Entre anillos y sillones imperiales

Entre anillos y sillones imperiales

 Foto de Archivo LA GACETA / Osvaldo Ripoll Foto de Archivo LA GACETA / Osvaldo Ripoll

El país, y Tucumán en particular, vivieron una semana extravagante. Y tan violenta como ruinosa. El paro de los transportistas de cargas exhibió las limitaciones de una clase dirigente que parece empecinada en convertirse en meme. El manejo de la crisis desnudó vanidades y expuso la gravedad del desorden reinante, en una Argentina que se esfuerza por volverse cada vez más asfixiante.

“¿Cuándo vamos a empezar a resolver eso? Seguramente será a partir de las próximas 48 o 72 horas”, había prometido el 2 de junio el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur. Casi tres semanas después y en su provincia, transportistas de carga concretaron un paro y bloqueos para reclamar por lo que no se había resuelto en esas 48 o 72 horas prometidas. La protesta, además de paralizar las principales actividades productivas locales, tuvo picos de violencia física pero, sobre todo, verbal.

En esos casi tres días de enfrentamientos, cruces entre industriales y camioneros y gestiones oficiales, la sociedad asistió a una escenificación pobrísima. De un lado, el presidente de la Unión Industrial del NOA Jorge Rocchia Ferro bautizó como “señor de los anillos” al presidente de la cámara local de transportistas, Eduardo Reinoso, además de proferir ante los micrófonos varias groserías. Del otro, el destinatario de esa diatriba y denostación respondió con la misma beligerancia y hasta con amenazas. “Mientras yo esté en la cámara, que vaya comprando helicópteros para transportar la caña”, le replicó. En el medio, claro, hubo enfrentamientos entre manifestantes, represión policial y piedrazos a los transportistas que no se plegaron a la medida de fuerza.

“Política elitista”

“Tenemos que levantar la vara, no puedo vender panchuques en este nuevo mercado”, lanzó este jueves el intendente de la capital, Germán Alfaro, al referirse al proyecto de reconstrucción del ex Mercado del Norte. Según la iniciativa, el viejo edificio se convertirá en un moderno mercado, con patio de comidas y locales comerciales.

El asunto no es la revalorización de un espacio público en pleno centro, de por sí destacable, sino el tono despectivo de una frase que sonó hiriente para muchísimos tucumanos. Innecesaria. Obviamente, de inmediato recibió la réplica de sus ex compañeros de militancia peronista, quienes le enrostraron la “elitización” de su discurso desde que integra Juntos por el Cambio.

Vale decir, no es el primer mensaje en esa línea del intendente Alfaro en lo que va de junio. “¿Vos creés que a mí no me duele ver a gente de mi ciudad gente adentro de los contenedores, chicos adentro de los contenedores? Sabés lo que hago cuando recorro a veces, me paro y le digo ‘por favor lo único que quiero es que saques la basura y la vuelvas a poner’”, dijo durante una entrevista televisiva.

Pero este mes presenta un capítulo más de la “política tincha” a la tucumana. En Casa de Gobierno, y puntualmente en Fiscalía de Estado, quedaron asombrados por un expediente al que nadie se atrevió todavía a ponerle la firma.

Se trata de un pedido de compra de mobiliario que le atribuyen al Ministerio de Obras y Servicios Públicos, que comanda el ex decano de la Universidad Tecnológica Nacional, Fabián Soria, por unos $ 6 millones. El monto y el objetivo no llamarían la atención si no fuera por el contenido de los productos cotizados. El curioso texto del 30 de mayo lleva la firma del director de Administración de esa cartera, Lautaro Mariscal. “De acuerdo al pedido efectuado para la adquisición de mobiliario destinado al despacho privado de este ministerio, se procedió a realizar el relevamiento de precios en anticuarios del medio local”, expresa la nota dirigida al propio ministro. Luego, detalla el listado de muebles requeridos:

- Dos sillas estilo imperio tapizadas con jacard con hilos de plata ($ 270.000)

- Ocho sillas de madera de cerezo estilo inglés ($ 480.000)

- Dos sillones estilo imperio ($ 225.000)

- Una lámpara de escritorio Art Deco de bronce ($ 60.000)

- Par de sillones canapé franceses ($ 450.000)

- Una mesa de sala oval estilo Luis XVI, dorada con mármol de carrara, circa 1865 ($ 525.000)

- Una mesa directorio estilo imperio con vidrio ($ 490.000)

- Dos escritorios de secretaria de roble ($ 450.000)

- Un mueble cabinet estilo imperio con marqueten, broncería y mármol francés ($ 975.000)

- Una mesa de living francesa estilo imperio con mármol de carrara y broncería ($ 450.000)

- Un juego de living estilo imperio dorado de 1825 ($ 1,1 millón)

- Una mesa de bar rodante ($ 180.000)

El último pedido de la lista es aún más revelador sobre los gustos que tendría el ministro: “un escritorio personal del ex gobernador Celestino Gelsi estilo colonial ($ 375.000)”. Soria, de reconocida filiación radical, está al frente de este novel ministerio desde inicios de abril y, corresponde aclarar, aún no cuenta con oficina en la Casa de Gobierno. En rigor, atiende en el comedor del Palacio porque sigue en la búsqueda de alquilar un inmueble céntrico. Mientras, parece querer contar con el equipamiento necesario para cuando consiga un despacho.

Vanidades

Desde luego, nada de lo que aconteció esta semana impidió que la política siguiera su curso natural hacia el electoralísimo 2023. En particular, a partir de la cada vez más comentadas consultas informales a operadores judiciales sobre la posibilidad de que Juan Manzur sea candidato a vicegobernador el próximo año.

El jueves, en Buenos Aires, el gobernador interino Osvaldo Jaldo y el jefe de Gabinete volvieron a reunirse a solas durante casi una hora. Ayer, viernes, regresaron juntos en el avión oficial y por la noche encabezaron una cena con los intendentes oficialistas (incluido el taficeño Javier Noguera, que pretende disputarle la sucesión a Jaldo), y autoridades legislativas Sergio Mansilla y Regino Amado. “Nadie saca los pies del plato”, es el mensaje que llevaron al mitin de anoche en la casona de Manzur en Yerba Buena.

Existe mucha preocupación por el tambaleante escenario nacional, y por eso cobra cada vez más fuerza la hipótesis de una fórmula “Jaldo-Manzur”. Al punto que no hay otra alternativa hoy en la cabeza del gobernador interino. El tema es que antes debería haber un pronunciamiento judicial que eche un poco de luz. Y aquí surgen algunas advertencias que en los últimos días se multiplicaron entre dirigentes del PJ y constitucionalistas: quien debería firmar esa acción declarativa de certeza para dilucidar si la Constitución no prohíbe una eventual candidatura de Manzur a la vicegobernación es, justamente, el propio jefe de Gabinete.

Ocurre que cualquier otra persona que pretenda hacerlo corre el riesgo de que, desde tribunales, le pidan que justifique un interés legítimo en que Manzur pueda postularse como segundo. En rigor, el único “legitimado” es el jefe de Gabinete. Pero hacerlo implicaría asumir un costo político en un momento de incierta estabilidad en el andamiaje de poder del peronismo nacional. La otra cuestión es definir el tema de cuándo efectuar ese planteo, porque ni siquiera hay un decreto de convocatoria a elecciones ni están corriendo los plazos para las postulaciones.

Demasiadas especulaciones y extravagancias en un contexto poco propicio para las vanidades.

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