Los adultos frente a las redes sociales

Los adultos frente a las redes sociales

En este "nuevo" mundo deberemos vivir, prosperar y ser felices, así que más nos vale entenderlo.

13 Mayo 2012

ING JUAN MARIA SEGURA

PROFESOR DE ESTRATEGIA Y LIDERAZGO. ESPECIALISTA EN EDUCACION.

La oferta pública de acciones de Facebook está acaparando mucha atención, no sólo de parte del mundo inversor (es la salida a la bolsa de mayor envergadura en la historia del Silicon Valley) sino de la sociedad en general. Las redes sociales son un fenómeno relativamente novedoso en términos históricos, y esta red en particular ha logrado reunir más de 900 millones de usuarios activos en tan sólo ocho años de vida, alcanzando un valor bursátil cercano a los u$s 100.000 millones. Sí, como lee.

Para quienes somos inmigrantes digitales, cualquiera sea nuestra profesión, credo o raza, esta situación nos moviliza hacia la reflexión. O al menos debería.

Los adultos fuimos educados y formados bajo el paradigma de la información escasa, y desarrollamos gran parte de nuestras capacidades cognitivas e intelectuales para desenvolvernos con comodidad en el formato del mundo de la sociedad industrial y de sus instituciones.

Por ello, la emergencia de un nuevo orden de cosas, con cultura, lenguajes y codificaciones propias diferentes a las anteriores, nos afecta y amenaza. Estamos asistiendo a la configuración de un mundo que poco se parecerá a aquel en el cual gestamos nuestros anhelos, proyectos profesionales y relaciones afectivas. Y en ese mundo también deberemos vivir, prosperar y ser felices, así que más nos vale entenderlo.

De los múltiples elementos que podrían destacarse de este nuevo fenómeno, creo que los que se mencionan abajo son los de mayor trascendencia e impacto:

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1. Acceso a la información

Como nunca antes en la historia de la humanidad la información de cualquier tipo está disponible para cualquier persona del mundo, con una tendencia creciente hacia la total gratuidad. Bibliotecas enteras están siendo digitalizadas y puestas a disposición de cualquier internauta medianamente avezado en las destrezas básicas para buscar y encontrar datos en la nube, mientras que terminales móviles (tablets, smartphones, netbooks) están siendo regadas por el mundo, multiplicando exponencialmente las posibilidades de acceso. Así como wikipedia forzó a la Enciclopedia Británica a repensar la utilidad del enciclopedismo como formato de construcción y vigilancia del saber funcional a un sistema económico productivo, seguramente el mismo fenómeno está comenzando a ocurrir con las grandes plataformas de contenidos educativos del tipo de la Khan Academy y Coursera.com. No es casual que varios expertos en educación están pronosticando la llegada de un tsunami educativo.

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2. Dificultad para controlar

Internet en general y las redes sociales en particular son espacios en donde es muy difícil, por no decir imposible, controlar su uso, sea este bueno o malo. Representan una gran plataforma no intermediada en donde la gente encuentra útil moverse cada vez con más libertad, organizarse, compartir, relacionarse, impulsar causas, criticar cosas, proponer debates, divagar o contar chistes. Más allá de la Ley SOPA, iniciativa del Congreso americano que busca atenuar la piratería castigando a quienes infringen (anticuadas) leyes del copyright, la realidad indica que mucho de lo que antes se vendía ahora se puede consumir gratis. Sencillamente por la imposibilidad de controlar que los usuarios no compartan esos productos, sean canciones, recetas, cuentos, fórmulas, cuadros o consejos profesionales.

3. Más poder para el individuo, menos para las instituciones

Si la información fluye cada vez más y la red resulta cada día más difícil de controlar, no es raro imaginar que quienes se conectan diariamente tienen más posibilidades que antes de consumir, relacionarse y proponer lo que sea. Esta mayor libertad genera, de acuerdo con recientes investigación realizadas en Harvard, niveles tan elevados de excitación como las relaciones sexuales, conclusión similar a la aportada el año anterior en una amplia investigación de Cisco, que indicaba que los jóvenes consideraban a internet tan importante en sus vidas como el agua, el aire o la comida. El aumento de libertad acrecienta el poder, y este habilita mayores niveles de autodeterminación y de creatividad, conclusión consistente con una investigación de Simonton que encuentra una fuerte correlación positiva entre períodos de debilitamiento del control institucional y los mayores momentos de creatividad agregada de la historia.

4. El qué por sobre el quién

Este fenómeno se suele presentar como la folksonomy (etiquetado social o clasificación de los ítems de acuerdo con la opinión de los pares, folks) versus la taxonomy (clasificación científica, morfológica o funcional). A mi entender es un falso dilema, pues enfrenta situaciones o definiciones que se complementan, enriqueciendo la conversación y favoreciendo el intercambio y flujo de información. Sin embargo, pone de relieve la relevancia de la observación y el aporte de los pares bajo el formato de la etiquetación y sin ningún requisito previo de autoridad disciplinaria por parte de quien está haciendo el aporte de clasificación. Este fenómeno, llevado a los grandes números, habilita fenómenos de crowdsourcing o participación masiva de las multitudes conectadas, cualquier sea su formación, para dar respuesta a cualquier pedido, sea ayudar al FBI a resolver un crimen, a British Petroleum a controlar un derrame de petróleo o a Procter & Gamble a lanzar un nuevo producto.

Modificar la mirada
Si los adultos logramos internalizar la trascendencia de estas cuatro definiciones presentadas aquí en forma simplificada, creo que habremos dado un primer paso fundamental, como es modificar nuestra mirada sobre estos tiempos que corren y sobre la irreversibilidad de las transformaciones que protagonizamos. A partir de allí podemos indagar sobre la nueva forma que debe tomar la autoridad en un mundo más libre, menos gobernado, y con instituciones y leyes anticuadas que cotizan a la baja.

Así como el planteamiento filosófico de René Descartes "pienso, luego existo" significó un elemento fundamental en el racionalismo occidental que modeló el mundo 1.0, considero que en este nuevo mezclar-y-dar-de-nuevo deberemos guiarnos más por un "comprendo, luego actúo". No es tan profundo ni filosófico, o tal vez sí.

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