Por Roberto Espinosa
15 Enero 2014
La voz despliega las alas del requiebro. Se abraza a la tristeza. Deshoja el amor en el “Aire de la zamba niña”: “quiero cantar para vos... sé que has sellado mi alma con hondas raíces de eternidad”. El canto se viste de fiesta cuando chacarerea “La alabanza” allá en Mailín, o se vuelve juguetón para seguir a ese “Gatito pendenciero” o pura ternura para acariciar a “El mulatito”. La cantante estadounidense Annelise Skovmand, el guitarrista tucumano Pablo González Jazey y el pianista Pablo Manuel Arroyo conforman Rosa Incaica. “Norte”, su última producción cuenta con destacados invitados (Lucho Hoyos, Luna Monti, Juan Quintero, entre otros). Recorren un variado repertorio, desde Yupanqui y los Ábalos a Charly García, pasando por una poco conocida zamba de Piazzolla con Pocha Barros. Pese a ser extranjera y mezzo lírica, Skovmand aborda nuestra música popular con naturalidad, sin énfasis. Con Hoyos hace un dúo memorable en “Coca mama”, especialmente, en “Nostalgias santiagueñas”. La “Vidala para mi sombra” es un rezo que moja hasta adentro del alma; la joya de este registro. Los arreglos son imaginativos y de buen gusto. La voz de Skovmand es un pétalo que acaricia el corazón.
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