San Javier estrena su primera plaza pública, hecha por los propios vecinos

San Javier estrena su primera plaza pública, hecha por los propios vecinos

El martes será la inauguración oficial, pero los vecinos y los visitantes ya disfrutan del nuevo lugar de encuentro.

FELICES. Ni la lluvia logra detener a los chicos de la villa veraniega, que se divierten arriba del tapir y el oso hormiguero creados por el artista plástico Pablo Guiot y el herrero Jorge Sosa. LA GACETA / JULIO MARENGO FELICES. Ni la lluvia logra detener a los chicos de la villa veraniega, que se divierten arriba del tapir y el oso hormiguero creados por el artista plástico Pablo Guiot y el herrero Jorge Sosa. LA GACETA / JULIO MARENGO
06 Diciembre 2010
Con el último bocado del almuerzo de domingo, Julieta Chocobar arengó a la tropa y salieron corriendo de la casa. Llovía con insistencia, pero eso no era suficiente para menguar sus ganas de ir a hamacarse con su hermano Franco y su prima Micaela, que había llegado desde la ciudad a visitarla. Es que fue mucho tiempo de ansiedad acumulada: hace 16 años que Julieta vive en San Javier y hace menos de un mes que puede decir, con toda seguridad y orgullo, que en su pueblo hay una placita.

Mañana será la inauguración con bombos y platillos de un proyecto que arrancó hace casi un año y que contó con la colaboración de varias manos que aportaron su granito de arena. Por eso, desde el Ente de Cultura les gusta llamarla "plaza comunitaria", porque a partir de su iniciativa y la de la comuna de San Javier, varios vecinos se comprometieron con la causa y levantaron en su pueblo algo que no había existido nunca.

Pero si a Julieta le pareció mucho esperar 16 años, entonces qué queda para Jorge Sosa, que aguardó 45. "Esta plaza es algo que nos queda para nosotros, por eso casi todos quisimos poner alguito, lo que sea: algunos pintaron, otros ayudaron a acarrear los materiales... es para nosotros y un atractivo más para quienes vienen a visitarnos", explica Sosa, que trabaja en el Centro de Integración Comunitaria como chofer de ambulancia.

Jorge es herrero y también pudo aportar lo suyo en la plaza comunitaria. Con un oído puesto en la radio ante cualquier emergencia, durante sus guardias armó la estructura de las esculturas que la habitarán de día y de noche: un sapo, un oso hormiguero y un tapir. "La idea fue mostrar los ?bichos? autóctonos", cuenta el herrero.

En sus épocas de juventud, el lugar de encuentro de Jorge y sus amigos eran los almacenes o la cancha de fútbol, aunque el Cristo también era uno de los elegidos. "Ahora tenemos la placita, con juegos para los chicos, espacio para tomar unos mates o hacer lo que uno quiera... de a poco le vamos cambiando la cara al pueblo y sumamos atractivos para que no se piense que San Javier no sea sólo el Cristo y nada más", dice.

Espacio de encuentro

"La comunidad planteó la necesidad de contar con una plaza y vimos ahí una alternativa que planteaba como desafío reconstruir el tejido social para encontrar un proyecto común y así generar un espacio público con real sentido de pertenencia", explica Carolina Cazón, directora de Acción Cultural del Ente Cultural, una de las impulsoras del Programa Plaza Comunitaria.

Además de los juegos y las esculturas, en la nueva plaza se levantó un pequeño anfiteatro, un espiral que cuenta la historia del lugar y pronto habrá un mirador. Por otra parte, la artista plática Carlota Beltrame quiso dejar su huella y armó una caminería con baldosas acanaladas de cemento en cuyo centro caló un mapa de Tucumán. "Hemos pasado por varias etapas. La primera fue iniciar un taller de producción artística, a cargo de Pablo Guiot, donde la gente fue definiendo el perfil de la plaza", finaliza Cazón.

Tamaño texto
Comentarios
NOTICIAS RELACIONADAS
Comentarios