“Un like, es sólo eso, no un ‘te amo’”

“Un like, es sólo eso, no un ‘te amo’”

Con la virtualidad presente en las relaciones de pareja, Patricia Faur, psicóloga propone una relación real, que tenga un día de mañana porque para ella, el amor huele a tostadas. La importancia de trabajar el vínculo sobre la pareja, la intimidad emocional y el compromiso

UNA MIRADA. “La ilusión amorosa deforma la realidad, nos hace              ver cosas que no existen en el otro, ni en la relación”, dice Faur. UNA MIRADA. “La ilusión amorosa deforma la realidad, nos hace ver cosas que no existen en el otro, ni en la relación”, dice Faur.

Las redes sociales y las aplicaciones de citas, son un buen lugar para conocer. “El problema no son las Apps sino lo que uno se inventa a partir de eso. A veces dejan un sabor de insatisfacción porque uno cree que tiene un montón de oportunidades que no son verdaderas. Están bien pero rápidamente hay que salir de la virtualidad y pasar a otro terreno más real: una videollamada, Whatsapp y después el encuentro”, explicó a LA GACETA Patricia Faur, psicóloga especializada en el abordaje de dependencias emocionales y apegos patológicos. “Si no lo hacemos, seguimos construyendo algo que no es real por eso creo que las Apps de citas son buenos sitios para conocer gente pero el tamiz, indudablemente, es el encuentro”.

Su último libro, “El amor real huele a tostadas” (Ed. El Ateneo) propone un viaje desde los amores ilusorios, narcisistas y sin compromiso a los amores reales, cotidianos, verdaderos y simples: “no son tan estridentes ni pasionales pero tienen un mañana al día siguiente. Son aquellos en donde nos podemos levantar sin maquillaje ni máscaras y, por eso, huelen a tostadas”.

- En tu libro se habla de la “ilusión” y de todo lo que depositamos en el otro, ¿cómo podemos manejar esa situación, si es que se puede?

- Yo tomo a la ilusión con una connotación negativa. La ilusión amorosa deforma la realidad, nos hace ver cosas que no existen en el otro ni la relación. Tal vez me vi dos veces con alguien y ya creo que es una relación de pareja o puedo tener una ilusión respecto de cómo es el otro y le estoy poniendo atributos que no tiene. Lo contrario de la ilusión es la realidad, no deformar la evidencia y tratar de ver lo que hay. Por supuesto que esto es muy difícil en el período de enamoramiento y con personas con dependencia emocional que quieren desesperadamente tener una relación y tratan de negar esa realidad. Manejar el tema de la ilusión no es fácil porque hay que estar pegado a la realidad y sin anticipar. La ilusión se nutre de la anticipación de un futuro que no existe o incluso a veces de un pasado al cual podemos quedar aferrados. Si alguien me pone un like, es un like. No me está diciendo ‘te amo’, no me está diciendo ´vamos a vivir juntos. Solo me está diciendo que algo que hice o dije le gustó. Sin embargo las personas construyen alrededor de eso algo que no es verdad.

- ¿Qué nos pasa cuando nos enamoramos?

- El enamoramiento es un momento de atracción, una borrachera química en nuestro cerebro que tiene que ver con un momento inicial en muchas relaciones. Digo esto porque otras comienzan con un proceso de amistad. Pero el enamoramiento es ese momento instantáneo, un flash, match en donde dos personas se miran y ya está. Esto se ve reflejado en su sistema límbico, en su cerebro más primario y en reacciones neurobiológicas, fisiológicas como la taquicardia, no poder dormir y estar muy activado. En neuro imágenes pudimos ver que en ese momento del enamoramiento se desactivan áreas del cerebro que tienen que ver con el juicio crítico y la valoración negativa. ¿Viste cuando se dice “el amor es ciego”? Bueno, en realidad podemos decir que el enamoramiento es ciego porque es un período en el no vemos defectos en ninguno de nosotros. Hay una idea de que se está completo y pleno. Es un momento narcisista en donde estoy más enamorado de lo que el otro ve en mí, que del otro a quien ni siquiera conozco. El enamoramiento es un tiempo corto, efímero, no puedo evaluar con claridad si es una persona conveniente para mí, si puedo tener un proyecto. Es un momento en donde la corteza del cerebro que toma las decisiones, planifica y evalúa no interviene porque hay un predominio de la emoción.

- ¿Cómo se construye una pareja –en el presente y teniendo en cuenta el futuro-?

- La pareja y el amor es una construcción, el enamoramiento es pasajero. Muchos dicen “no encuentro el amor” y no lo vas a encontrar, lo vas a construir. Sí vamos a encontrar personas con quienes coincidimos en intereses, valores, nos gustamos y -si todo va bien y los dos tenemos ganas de construir algo- construiremos una relación de amor y pareja. Una pareja se construye con trabajo, fundamentalmente, no sale por default, no sale fácil sin que uno trabaje. Hay que trabajar la comunicación, la manera en la que digo las cosas, poder escuchar empáticamente –esto quiere decir que aunque no me parezca grave o importante lo que el otro me plantea ponerme en su lugar-. Trabajar las incomodidades, poder decirlas bien, no desde el reclamo, poder trabajar la sexualidad -que al principio, con el enamoramiento, no hace falta- pero más adelante hay que trabajar sobre el deseo. En definitiva, trabajar sobre la pareja es trabajar sobre la intimidad emocional y el compromiso.

- Vos decís que el amor se construye con tiempo, “a fuego lento”? ¿Cómo darse cuenta que estamos ante la posibilidad de construir el amor y cómo sostenerlo en el tiempo?

- Hoy la virtualidad tiene gran protagonismo en las relaciones pero las relaciones virtuales tienen un tiempo. Es el momento de conocerse -o bien de sostener el diálogo cuando una pareja se separa por un viaje, por ejemplo- pero una relación virtual completamente no funciona. Tampoco funciona una en donde el otro no está presente –no solo en cuerpo sino de compromiso o de compartir intimidad-. En el amor hay que estar en todo momento, meter los pies en el barro. Y estar es también cuando hay problemas, cuando el otro no está bien y no tengo ganas de escuchar, por ejemplo. Me doy cuenta de que es un buen amor porque no me enferma, no me intoxica, no me humilla, no me mata. Puedo en algún momento sufrir porque tuvimos un mal día, nos dijimos cosas que no están bien pero después reparamos y trabajamos sobre eso. El buen amor tiene que ver con la alegría de que el otro está en mi vida y con que su felicidad me hace feliz. El amor es un don que tiene que ver con la alegría de dar que es algo que no pasa en las relaciones pasionales o tóxicas donde uno da solamente porque la manera de dar es la manera de garantizar que el otro se quede conmigo.

- ¿Qué es Philia y por qué la destacás en tu libro?

- Philia es diferente a Eros –ambos tomados de la mitología griega-. Eros es un amor que sufre, es Cupido en la mitología romana. Sufre porque no tiene lo que necesita y cuando lo tiene, tiene miedo de perderlo. Es una agonía eterna. Los apegos patológicos o relaciones tóxicas son así, de alto voltaje erótico pero muy inciertas. Philia, en cambio, es la ternura, el compañerismo con cierta certeza. Sé que el otro está aunque no lo vea, no estemos juntos todo el día. Esa certeza – que no significa que durará toda la vida- hay que cuidarla pero da tranquilidad y felicidad.

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