La presión fiscal tiene contra las cuerdas al sector arandanero

La presión fiscal tiene contra las cuerdas al sector arandanero

La burocracia estatal suma un problema grave a los que habitualmente afronta la actividad. Demoras de la AFIP en hacer efectivos reintegros a las exportaciones y del IVA dejan sin margen de maniobra a los productores.

DESTINO. El arándano que se produce en Tucumán se comercializa en los mercados del Primer Mundo.  LOOKIMADETHAT.COM DESTINO. El arándano que se produce en Tucumán se comercializa en los mercados del Primer Mundo. LOOKIMADETHAT.COM
28 Marzo 2011
Cada año, el sector que produce arándanos en Tucumán parece caminar por la cornisa. Diversos factores suelen jugar malas pasadas a esta actividad productiva, que demanda mucha atención e inversiones cuantiosas, como el clima a menudo adverso, los precios externos de la fruta, cuya evolución suele ir por detrás de los crecientes costos, y la burocracia estatal. Las demoras de la AFIP en hacer efectivos reintegros a las exportaciones y de IVA tiene a maltraer a los arandaneros de nuestra provincia.

"Lo que está pasando es que la presión de los costos está estrangulando cada vez más los márgenes de rentabilidad, con subas en dólares de hasta el 30% anual", graficó a LA GACETA el productor Francisco Estrada. Aunque la producción de arándanos en Tucumán no atraviesa su mejor momento, Estrada aseguró que la mayoría de los productores se esfuerza por mantener viva la actividad. "Estamos hablando de un cultivo que demanda una inversión inicial de U$S 40.000 por hectárea, así que no se la puede abandonar así porque sí", remarcó.

Explicó que las inversiones en arándanos están pensadas para abastecer mercados en países centrales, que son pujantes, mientras que la Argentina es un país marginal, que tiende a depreciar su moneda frente a las monedas fuertes. "Hoy la situación es al revés, porque el peso se aprecia contra el dólar, mientras que los países centrales están en crisis y la Argentina no, lo que genera un marco contextual contrapuesto. En los últimos cinco años, los salarios que pagamos crecieron un 170% medidos en dólares, y resulta que el 60% de nuestros costos son salarios, con precios que no acompañan la suba de costos", apuntó.

Estrada sostuvo que la actividad poco puede hacer para modificar los precios del mercado, pero calificó de inaudito el rol del Estado en la pérdida de competitividad del sector. "Además de todas las vicisitudes que afrontamos, nos vemos obligados a financiar al Estado con demoras en los pagos de reintegros de exportaciones y del IVA, que representa un 20% de nuestra facturación. Ese porcentaje es justamente el capital de trabajo para la siguiente campaña, pero los productores deben esperar hasta 10 meses para que se hagan efectivos esos reembolsos", destacó.

"O sea -añadió-, la AFIP cobra un 36% anual de interés para financiar deudas impositivas o previsionales, pero se financia sin costo durante muchos meses con las retribuciones a las producciones". El arándano tributa un 5% de derechos de exportación (retenciones) y tiene un reintegro posterior del 6%. "En Chile, por ejemplo, no hay derechos de exportación, y devuelven el IVA al mes, lo que permite que el exportador no quede ?descalzado? nunca. Acá, en cambio, hay que esperar", agregó.

Estrada opinó que si los reintegros de impuestos fueran más expeditivos, muchos de los problemas que afectan al arándano no estarían sobre la mesa. "Con política de Estado, estos problemas se podrían solucionar se puede solucionar", observó. Hizo hincapié en que los Gobiernos de las provincias que producen arándanos en la Argentina deberían unirse para reclamar ante la Nación mayor flexibilidad fiscal para el cultivo.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Productores de Arándanos de Tucumán, Salvador Gallo, dijo que el Estado nacional posee herramientas para favorecer sectores como el arándano sin tocar el tipo de cambio, como son las retenciones y los reintegros a las exportaciones. "Nuestra situación es muy fácil de entender: los precios internacionales del arándano son más o menos constantes, mientras que los costos en general no dejan de subir. Si se eliminaran las retenciones al arándano, se daría un gran espaldarazo a la actividad, que es gran tomadora de mano de obra intensiva, sin que se perjudicara la economía nacional", expresó.

Gallo admitió que el sector arandanero ya no genera el interés de nuevos inversores, y que se dieron casos de productores que vendieron sus campos, que luego pasaron al limón, por ejemplo.

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