Colocan el implante coclear de avanzada más pequeño

"Nachito" tiene cuatro años y desde que nació sufrió de sordera profunda. En su cabecita lleva un vendaje parcial. Está muy molesto y refunfuña en brazos de su mamá, Beatriz Ruiz que, sin embargo, está contenta de recibir brevemente a LA GACETA. "Esperamos que mejore pronto. Su calidad de vida y la nuestra van a cambiar en un 100%. Todo lo que hacemos es por él, para que esté mejor, por la escolaridad, para que aprenda a hablar", reafirma su fe. Fuera de la habitación, tíos y primos están expectantes, tanto como el padre, Néstor Magno, que recuerda que hace un año y medio comenzaron con los estudios. "Ahora que ya le pusieron el implante, sólo podemos agradecer al equipo médico y esperar", dice.

Martín Ignacio Magno -Nachito- es el primer tucumano que recibe el implante coclear más avanzado y más pequeño del mundo. Fue asistido por un equipo interdisciplinario y operado en la Clínica de Garganta, Naríz y Oído. "La intervención quirúrgica fue exitosa, y el nuevo modelo de implante coclear que colocamos tiene la ventaja de ser muy delgado, ideal para su uso en bebés y niños", explicó el reconocido especialista argentino Leopoldo Cordero, que lideró la cirugía y ya lleva más de 900 implantes colocados en Argentina y en Latinoamérica.

La interdisciplinariedad

"Es un trabajo en equipo. Con la guía del doctor Cordero podemos abordar también intervenciones más complejas donde la anatomía está muy dañada," explica Mario Kahan, coordinador del equipo tucumano.

Además, remarca el hecho de que la cirugía lleva sólo dos horas pero antes y después hay un arduo trabajo interdisciplinario.

El doctor Kahan hace hincapié en la detección precoz: "cuanto más chico es el paciente mayores posibilidades de recuperación tiene. Incluso puede llegar a oír y hablar con normalidad". Tanto es así, que hay casos de chiquitos de todo el país que han sido implantados en Buenos Aires y en pleno aprendizaje del habla, y por este motivo adoptaron la tonada porteña.

La audióloga Margarita Pastoriza Ferro detalla el proceso. "Se hace una evaluación precoclear a fin de determinar si el niño es candidato a implante o a audífono. Luego se realiza un protocolo, se lo rehabilita con audífonos como mínimo durante seis meses, y recién se lo implanta. Un mes después se enciende el implante coclear y comienza la rehabilitación posterior, calibrando, es decir abriendo el espectro auditivo. No significa que el paciente va a poder hablar de inmediato", aclara. En tanto la rehabilitadora Graciela Pintado indica que con los chicos de corta edad se trabaja "junto con los padres; se usan juguetes y van aprendiendo las habilidades auditivas. De ahí que los papás cumplan un rol decisivo en la casa".