El pájaro azul de David Bowie
Nació en Londres y le pusieron de nombre David Robert Jones, un nombre bastante común, por cierto. Tanto que para tener un nombre artístico que sonara bien y distinto, adoptó el apellido de James Bowie, un mercenario estadounidense que vivió hacia principios del siglo XIX y que, según la leyenda, peleó hasta su muerte empuñando un enorme cuchillo (que lleva su nombre) en la cama de la enfermería donde estaba recuperándose.
El 10 de enero murió David Bowie luego de pelear durante un año y medio contra el cáncer, un par de días después de cumplir 69 años y de estrenar justamente en el día de su cumpleaños, el video de una de las canciones de Blackstar, su último álbum.
Muchos de nosotros sabemos más o menos quién es Bowie a lo largo de los últimos 50 años de la historia musical de Occidente.
Sabemos que desde el éxito de Space Oddity en 1969 David Bowie no dejaría de componer y de entregar magia al mundo a través de sus canciones, de la renovación permanente y siempre sorprendente de su imagen, y de muchas y afortunadas incursiones en el cine.
En fin, sabemos mucho de Bowie, de sus cambios en el look al cabo de los años -hay cierta imagen .gif que hace las veces de time-lapse de su apariencia.
Bowie fue un músico de todas las músicas, puesto que le puso excelencia a estilos tan diversos como numerosos, entre los que están el funk, el jazz, el pop, el minimalismo, el rock industrial, el jungle, o el plastic soul.
En el último video editado de Bowie, este 8 de enero, en el día de su cumpleaños, podemos escuchar la canción Lazarus, cuyo nombre remite al personaje bíblico revivido por Jesús.
Una parte de la letra de esa canción dice:
Mira aquí arriba, estoy en el Cielo
Tengo cicatrices que no pueden ser vistas
Tengo drama, no puedo ser hurtado
Todos me conocen ahora
Mira aquí arriba, hombre, estoy en peligro
No tengo nada más que perder
Estoy tan alto, esto hace mi cerebro girar
Dejé caer mi celular abajo ¿No es él igual que yo?
En el video Bowie aparece acostado en una cama de lo que parece un hospital o un psiquiátrico. En su cabeza una venda cruza sus ojos, reemplazados por botones. Obviamente sabía que se iba a morir, pero ¿qué hace un hombre frente a la muerte? O más precisamente ¿qué hace un artista frente a la muerte? Este domingo un hombre murió, pero con la genialidad de hacer de su propia muerte un hecho artístico, una refinada obra de arte.
Hacia el final de la canción la letra dice:
Ya sabes, seré libre
Igual que ese pájaro azul.
Creo entrever en estos versos cierta mención al 'pájaro azul' de aquel poema de Charles Bukowski que reza:
"hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima
y me trago el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está ahí dentro."
Bowie se despidió del mundo material y de su público con esta canción, editada días antes de su muerte. Y este gesto es una grata y generosa despedida de ese latir continuo y desordenado que un día se va a terminar; porque (como dijo un poeta) se pueden evitar muchas obligaciones, muchos deberes, pero no el de morir. Morir es un deber. Y acaso por eso mismo, por la sabiduría de esa verdad, este hombre y este artista llamado David Bowie ha entrado en la muerte con clase, con arte, con estilo.
Lazarus, del álbum Blackstar.