La Sudestada - Un policial negro en Buenos Aires

05 Jul 2015
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Ilustración de Juan Sáenz Valiente

Aunque me duela admitirlo, el detective de los policiales negros murió hace algunas décadas. La moda de los imitadores de Humphrey Bogart, que pulularon en las historietas nacionales de los setenta y ochenta, quedó relegada a un recuerdo. Después de todo, hoy es divertido leer las obras de Raymond Chandler, Dashiell Hammett y tantos otros, pero seamos sinceros. Ellos pertenecen a otras épocas en las que era normal usar sombrero. Es lógico que esos investigadores como Philip Marlowe cuelguen al fin la ironía y el sobretodo para dar lugar a otros tipos de protagonistas del género negro. Después de todo, tenía que evolucionar o morir como género. Por supuesto, en las historietas encontramos muy buenas obras que demuestran esto, como es el caso de La Sudestada del señor Juan Sáenz Valiente.  Gracias a este soplo de aire fresco, se abren paso personajes como Jorge Villafañez, un tipo sin nombre llamativo, desalineado y con una vida más normal. De esos que nos cruzamos en la calle y no llaman la atención. Así, mal engestado y sin ningún tipo de encanto que lo lleve a la gran pantalla, hace muy bien su trabajo. Lo suyo es simple, pregunta sin pelos en la lengua, a veces actúa un poco (sin disfrazarse) y sobre todo investiga. Eso sí, a la ironía y el cinismo los lleva puestos todo el tiempo.

En ese mundo, que es en realidad el suburbio bonaerense, está cargado de un hiperrealismo notable. Sáenz Valiente se las arregla para dejarnos parados en una obra que se construye sobre ese tipo de personajes que encontramos en nuestra propia historia. ¿Quién no tiene un amigo que no quiere aceptar que le han puesto los cuernos? Infaltable también el filósofo un poco denso y los partidos de fútbol entre amigos. Claro, esto no es una historieta costumbrista. Es género negro y por supuesto necesitamos ese caso que cambie todo. Me alegra decirles que es algo que no esperaba y que tiene muchísima coherencia con el realismo de la obra. Es tan atípico que obliga a seguir leyendo, pero a su vez este historietista se luce al fin como un narrador que sabe construir una historia con mucha tensión y ciertos toques surrealistas sin tener grandes aspiraciones. Este autor logró una obra honesta consigo misma y esto le da un gran encanto a la historia.

Hay que hablar del dibujo. Es Juan Sáenz Valiente. Es posible que no sepan que él es uno de los dibujantes contemporáneos de historieta con más renombre. Genio para algunos, un denso a nivel gráfico para otros. Al hojear cualquiera de sus obras nos damos con viñetas detalladísimas y técnicas de dibujo muy jugadas. A diferencia de Salvador Sanz, otro ilustrador contemporáneo de renombre, sabe que tanto detalle y labor gráfica le quitan ese dinamismo que necesita el cómic. Le interesa ante todo narrar, cosa que podemos apreciar en sus obras más conocidas Sarna con guión de Carlos Trillo. El Hipnotizador, con guión de Pablo De Santis.  En La Sudestada hay una evolución de este dibujo, que peca de estar un poco cargado de detalle, pero logra crear un entorno urbano acorde al ánimo de Villafañez. Lo importante es que sirve a que el flujo de la historia sea natural y además de contar una historia, nos haga sumergir en ese entorno y sus personajes.

La Sudestada no es una obra brillante que vaya a cambiar sus vidas. Es una muy buena historieta argentina de género negro del bueno, cercano a nosotros y con una historia muy original. Van a disfrutarla muchísimo, cosa que se agradece en estos tiempos en los que la mediocridad invade las viñetas nacionales. Esto no es algo auto editado por esa necesidad de ver el nombre impreso, ni imitaciones burdas de mangas. Es una obra con una excelente edición por parte de Hotel de Las ideas, de un artista que está consiguiendo un lugar entre los grandes de la historieta contemporánea. 

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