Fenoa: Una sensación general de una Argentina en el callejón

Fenoa: Una sensación general de una Argentina en el callejón

Según Pagni, mantener la sensación de agotamiento de la sociedad profundiza la crisis. Prat-Gay, contra el populismo económico

EL PANEL DE CIERRE. Carlos Pagni intercambia opiniones con Alfonso Prat-Gay durante el Foro Económico del NOA (Fenoa).  EL PANEL DE CIERRE. Carlos Pagni intercambia opiniones con Alfonso Prat-Gay durante el Foro Económico del NOA (Fenoa).

Arriba del escenario y abajo también la sensación es la misma: una plena incertidumbre frente a las políticas que instrumenta la gestión del presidente, Alberto Fernández. El Foro Económico del NOA, organizado ayer por la Fundación Federalismo y Libertad, ha sido un fiel reflejo de lo que piensan los analistas, los economistas y los principales referentes del sector privado local y regional respecto del rumbo del país, sin un horizonte claro acerca de hacia dónde irá la economía a poco más de un año de las próximas elecciones y en medio de un malhumor social creciente por efecto de la elevada inflación y de los constantes cepos cambiarios, entre otras medidas. En el cierre de la jornada, el periodista y profesor de Historia, Carlos Pagni, expuso claramente citando al historiador Tulio Halperin Donghi, que escribió dos libros, cuyos títulos pueden adaptarse a la realidad actual: “La Argentina en el callejón” y “La larga agonía de la Argentina peronista”.

“Hay una sensación de agotamiento que pesa sobre todo el mundo. Recuerdo una conversación con un consultor en agosto de 2020 y me decía que el 68% de la sociedad cree que el año pasado fue mejor que este y el año que viene será peor. Ese porcentaje aumentó, pero no es importante sólo la intensidad, sino la duración”, señala el conductor del programa “Odisea Argentina” de LN+, que advierte que eso produce un enorme impacto político, con una crisis dentro de otra como esas cajas chinas. Así, el país no tiene destino, más aún cuando hay una gran crisis política.

Fabián Soria, Roberto Sánchez y José Pochat, en el Fenoa. ¿ Fabián Soria, Roberto Sánchez y José Pochat, en el Fenoa. ¿

Pagni compartió el panel de cierre junto con el ex ministro de Hacienda del macrismo, Alfonso Prat-Gay. Tomando como punta la introducción del periodista de La Nación sobre la Argentina en el callejón, el economista agregó otra dimensión: la gestión de Cristina Fernández de Kirchner que, a su criterio, se afianzó en lo que se conoce como populismo económico. Pero, al mismo tiempo, el ex diputado de Coalición Cívica traza una diferencia respecto de Néstor Kirchner que, según dijo, por defecto o por virtud, el ex presidente santacruceño sabía que, en base a su gestión anterior, si no tenía la caja en orden, no podía gobernar; por eso era más disciplinado y cuidadoso en lo fiscal, a diferencia de su esposa. Aún así, Prat-Gay apuntó que ambos compiten por el peor gobierno de la historia.

En su exposición, el ex ministro nacional señala que con Alberto Fernández el populismo económico continúa, pero advierte que está llegando a su fin. ¿En qué consiste? Lo explica así a partir las recomendaciones de senadores del oficialismo en ocasión del debate de la refinanciación de la deuda con el FMI, que son los postulados de Cristina Kirchner, con el aporte del gobernador bonaerense, Axel Kicillof:

Nutrido auditorio en la sala de convenciones del Hilton Garden. Nutrido auditorio en la sala de convenciones del Hilton Garden.

El Estado tiene que gastar siempre más de lo que recauda. “En cualquier país del mundo gastar más de lo que ingresa genera deuda. En el caso argentino, esa deuda debe refinanciarse cada cinco o 10 años y hay crisis de deuda motorizada por esta ideología de populismo económico”, indica.

El tipo de cambio debe ser siempre lo suficientemente bajo para que el salario en dólares sea muy alto. “Es un dilema que arrastramos mucho tiempo antes que la aparición de Cristina. Dificulta la posibilidad de contar con un tipo de cambio de equilibrio entre las ambiciones domésticas y las posibilidades externas”, define. Por el contrario, subraya, aquel populismo económico prefiere contar con un tipo de cambio atrasado, mientras la inflación le gana por poco más de 30 puntos. Frente a la situación actual, Prat-Gay considera que en la Argentina “hay que ser héroes para exportar y competir en el mundo con el tipo de cambio vigente, con las regulaciones estatales, con los mayores impuestos y las persecuciones”. “Pese a todo esto -acota-, el país está lleno de héroes que se levantan, contra viento y marea, y siguen y siguen y siguen. Esa es una razón para ser optimistas”.

La tasa de interés tiene que estar por debajo del nivel de inflación porque, de ese modo, se estimula el consumo. A ese axioma económico del cristinismo, Prat-Gay sostiene que si te compensa la inflación, entonces no habrá razón para ahorrar. “Si cualquier persona hace un depósito en el banco y lo busca después de tres o seis meses y compramos menos bienes que al inicio, estamos en presencia de un castigo al ahorro. Si no se ahorra, un país no crece, no se desarrolla ni aumenta el nivel de empleo”, expone.

El ex ministro de Hacienda considera que el factor más importante a atacar es la inflación que, de acuerdo con las consultoras privadas, ronda el 80% anual y que, el mes que terminó, pudo haber cerrado en torno al 5%, casi un promedio para el país. “Esto es preocupante porque convertirse en un detonante de algo que este gobierno tal vez no pueda manejar y que es la tensión social en la calle, un aspecto muy fuerte dentro del peronismo”, alerta. El problema, según su criterio, es que el Banco Central no puede alcanzar la independencia plena del poder político para adoptar medidas y dejar de emitir dinero para atender las urgencias del Tesoro. Esa falta de independencia institucional se evidencia en el hecho de que es el mismo gobierno el que anticipa las medidas en vez de ser la autoridad monetaria la que lo haga.

El economista fustiga las medidas adoptadas por el Gobierno nacional al restringirle el acceso a los dólares a los importadores, con el fin de proteger las escasas reservas líquidas que le quedan al Central. “Cortaron el flujo de importaciones sin tomar en cuenta que las cadenas de valor están integradas. Los insumos que se necesitan para producir en una gran fábrica o en cualquier pequeña y mediana empresa del interior tiene un componente importado. Si la respuesta del Gobierno es amputarse un brazo, esto no funcionará”, agrega.

Mirando al auditorio, tras una pregunta de Pagni acerca del rumbo de la Argentina en el marco de estas restricciones y de cara a un proceso electoral que se avecina, Prat-Gay no ha dudado en afirmar que este tipo de medidas no hace más que afectar la actividad económica, llevando a la Argentina a una posible recesión con más inflación. “Lógicamente que se incrementan los costos de producción porque aquel que pueda conseguir dólares afuera, lo tendrá a una tasa de interés que no estaba incorporada al cálculo inicial y el que no los consiga, no tendrá otro remedio que ir al dólar financiero, que también implica un aumento muy fuerte en la estructura de costos”, puntualiza.

El ex diputado señala que habrá que estar atentos a las decisiones que adopten los distintos actores del oficialismo que “parece que están jugando a las cartas en la cubierta del Titanic tirándose con todo sin considerar que, más que su supervivencia política, hay algo más importante que es el futuro de la nación”.

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