El crimen de Mohamed: piden perpetua para el acusado Valdez

El crimen de Mohamed: piden perpetua para el acusado Valdez

El imputado dijo que todos los testigos mintieron para perjudicarlo

MOMENTO DE TENSIÓN. El imputado Luis Carlos Valdez declara con los papeles que dijo que dará a la prensa.  MOMENTO DE TENSIÓN. El imputado Luis Carlos Valdez declara con los papeles que dijo que dará a la prensa.

“Todo lo que se dijo aquí son mentiras. Los peritos declararon cualquier cosa menos la verdad”, fue una de las primeras frases que pronunció Luis Carlos Valdez, el acusado del crimen de Manuel Mohamed. La reacción del imputado quedó justificada. Los acusadores decidieron cambiar la imputación al final del juicio. Ahora afronta el cargo de homicidio agravado por alevosía. Si llega a ser encontrado culpable, será condenado a perpetua.

Valdez es el único detenido por el homicidio del septuagenario. Ayer, en la última audiencia antes de que se diera a conocer la sentencia, los jueces Elizabeth Raddi, Soledad Hernández y Facundo Maggio, le dieron la oportunidad que se defendiera contando su versión de los hechos. Como lo hizo en la jornada de apertura, el imputado hizo todo un show. Histriónico a más no poder, acusó a todo el mundo de haberlo perjudicado en el proceso, dijo tener pruebas que respaldan sus dichos, atacó a la víctima y a sus familiares revelando detalles de su vida privada, tildó de mentirosas a todas las personas que testificaron en su contra y cuestionó duramente la investigación.

Desde hace años que en el marco de un juicio oral un imputado no declaraba tantas incongruencias juntas. Los más memoriosos sostuvieron que hubo otro hombre que hizo algo similar: Pablo Amín. El joven santiagueño también realizó todo un show en el estrado para que lo declararan inimputable, pero terminó siendo condenado por el crimen de su esposa. 

Valdez, después de haber lanzado las primeras acusaciones, les pidió permiso a los jueces y sacó de su bolsillo varias hojas A4 abrochadas. “Este es un documento que está hecho por triplicado. Mi madre tiene una copia y en su casa se hará una conferencia de prensa con medios nacionales para que se conozca la verdad”, indicó. “Y si es necesario, lo llevaré a la Casa de Gobierno para que sea analizado por el poder político. Tengo contactos”, añadió amenazante.

Durante su declaración, el imputado no dejó de tocar las hojas que no eran otra cosa más que el pedido de elevación a juicio que formuló el fiscal Carlos Sale en diciembre pasado. “Aquí están todas las mentiras de las personas que vinieron a esta sala a declarar”, indicó antes de comenzar a cuestionar a los investigadores, enumerar las pruebas y lanzar acusaciones contra los investigadores. Una de ellas generó risas entre las personas que lo escuchaban atónitas. “Esta gente me robó la clave de google y con esa información me sacaron los dólares que estaba ahorrando para el 15 de mis hijas”, dijo.

Testimonio Clave

La audiencia se abrió con una declaración clave. Un testimonio que sería esclarecedor para lo que vendría después: el licenciado Rodolfo Monteros, el profesional que hizo la pericia psicológica del acusado. “Después de hacerle las entrevistas correspondientes, diagnostiqué que padece de trastornos paranoicos con tendencias al aislamiento”, explicó el profesional, que pertenece al cuerpo de peritos del Equipo Científico de Investigación Fiscal.

Monteros también señaló que detectó que el acusado “presentaba rasgos confabulatorios de manera patológica. En otras palabras, cuenta la realidad parcializada para decir cosas que no son ciertas”.

“Si esta patología no es tratada con terapia o es asistido por un médico psiquiatra que le administre la medicación apropiada, podría agravarse. Desde un principio solicitamos que sea atendido por esta situación”, agregó el licenciado.

El profesional, antes de terminar, aportó un dato clave: “tiene un marcado corte psicopático en sus acciones lo que genera que sus frenos inhibitorios estén disminuidos. También se nota que posee rasgos para ejercer más violencia sobre las personas que son vulnerables”.

El final

Los dichos del licenciado en psicología hicieron cambiar la opinión de las acusadoras. La auxiliar Luz Becerra, con instrucciones del fiscal Sale, decidió agravar la acusación en contra de Valdez. “Estamos ante un hecho particularmente grave. La víctima estaba indefensa antes de morir, por su edad, por su salud y por el lugar”, indicó.

Luego profundizó su planteo: “El acusado, aprovechándose de la confianza que le tenía Mohamed, y de la superioridad física que tenía sobre el mismo, y sabiendo que era una persona de edad avanzada con diversas enfermedades, lo llevó hasta un sector desolado y de difícil acceso. Allí, aprovechándose de la indefensión de la víctima, y actuando sin riesgo y sobre seguro, con intenciones de provocar la muerte”, indicó al solicitar que se lo condene a perpetua.

En los alegatos de apertura, la representante había considerado que le correspondía una pena de 15 años por homicidio simple.

La querella, representada por Ileana Battaglia y Agustina Lasquera, coincidieron con Becerra en todo, aunque reforzaron la acusación señalando que Valdez, según el informe del psicólogo, “se aprovechaba de personas vulnerables, como lo era Mohamed”.

La defensora oficial Marta Toledo se opuso al cambio de imputación, pero el tribunal les dio la razón a las acusadoras.

Los jueces le informaron a la defensa que podía pedir la suspensión del juicio para producir nuevas pruebas o permitir que Valdez declarara con el fin de que él mismo hiciera su descargo ante la nueva imputación. Y eso fue lo que sucedió. El acusado, en vez de defenderse, lanzó una catarata de acusaciones. El lunes, después de escuchar los alegatos de Toledo, las últimas palabras de los imputados, se sabrá la sentencia.

Similitud: el juicio contra Pablo Amin

En octubre de 2007, Pablo Amín mató a su pareja, le extrajo sus ojos y la arrastró por las escaleras de un hotel. Durante el debate, el acusado intentó hacer creer a los jueces que era inimputable con las declaraciones y la conducta que tuvo. Pero los jueces no le creyeron y terminaron condenándolo a prisión perpetua.

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