Se puede educar y recuperar al autista

Se puede educar y recuperar al autista

Cuanto más temprano se diagnostique el trastorno del desarrollo, más rápido aprenderá a vivir en sociedad. "En todos los casos se consigue que lleve una vida más independiente", asegura Claudio Hunter Watts, experto y líder en el país en terapias para personas con TGD.

EN SU SALSA. El experto Hunter-Watts hace reír, con suma destreza, a su nueva alumna María Victoria. LA GACETA /  FRANCO VERA EN SU SALSA. El experto Hunter-Watts hace reír, con suma destreza, a su nueva alumna María Victoria. LA GACETA / FRANCO VERA
07 Enero 2009

El autismo no es una enfermedad sino una severa alteración biológica que afecta la comunicación, los intereses sociales, el juego simbólico y la conducta. Se denomina Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) o trastorno del espectro autista. Quienes sufren el síndrome tienen afectadas -en mayor o menor medida- tres áreas del desarrollo: 1) la comunicación verbal y no verbal; 2) la socialización y 3) la imaginación, la creatividad y el juego, que generan intereses restringidos y conductas repetitivas estereotipadas.
El TGD se divide en cinco categorías: 1) Trastorno autista (autismo de Kanner), 2) Síndrome de Rett, 3) Trastorno desintegrativo de la infancia, 4) Síndrome de Asperger, 5) Trastorno generalizado no especificado (TGD NE)
Hoy, la mayoría de los expertos prefiere utilizar el concepto de trastorno del espectro autista, ya que refleja con más exactitud los diferentes grados posibles de afectación que pueden darse en las tres áreas del desarrollo.

Comunicación afectiva
Si el trastorno se detecta y se trata adecuadamente en forma precoz -entre los tres y cuatro años- es posible lograr que un niño autista -pese a sus diferencias- se integre a la sociedad. Además, se evita que desarrolle las conductas agresivas y autolesivas que suelen caracterizarlo, y es posible conseguir que se comunique en forma afectiva y normal con quienes lo rodean. De lograr esto, hasta puede estudiar e insertarse en el mercado laboral.
"Las actuales técnicas para tratar la conducta y brindar educación permiten a muchos autistas desarrollar una vida prácticamente normal. Cada chico es igual y, a la vez, diferente de sus pares autistas, es decir que se parecen y al mismo tiempo se diferencian. Por eso se elabora un programa educativo individual, acorde con las necesidades e intereses de cada chico con TGD, que dan muy buenos resultados", resumió en su visita a LA GACETA el psicólogo argentino Claudio Hunter-Watts, coordinador terapéutico de la Escuela San Martín de Porres -pionera y líder en el país en tratamiento y educación de niños y adolescentes con TGD-con sede en Buenos Aires. El experto vino a esta provincia para charlar con padres y familiares de personas que sufren algún tipo del trastorno y para avanzar en la apertura de la escuela San Martín de Porres-Tucumán, un proyecto que ya está en marcha.

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Relaciones sociales
Hunter Watts aseguró que si un autista no es detectado a temprana edad, lo mismo puede ser educado. "Preparamos un programa lo más completo posible para que una institución educativa lo aplique en los campos social, cognitivo y de la conducta. En todos los casos se consigue que la persona lleve una vida más independiente, que salga de vacaciones, que asista a clubes y que desarrolle relaciones sociales. Nosotros hemos logrado todo esto en un grupo de adolescentes con trastornos severos. Los chicos estaban internados en un neuropsiquiátrico con diagnóstico de ?psicosis infantil? y los sacamos para brindarle educación cuando abrimos la escuela", explicó el psicólogo.

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