Exploran la noche en busca de la mila perfecta

Los Críticos del Sánguche reinvindican con altura los clásicos de la cocina rápida tucumana: milanesas, lomitos y hamburguesas. Cada semana visitan una sandwichería distinta, prueban los productos y plasman sus impresiones en una página web.

DE INCÓGNITO. Gonzalo, Julio y Santiago se cubren los rostros con sus sándwiches favoritos; prefieren mantener el anonimato para realizar su labor. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI DE INCÓGNITO. Gonzalo, Julio y Santiago se cubren los rostros con sus sándwiches favoritos; prefieren mantener el anonimato para realizar su labor. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
25 Mayo 2011
Soñaban con un programa de radio plagado de códigos futboleros y que reflejara el espíritu del grupo de amigos del que forman parte. Incluso habían proyectado crear una sección especial para calificar los sánguches que probaran durante el ritual semanal que los une alrededor de una mesa. El programa quedó en la nada, pero la pasión por la comida más rápida y popular de Tucumán no se enfrió: derivó en un blog y, después, en una página web en la que cada siete días publican una crónica y una ficha técnica con puntajes sobre una sanguchería determinada. Ellos son los Críticos del Sánguche, tres amigos que, fogueados al calor del aceite y del picante, recorren los bares y plasman sus impresiones en www.criticosdelsanguche.com.ar.

Cada incursión comienza con una propuesta: generalmente, uno de ellos sugiere el destino (por ahora intentan evitar las sangucherías más conocidas; la idea es contarles a los lectores las opciones casi innumerables que se esconden en los barrios). Si los otros dos aceptan, el miércoles por la noche parten juntos. Arriban al bar y hacen el pedido: una hamburguesa para Gonzalo, una milanesa para Julio y un lomito para Santiago. "Las apariencias engañan; muchas veces uno llega a un local al que no le da unmango desde afuera, pero adentro se sorprende por la calidad de los chegusán. Eso nos pasó en Tafí Viejo", recuerda el experto en hamburguesas y embutidos (ellos prefieren mantener sus apellidos en reserva para seguir haciendo las críticas).

A la primera crítica la hicieron en abril de 2010. Pero fue en noviembre cuando sistematizaron la práctica y, desde entonces, no pararon más. Julio recuerda que ya llevan recorridas 23 sangucherías. Incluso, en la web armaron un mapa sanguchero que sirve de guía para aquellos que buscan opciones fuera del circuito tradicional.

Fundamentalistas
"El sánguche es un símbolo de amistad; te juntás a jugar al fútbol con tus amigos y terminás comiendo en alguna sanguchería. Si salgo a comer, elijo un sánguche antes que cualquier otra cosa", dictamina Santiago.

Durante sus incursiones no sólo se fijan en la calidad y en el sabor de la comida, sino también en las características del local, en la atención, en el sabor de los aderezos y del picante (especialidad de Gonzalo) y hasta en el estado de los baños (el encargado es Santiago). Toman una foto fugaz y parten. Luego, Julio redacta la crónica que describe el bar y entre todos acuerdan los puntajes. El grupo cuenta con un suplente: otro Santiago hace el reemplazo si alguno de los titulares no puede ser de la partida y, además, suele encargarse de probar los especiales (de ternera, milanesas de pollo y de cerdo, si es que los hay).

Los objetivos
"En tiempos en los cuales muchos piensan que comer bien significa degustar un ínfimo pedazo de carne. (...) En tiempos en los que el delivery de sushi ha ganado cientos de adeptos en la provincia (...) nace este sitio para reivindicar los valores de una buena milanesa, hamburguesa o lomito en medio de dos panes acompañados con lechuga, tomate, cebolla o un buen picante". Esta definición está tomada del editorial del sitio web de los críticos. El objetivo es claro: calificar y promocionar la comida más rápida y popular de Tucumán. "Y ojalá que algún día podamos tener nuestro propio bar, para preparar los mejores sánguches con todo lo que aprendimos", dispara Julio antes de meterle un bocado a la mila que lo espera en el plato.

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