad, le dio un nuevo
Look que lo asemejaba a un Robin Hood moderno.
Sea como sea, el personaje funcionó perfecto en ese Estados
Unidos que estaba a punto de perder la
guerra de Vietnam, y donde las ideas políticas liberales estaban más fuertes
que nunca.
Todavía necesitaba un empujón más para hacerse famoso, y esa
necesidad de mezclar los parecidos lo llevó a Green Lantern. La serie estaba
pasando por un mal momento, los conceptos de Space opera y noir con super
heroes, podrían haber andado en los 60s, pero ahora la gente estaba cansada de
eso. Las vueltas sentimentales de Hal
Jordan cansaban. En una de esas
decisiones editoriales inteligentes, la Dc decidió experimentar con estos dos
personajes. Necesitaban dar un golpe al estilo de la Marvel, apuntar a lo
social y que sus personajes sufran en un entorno realista... Sin embargo fueron
más allá de eso.
Fue en ese glorioso número 76, en el que el cómic pasó a
llamarse Green Lantern/Green Arrow, donde la dupla de Neal Adams y Dennis O'Neil ¿Les suenan? trataron por
primera vez temas socialmente relevantes en los cómics de súper héroes. La
crítica social era algo del cómic under, las historietas de autor. Sin embargo
desde ese número se trataron temas que por ese entonces eran fuertes como el
racismo, la superpoblación, la discriminación, la contaminación, las drogas.
Desde la perspectiva del superhéroe en un medio comercial supuso una novedad
enorme y fue el soplo de aire fresco que los personajes necesitaban. Si bien
las historias siguen una línea de aventuras y ciencia ficción, la manera en la
que tratan los temas, duele. Se nota la base periodística liberalista, por lo
que algunos números siguen impactando a pesar de haber sido escritos en los
setentas y a otros se les nota el paso de los años. O'Neil utiliza al medio como un elemento de
demanda. Se explaya con sus opiniones dentro de los cuadros de texto, y logra
adaptar las caracterizaciones de los personajes a estos temas, haciéndolos más
maduros. Los dos números donde el ayudante de Green Arrow, Speedy, es un adicto
a la heroína y logra recuperarse marcaron un antes y un después en cuanto a la
pérdida de inocencia y la crudeza con la que se trató el tema dentro del noveno
arte, al punto de que se arriesgaron a editarlos, aún sin que tengan el sello
de aprobación del Comics Code. Incluso introdujeron a un Green Lantern negro,
John Stewart.
Los dibujos de Neal
Adams tienen todos sus elementos característicos, es decir, la sutileza en la
acción, las poses elegantes, los escorzos.
Esto brinda mucho hincapié a las expresiones lo que da mucha mayor
verosimilitud a los temas que se tratan. El rostro de Dinah Lance apiadándose
de Roy es increíble, la bronca de Hal Jordan cuando ve la injusticia social en
el pueblo de Desolation, hace que uno también sienta bronca.
En el documental 75 years of Dc comics, O'Neil explica por
qué los personajes se complementaron tan bien. Green lantern necesitaba alguien
que le abra los ojos frente a lo social. Era un héroe espacial en un cuerpo de
policías. En cierta forma era el mejor policía de la historia, pero un policía
al fin. La ironía estaba en que Hal no sabía que los grandes males no venían
del espacio, sino que estaban inmersos en la sociedad y corroían a ese sistema.
No por nada la página donde un hombre de color le saca en cara de que ha
salvado a seres de piel naranja, violeta pero jamás hizo nada por los negros,
se ha vuelto un clásico. Al ser un héroe espacial, al mando de los Guardianes
del universo, no podía enfrentarse a esas cosas. Green Arrow les insiste a
Guardianes, los jefes de Green Lantern, de mostrarles ese mal del
que habla, y ellos para corroborar, envían a un guardián para que recorra el
país junto a los dos héroes, y así aprenda de la humanidad y sus problemas
reales en un road movie comiquero.
Lástima que como todo lo bueno, tuvo su final. En el número
89 se hizo una apología bastante directa a la crucifixión de Cristo. El dúo y
un ecoterrorista son literalmente crucificados con cadenas en las colas de
aviones. Esto generó tal controversia, que la serie fue cancelada. Se editaron
unos números en el complemento de Flash para cerrar todo, y es donde Green
Arrow mata por accidente y termina reflexionando sobre la vida en un monasterio
por el cargo de conciencia. Un excelente final, pero nos quedamos con ganas de
más.
No por nada esta saga se ha convertido en un clásico, al que
hacen referencia seguido. Ese viaje por los Estados Unidos reales, vive en la
memoria de todos los comiqueros. Y Green Arrow, jamás ha tenido tanta razón
como cuando le habló a los guardianes.