"La Argentina es un país libre de analfabetismo"

"La Argentina es un país libre de analfabetismo"

Es una de las pedagogas más reconocidas de nuestro país y destaca la política educativa del gobierno nacional. Critica a las entidades que resaltan que el 50% de los chicos no terminan el secundario y afirma que es falso que la mitad de los estudiantes de 15 años no comprende lo que lee. Acaba de publicar El inspector Ratier…, un mapa pedagógico de la vieja Argentina.

 LA GACETA / FOTO DE MARíA SILVIA GRANARA LA GACETA / FOTO DE MARíA SILVIA GRANARA
10 Marzo 2013
-¿Cómo ve usted, luego del paso por la EGB y el Polimodal, el regreso a la escuela de seis años de primaria y seis años de secundaria?

-Por fin, desde 2006, la educación secundaria es obligatoria y un nivel integrado. No debe olvidarse que desde 1994 se la había reducido a tres años, denominándola "polimodal". Debe recordarse que se la reconstruyó recién hace seis años, de modo que estamos empezando a ver los resultados, pues aumenta cada año la cantidad de jóvenes y de adultos que cursan y terminan el secundario. Debe tenerse cuidado con estadísticas que solamente tienen en cuenta una fotografía y no el proceso que está ocurriendo. Esas estadísticas solamente consideran al 44% que termina el secundario en los seis años establecidos, sin considerar ni al 15% que lo hace posteriormente, ni a los 340.000 alumnos que lo han hecho mediante el programa "Fines". La educación primaria obligatoria tardó casi cien años en generalizarse en todos los países. La secundaria obligatoria, al ritmo que lleva desde 2006, llevará un poco más de diez años.

-¿Cómo ve el hecho de que el presupuesto educativo haya pasado del 2 al 6,4% en referencia al PBI (el más alto en la historia del país), pero sin aparentes transformaciones de fondo?

-Las transformaciones son de fondo. Se han construido 1.400 escuelas nuevas y reparado cientos. Se repartieron 2.500.000 notebooks, se llevó el salario docente a un nivel de dignidad, se repartieron millones de libros, se construyeron y reconstruyeron edificios en casi todas las universidades, se está trabajando en formación docente. Se alcanzó un porcentaje menor al 2% en analfabetismo, lo que según la UNESCO significa que la Argentina es un país libre de analfabetismo; más del 90% de niños de cinco años está en el nivel inicial y más de la mitad de los de cuatro años, en una época en que se ha demostrado que la estimulación temprana es decisiva.

-¿Qué opina del dato de Educar 2050 que dice que el 50% de los chicos no terminan el secundario? ¿Y del dato que dice que el 50% de los chicos de 15 años no comprenden lo que leen?

-Opino que ven la historia al revés. Hay que seguir la curva desde el pasado hacia el presente y el futuro y no a la inversa. Es muy afortunado que en tan pocos años hayamos conseguido que el 44% de los chicos terminen en tiempo y forma el secundario y una proporción importante, que va en aumento, lo termine un poco después o lo retome si lo había abandonado. En cuanto al dato de que no comprenden lo que leen es completamente errado y se apoya en una investigación que carece de seriedad. Tan solo para usar el celular o una computadora hay que comprender la escritura.

-¿Cuál es el lado positivo y cuál el negativo -si usted cree que lo hay- del proyecto Conectar igualdad?

-Es un proyecto altamente positivo, de un enorme alcance educativo, que afortunadamente se está dirigiendo a grandes sectores sociales. Desde concepciones elitistas de la educación se hubiera preferido focalizar algunos grupos sociales y garantizar el éxito completo de la enseñanza, formando algo así como alumnos especializados en el tema. En cambio la decisión del gobierno de la presidenta Cristina fue que la herramienta llegara al conjunto, que fuera un dispositivo de inclusión, corrigiéndose sobre la marcha los inconvenientes que pudieran presentarse, y que de hecho son menores.

-Para cerrar: ¿qué pensaba usted al escribir El inspector Ratier… y ver aquella realidad de los '30 y los '40, y contrastarla con nuestra realidad actual?

-Veía grandes diferencias. Aquella Patagonia desierta y abandonada hoy está constituida por provincias que son receptoras de población que migra de otros lugares del país, desarrolla la industria, proporciona trabajo, lo mismo que el Litoral (y por supuesto del NOA, aunque Ratier no anduvo por allí). La educación de las seccionales que tuvo a su cargo Ratier actualmente no tiene nada que envidiar al resto del país, desarrollan programas superiores a los de la ciudad de Buenos Aires, otrora el centro de las decisiones y la modernidad. Sólo basta con ver en internet el proceso de reforma de la ley de educación de Río Negro o el progreso de los docentes en Misiones, para dar algún ejemplo.

© LA GACETA
Por Hernán Carbonel

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