Alan Moore, el creador de Watchmen y V de Vendetta
La escritura en cualquiera de sus facetas, es una de las
mayores causas de úlcera y problemas nerviosos. El exceso de café u otras
substancias a los que están sometidos los escritores es enorme, y encima tienen
que convencer a que la gente lea lo que escriben cuando comienzan en el mundo
de las letras. Llegar a una editorial es todavía más complicado y… mejor no sigo.
En pocas palabras, es un oficio difícil. A pesar de todo, hay algunos autores que encontraron
la forma de escribir dos o tres obras maestras seguidas. En este club tan
selecto encontramos a personajes como Rudyard Kipling, Jorge Luis Borges,
Hermann Hesse y el guionista Alan Moore.
Lo de Moore va más allá. No solo es escritor, sino además
mago. Sus excentricidades, el look a lo Merlín, y sobre todo, su afinidad a la
magia, lo han convertido también en un ícono.
Centrándonos en el marco de la escritura, hay que remarcar
que gracias a sus guiones logró dignificar al medio historietístico desde un
lugar netamente comercial como un arte complejo. Para esto se sirvió de un
dominio narrativo impresionante que no tiene nada que envidiar a la literatura
en cuanto a técnica. A esto lo podemos ver en obras como “V for Vendetta”, “Watchmen” y “Promethea”- No hay dos obras idénticas de Moore. No se dejó
seducir como Neil Gaiman, en quedarse en una fórmula literaria que vende
y jugar con las variantes que ésta ofrece, sin apostar nunca a algo nuevo. Lo
que justamente llama la atención de este escritor, es la capacidad de reinventarse,
y explorar diversas facetas narrativas de la historieta.
Primeros pasos
Como la mayoría de los guionistas ingleses de su época, sus
primeros pasos se dieron en las revistas
“2000Ad”, “Doctor Who Magazine” (aquí sentó las
bases para la guerra del tiempo, muy importante en la serie televisiva Doctor
Who del 2005) y “Warrior”, todas orientadas
a la ciencia ficción. Sus primeras obras demostraban un gran potencial y su
capacidad para darle vueltas de tuerca muy inteligentes a argumentos conocidos
del género. Su primera obra importante, “La balada de Halo Jones”, cuenta la
vida de una adolescente dentro de un mundo futurista, superpoblado en el que ir
de shopping se convierte en algo peligroso. Gracias a este tipo de
situaciones cotidianas, que se vieron alteradas en esta sociedad, la historia de Halo Jones se centra en la
necesidad de escapar sin pensar en las consecuencias (que da
inicio realmente a lo que es el fuerte de la saga). Lamentablemente nunca la
concluyó y sólo salieron cuatro capítulos de los nueve programados.
V For Vendetta – Revista Warrior
En la revista Warrior
se publicó su primera obra maestra, “V
For Vendetta” (V de Vendetta), ilustrada por David Lloyd. Esta se alimenta mucho de 1984 de George Orwell y reinterpreta la novela.
Moore inspirado escribe otra obra maestra, Marvelman
(o Miracleman), que hoy, debido
a conflictos legales por los que pasaron años sin que se reimprimiese, no tiene
el reconocimiento que merece por parte del público masivo. Aquí nos muestra una
de las variantes del súper héroe en un mundo creíble: el endiosamiento (literalmente)
del súper hombre y supuso una gran novedad en su momento. En Marvel Uk escribe una saga que daría qué
hablar, y prepara para lo mejor que va a venir, “Captain Marvel”. El autor cambia el origen de este personaje y
experimenta narrativamente con realidades alternativas, sus manipulaciones, las
dualidades de los héroes y la locura de los que tienen el poder absoluto. Esta
obra le sirve de ensayo en donde explora estos temas. Muchos conceptos son
reutilizados más adelante, sobre todo en “Swamp
Thing” (La cosa del pantano).
Salto al mercado norteamericano
Ya con cierto renombre, Alan Moore recibe una llamada de Len Wein, una de las figuras más
importantes de Dc Comics, para que escriba "Swamp Thing". Nuestro héroe barbudo toma esta llamada como
una broma y cuelga. Por suerte Wein insiste, y esta llamada hace que cruce el
gran charco. En Dc Comics reinventa
el género de terror de los cómics. Le da un peso metafísico en su etapa de
Swamp Thing y además redefine al personaje. Pasa de ser un hombre que renace
como vegetal, a un elemental de la tierra. Swamp Thing es ahora una planta que
absorbió la consciencia de un hombre para emular su comportamiento. En la saga “American Gothic”, les da el gusto a
los dibujantes Steve Bissette y John Totleben de ilustrar un personaje
con la cara de Sting. A su vez él aprovecha a este personaje con la cara del
cantante para crear un mago urbano y contemporáneo: John Constantine. Las influencias de Gandalf y Merlín desaparecen.
Constantine es un mago amoral de clase obrera, joven y sabe moverse en un
entorno urbano. También es un gran manipulador que parece estar siempre un paso
más delante de los otros a los que usa. El carisma de este personaje le valió
su propia serie, “Hellblazer”.
Luego vuelve a sorprender con dos obras
de Superman: "El hombre que lo
tenía todo", que cuenta la vuelta a Kriptón en un sueño donde las
cosas distan de ser perfectas y “¿Qué le pasó al hombre del mañana?”,
una suerte de punto final a la historia del personaje. Nos muestra que Batman y Joker (Guasón) son
las dos caras de la locura en “La broma
asesina” – Las ilustraciones de un Brian
Bolland inspiradísimo, hacen que la historia se luzca aún más y que leer
este cómic sea una experiencia que no deja indiferente a nadie.
En Dc Comics nace
su obra más conocida, que para muchos es el cómic más importante: “Watchmen”. El encargado de los dibujos
es Dave Gibbons. De hecho, para
crear un universo narrativo complejo, crea un cómic dentro del cómic, “El navío negro”, y al final de cada
número agrega material extra que va desde entrevistas “reales” a los
personajes, artículos científicos por parte de Owlman 2, y otras cosas que
hacen que la obra sea inmensa. Lamentablemente, Dc no respetó al genio, y este
se alejó del mainstream por años en una especie de “retiro”.
Nuevos rumbos
De este retiro nace el cómic histórico “From Hell”, que nos muestra la naturaleza obsesiva de Moore a la
hora de hacer una investigación histórica y exponer su teoría sobre quien fue
Jack el Destripador. En esta época escribe obras de teatro experimentales, como
“Serpientes y escaleras” y “El amnios natal” que posteriormente Eddie Campbell, dibujante de From Hell,
adapta a cómic.
En los noventa nace la editorial independiente Image, a la que parten todos los
dibujantes estrella de Marvel comics, disconformes con el trato de la empresa. En
realidad se convierte en un “mainstream alternativo”, Jim Lee y Rob Liefeld se
ponen en contacto con el guionista para que le de mayor coherencia a ese universo. Aquí escribe obras
comerciales más simples a las que nos tiene acostumbrados, como “Supreme”, una muy buena revisión del
mito de Superman, “Spawn Flood feud”, “Violator”,
y una etapa en “Wild C.A.T.S.”.
Antes de su llegada a esta última, la historia se centraba en la guerra de
Kerubines contra Daemonitas en la tierra. Cuando él llegó a la serie,
descubrimos que en realidad era una farsa. Los Kerubines la ganaron hace años y
nunca avisaron porque la tierra estaba demasiado lejos. Allí aprovecha para
tratar los abusos de la post guerra y mostrar que se pueden crear nuevos súper
héroes interesantes con nuevos poderes, un buen entorno (en este caso urbano) y
por supuesto, mucha carga psicológica.
America's Best Comics
Gracias a esta vuelta al mainstream, Moore se anima cocrear el sello America's Best Comics (ABC), donde
busca la magia de los cómics y los pulps de antaño en “Tom Strong”, un
personaje que tiene historias geniales, sin ser complejas. En “Promethea” deja ver su lado mágico en un ensayo disfrazado de cómic sobre la magia del caos, su relación con La Kabbalah
y el mapa del universo. Aquí vuelca toda
su sapiencia al punto que algunas páginas pecan de ser densas. El flujo de
datos es enorme, pero gracias a los dibujos de J. H. Williams III, Promethea atrapa. Es una obra en la que aplica lo
que él considera el mapa de la existencia, a una historia que es aparentemente
de súper héroes, y nos obliga a aprender de magia. Nos hace cuestionar la
realidad, entre otras cosas. En la “La liga de los hombres extraordinarios” une a personajes clásicos de la literatura inglesa en una suerte de grupo de superhéroes y escribe una de sus sagas más
divertidas. En estos cómics hay mucho humor negro y crítica social. Hay que remarcar “Top ten”, una obra policial coral, con
mucho, pero mucho humor, e ideas muy originales. Trata de un cuerpo de súper
policías en una ciudad donde TODOS tienen súper poderes. Obviamente las leyes
cambian, al igual que los crímenes y la forma que tiene la policía de
enfrentarlos.
Actualmente está un poco alejado del cómic. Disfruta su
tiempo tomando té con masas y haciendo cosas de magos. Cada tanto nos da muy
buenas obras, pero sin volver a llegar a la genialidad de antaño.
Alan Moore - Sobre la escritura y los escritores