Jorge Drexler: “para mí, la sencillez es un atributo”

Jorge Drexler: “para mí, la sencillez es un atributo”

El uruguayo se presentará con Luciano Supervielle y brindará un concierto con un formato electroacústico y minimalista.

Jorge Drexler: “para mí, la sencillez es un atributo”
Lleva editados 14 discos y no son pocos los artistas internacionales de renombre que han grabado sus temas. Sus canciones han sido incluidas en numerosas películas, como “No sos vos, soy yo”, “Retrato de mujer con hombre al fondo”, “Las razones de mis amigos”, “Antigua vida mía”, “Spoils of war”, “Cándida” o “El nido vacío”. Y ahora llega a esta ciudad portando temas de “Bailar en la cueva”.

El uruguayo Jorge Drexler, instalado ya en Madrid desde hace algunos años, compone canciones simples, con armonías sencillas y nada rebuscadas, lo que le ha valido una gran respuesta popular. En esta gira, denominada “Perfume”, estará acompañado por Luciano Supervielle (integrante de Bajofondo), con un show que -anticipó- tendrá formato minimalista y electroacústico.

Durante una entrevista telefónica con LA GACETA, el músico elogió el minimalismo y la canción como género, y reiteró que su objetivo es emocionar a su público. “Estoy muy contento de volver a Tucumán, y sobre todo de actuar en el teatro que lleva ese nombre, Mercedes Sosa, que ha sido una referente y a la que siempre admiré”, le dijo el compositor a este diario.

-¿Cómo será tu show?

- Es un show electrónico minimalista, electroacústico. Con Luciano estamos muy activos y él trabaja con la electrónica. A veces uso formato más grande, pero esta gira es un movimiento pendular, porque paso de una gira muy grande, acústica, con ocho músicos, a esta con elementos electrónicos, en la que sólo somos dos en el escenario.

- Te movés en diferentes formatos ¿te sentís cómodo así?

- Me da placer moverme, salir de un lugar y entrar en otro, porque a veces hay que salir de la zona de confort; la comodidad no es lo más importante para un artista. A veces, hay que estar incómodo para innovar… Y me siento muy afortunado con este trabajo.

- Y es importante para el artista incomodar a su público también; joder o molestar con su arte…

- Joder no creo, busco un punto intermedio entre la complacencia y el “joder”. No quiero ser complaciente, pero tampoco “joder”. Intento emocionar, ese es mi objetivo, lo que es complejo, porque requiere a veces inquietar… Pero te aclaro: cuando voy a ver una película, me gusta estar bien y no siempre que me inquieten.

- Me refería, por ejemplo, que algunos cantantes critican a las instituciones...

- No se puede hablar mal de las instituciones; es fácil hablar mal… Pero es una banalización, no se puede generalizar ¿De qué institución hablamos? Porque la escuela pública también es una institución. Me parece una idea muy juvenil de la rebeldía.

- ¿A qué le cantás?

- Más que cantarle a algo, te digo que canto desde mi experiencia personal, desde mi propia emoción. Busco que al que escuche y me vea le cambie algo esos tres minutos de canción, busco emocionarlo. Muchas veces escribo sobre lo que puedo y no tanto sobre lo que quiero; no siempre se puede, porque hay límites. Recuerdo cuando (Eduardo) Galeano decía: “Es fácil escribir y no tanto vivir lo que se escriba”. Los límites son muy importantes, te enseñan, como a (Lionel) Messi, a moverse en una baldosa… Nunca confundí la ausencia de límites con la libertad, porque la libertad es aprender a moverse entre los límites. Stravinsky decía algo muy valioso: “Cuanto más me limito más me libero”.

- Un par de veces te escuché en Buenos Aires y creo que tu música es sencilla…

- Lo tomo como un elogio, por supuesto. Para mí, la sencillez es un atributo, me causa mucha alegría lo que decís, porque me gusta la síntesis, trabajo con eso. No soy un músico del ámbito del desarrollo, de largo aliento, como se dice generalmente, como un novelista; me dedico a la canción, que es decir mucho pero en tres minutos. Trabajo con la consigna de menos es más; soy minimalista en ese sentido.

ACTÚA MAÑANA

• A las 22, en el Teatro Mercedes Sosa, en San Martín 479, junto a Luciano Supervielle

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