El silencio de los productores
Más justo, imposible. El documento final del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) ha sido publicado un mes antes del cambio de manos en el país del norte. El 20 de enero, Barack Obama entregará el mando a Donald Trump y ese mismo día entrará en vigencia plena la autorización para la reapertura de ese mercado al limón tucumano. En la Argentina, funcionarios y productores cortaban clavos. Había una presunción de que -en estos días- entregaban la llave de acceso a un mercado restringido por imperio del lobby californiano. Tres veces viajó el gobernador Juan Manzur a Washington. Tres veces les tocó la puerta a las autoridades de USDA para que avance un proceso que se veía venir. Y que fue el resultado del trabajo conjunto con el Gobierno nacional. Por eso hoy, en la Quinta de Olivos, el presidente Mauricio Macri y el mandatario tucumano harán formalmente el anuncio. Como sucedió a principios de año cuando el jefe de Estado nacional permitió ampliar del 10% al 12% anual el aporte de bioetanol en la producción nacional de naftas. Esto ha generado un ingreso para Tucumán, Salta y Jujuy de $ 3.600 millones, de acuerdo con los datos del Ministerio de Agroindustria de la Nación.

No bien se publicó el documento oficial en el sitio oficial del Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (www.aphis.usda.gov), dependiente de USDA, las acciones de una de las principales citrícolas instaladas en Tucumán se dispararon un 4,3% en las pizarras bursátiles, una buena señal del mercado.

Sin embargo, los productores citrícolas se mantuvieron en silencio, una conducta que adoptaron los referentes de las principales actividades productivas tucumanas. De acuerdo con los cálculos oficiales preliminares, esta temporada se comercializaron alrededor de 270.000 toneladas de fruta fresca, a un precio por encima de los U$S 1.100. Y es posible que la actividad reporte entre U$S 750 millones y unos U$S 800 millones en exportaciones, poco más del 50% de las ventas exteriores de productos tucumanos.

El mismo silencio que los citricultores adoptaron los azucareros que arrancaron la zafra con un precio interno de $ 180 la bolsa de 50 kilogramos hasta llegar a cerca de $ 400. No hay tantas quejas, ni demasiados lamentos. Ha sido una buena zafra, tan beneficiosa que los precios de exportaciones llegaron a multiplicarse por cuatro. Pero también esta temporada será recordada por el pase de manos de algunos ingenios. Y la posibilidad de que en la próxima campaña ingresen nuevos jugadores al mercado azucarero.

La tercera producción “vedette” de este año recesivo e inflacionario ha sido el arándano. Según el gobernador, este año salieron desde el aeropuerto Benjamín Matienzo alrededor de 5.300 toneladas de arándanos, sin contar las que se embarcaron en los puertos o las que partieron desde Ezeiza. Según el Ministerio de Transporte de la Nación, desde la aeroestación tucumana partieron 78 vuelos operando en forma simultánea con los vuelos comerciales y sanitarios, sin restricciones y durante las 24 horas. De las más de 5.000 toneladas exportadas, el 70% salió en vuelos diurnos.

Los efectos de una mejora productiva han permitido sostener la empleabilidad en la agroindustria. Pero en Tucumán ha otros sectores que también requieren atención. Las luces amarillas se encendieron en la actividad textil. Y, desde algún tiempo, también viene golpeada la construcción. El turismo, en cambio, cierra una temporada histórica, con casi dos millones de visitantes en el año del Bicentenario. En los últimos días de este 2016 se está cerrando una operación de inversores hoteleros locales que adquirieron un establecimiento con una ubicación óptima para el turismo, a dos cuadras de la Casa Histórica, en el corazón de la ciudad. Párrafo aparte para las reformas del aeropuerto Benjamín Matienzo y el posible desembarco de la compañía Avianca, que reportará mano de obra directa e indirecta. Es saludable para una provincia tan castigada y alejada de los puertos como Tucumán que haya reactivación. Lo deseable sería que el año electoral no arriene el trabajo conjunto, entre Nación, provincia y empresarios, que está permitiendo que Tucumán recupere su rol estratégico en la región, como centro de consumo y producción del NOA.

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