Todos los caminos conducen hacia la reforma

Todos los caminos conducen hacia la reforma

El alperovichismo impulsa el voto optativo para jóvenes de 16 y 17 años, pero el proyecto colisiona con la letra de la Constitución provincial. "Esto es para los jóvenes. Si se aprueba y plantean la inconstitucionalidad, será el inicio de otro round", avisó el legislador Álvarez (PJ)

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14 Octubre 2012
El alperovichismo no quiere decir reforma constitucional. "En ningún párrafo del proyecto se mencionan esas palabras", advierte Roque Tobías Álvarez, jefe de la bancada oficialista en la Cámara y autor de la iniciativa para habilitar el voto optativo en Tucumán para ciudadanos de 16 y 17 años. Esta propuesta, que sería sancionada el miércoles, colisiona sin embargo de manera inevitable con la letra de la Constitución provincial, que fija en 18 años la edad mínima de los electores. Así, aunque todos los caminos conducen hacia un nuevo proceso de modificación de la Carta Magna local, en el oficialismo niegan que ese sea el objetivo de la propuesta. "Esto es para los jóvenes. Si se aprueba y alguien plantea la inconstitucionalidad, será el inicio de otro round. Hoy estamos convencidos de que esta franja de chicos tiene las herramientas para participar de un sufragio de manera voluntaria, y a eso apunta el proyecto", afirma el legislador.

El oficialismo mantiene la cautela por estas horas, luego de haber sacudido el mapa político local la noche del viernes, cuando Álvarez y otros legisladores alperovichistas presentaron la iniciativa para modificar el Régimen Electoral de la Provincia (ley Nº 7.876). Esta norma, sancionada en 2007, establece las condiciones, derechos y obligaciones de los votantes. El bloque Tucumán Crece tiene 40 de las 49 bancas del parlamento, además de dos aliados del Partido de los Trabajadores. Por eso, se descuenta que logrará imponer dos cambios clave en la legislación.

El primero se refiere a la edad los votantes, que hoy deben tener 18 años cumplidos o más para poder participar de los comicios. La propuesta alperovichista pretende incluir a los jóvenes de 16 y 17 en este grupo, aunque de manera optativa. "Ampliar la cantidad de participantes hará que los representantes sean más genuinos", aseguró Álvarez.

La segunda modificación pretendida por el alperovichismo apunta a bajar a 18 años cumplidos la edad mínima de los candidatos a los cargos de legislador (hoy deben ser mayores de 25) y de concejal (en la actualidad, el límite es de 22). "Abrimos la participación porque consideramos que los jóvenes están preparados. Es un homenaje para ellos, y por eso se escogió la fecha del 17 de octubre, que es el día de la Lealtad Peronista. Juan Domingo Perón les agradeció por su tercera presidencia, y después de muchas décadas vemos que ya le perdieron el miedo al 'no te metás'", sostuvo el autor del proyecto.

Dos jurisdicciones

El Régimen Electoral Provincial no es la única legislación referida a los comicios. Más arriba en la pirámide jurídica está la Constitución provincial, que establece la edad mínima del votante en 18 años. Esta legislación no condiciona las elecciones para diputado nacional del año que viene, pues están regidas por el Código Electoral Argentino. Pero sí afectarán las de 2015, cuando las urnas definirán los cargos de gobernador y vicegobernador; legisladores; intendentes; comisionados rurales; y concejales. Hasta entonces, el alperovichismo tiene tiempo de poner en marcha el procedimiento para modificar la Carta Magna local, en caso de que decida impulsar esta medida.

"Se comenta que esta semana el Congreso tratará un proyecto para bajar a 16 años la edad de los electores para cargos nacionales. Si en Tucumán no nos adecuamos, ¿vamos a poner un cuarto oscuro para que los jóvenes voten presidente y otro para que los mayores de 18 elijan gobernador? No tendría lógica", añadió Álvarez.

El referente del PJ insistió en desvincular el proyecto de ley que ha presentado de los planes reeleccionistas adjudicados al oficialismo. Sin embargo, el futuro de gran parte del alperovichismo está atado a estos posibles cambios.

En la Cámara, por ejemplo, más de una veintena de parlamentarios oficialistas dependen de que se modifique la Carta Magna para pelear por retener la banca (el único opositor en esta situación es Ricardo Bussi, de Fuerza Republicana). Además, 18 de los 19 intendentes no pueden aspirar a un nuevo mandato (todos son oficialistas, salvo el radical Luis González, de Simoca). En esa situación también están el gobernador, José Alperovich, y el vicegobernador en uso de licencia, Juan Manzur, actual ministro de Salud de la Nación.

¿Cuál es, entonces, el plan del alperovichismo? Desde la Cámara aseguran que el gobernador le dio el visto bueno al proyecto que será tratado el miércoles. Y en el pasado reciente hubo situaciones que avalan esas versiones.

En mayo, luego de que la bancada del PJ lo habilitó para contraer deuda privada por más de $ 400 millones, Alperovich les dio a entender a sus "soldados" que, si ellos lo decidían, podían avanzar con la reforma. Incluso, según testigos, deslizó que podían analizar dos opciones: habilitar la reelección indefinida para todos los cargos o sólo para los legislativos.

En septiembre, ante los mismos comensales, el gobernador insistió con el tema, aunque esta vez con directivas más definidas. "Tengo muchas ganas de seguir", confesó Alperovich ante el bloque oficialista, según coincidieron varias fuentes. Aunque el mandatario luego negó haber pronunciado esta frase, los legisladores se fueron contentos aquella noche de su casa.

El miércoles, por fin, los parlamentarios podrán tocar el tema en el recinto. Si bien el tema de debate será el voto desde los 16 años, la discusión sobre la modificación de la Carta Magna será inevitable.

A los representantes del PJ les será difícil demostrar que la iniciativa no colisiona con la Constitución provincial. De hecho, las versiones indican que si se judicializa la propuesta electoral de Álvarez esta vez no habrá gestos de desagrado en el alperovichismo: un planteo en Tribunales puede, incluso, acelerar los tiempos de una latente convocatoria reformista.

Así, un cambio parece estar atado a otro. Y aunque el oficialismo no quiera hablar aún sobre modificaciones a la Carta Magna, todos los caminos conducen hacia allí.

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