Cine de verano: Glass (2018)

24 Ene 2019
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Glass (2018)

En estas eternas vacaciones lo único que estoy haciendo es leer comics y mirar mucho cine. Vamos a hablar de Glass, que es la que vi este fin de semana.

Dije cine de verano porque es raro el tipo de cine que estoy viendo estos días, normalmente a estas alturas estoy viajando o viendo las nominadas a los Oscars que me quedan.  Las películas sin ser malas o buenas son distintas, el cine de verano para mí es más descontracturado e intento cargarles la menor profundidad a sus tramas. No me malinterpreten, no soy de los que dicen que no ven dramas porque “para drama está la vida”, solo es una época del año.

Lo que quería ver

Secuela de El protegido (Unbreakable, 2000) y Fragmentado (Split, 2016), de M. Night Shyamalan. Continuando desde donde lo dejó Fragmentado (Split, 2016), Glass sigue los pasos de David Dunn (Bruce Willis) en su búsqueda por la figura superhumana de "La Bestia". En la sombra, Elijah Price (Samuel L. Jackson) parece emerger como una figura clave que conoce los secretos de ambos.

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Lo que me encontré

La clave de esta película es no ir con mucho hype (entusiasmo), sino ir tranquilo y a pasarla bien. La crítica ya está haciendo estragos, la sepultaron con sus comentarios negativos, que podrán tener razón en varios aspectos, pero la película llega con lo justo a un buen entretenimiento, sin ser la gloria, y sin llegar a lo que nos prometió después de las dos entregas anteriores. Sinceramente, no tiene la grandilocuencia de un episodio final de la trilogía como debió ser. Shyamalan tiene muy buenas ideas y es un gran director, su problema es su desarrollo, nunca sabe hasta dónde llegar, las famosas vueltas de tuerca tienen un límite, hay un punto que nos deja de sorprender porque la estamos esperando con anticipación. Tiene una historia que por momentos te sabe llevar, pero se estanca y deja de crecer, continuando con un desenlace con apenas un destello de originalidad.

Sobre el nivel actoral no hay mucho para decir, son excelentes, lo que hace James McAvoy con las distintas personalidades es de no creer, de todas maneras, me parece que nuestro director hizo uso y abuso de las transformaciones, volviéndose en un momento hasta repetitivo. Bruce Willis y Samuel L. Jackson son ellos, y ni hablar de Sarah Paulson, es brillante, no deja de sorprender, no importa el papel que le des. Anya Taylor-Joy en un papel totalmente desaprovechado, había mucho para decir y quedo rezagado.

En fin

Una película que no te va a sorprender, pero sí a entretener. Llega 10 años tarde, antes hubiera sido rupturista, ahora es una más.

 

 

 



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