San Martín en la Copa Argentina: la pasión no tiene fronteras

San Martín en la Copa Argentina: la pasión no tiene fronteras

Los hinchas de San Martín “coparon” La Rioja y se hicieron sentir en una ciudad tranquila

UNA CABECERA COPADA. Las autoridades esperaban unos 5.000 tucumanos, lo cual quedó confirmado con cómo se pobló el sector de tribunas del “Santo”.  UNA CABECERA COPADA. Las autoridades esperaban unos 5.000 tucumanos, lo cual quedó confirmado con cómo se pobló el sector de tribunas del “Santo”. Foto de Ismael Fuentes Navarro - Especial para La Gaceta

You’ll never walk alone”. El himno que hicieron famoso los hinchas de Liverpool, tranquilamente podría sonar con fuerzas en cada rincón de La Ciudadela. Los fanáticos de los “Reds” se jactan de ser una hinchada incondicional, fiel, que sigue de cerca los pasos de su equipo; y la similitud con el hincha “santo” salta a la vista cada vez que San Martín juega lejos de casa y no existe la famosa prohibición de parciales visitantes que ya se hizo costumbre en nuestro fútbol.

Desde el mismo instante en que se supo que el juego por la Copa Argentina iba a disputarse en La Rioja, en Bolívar y Pellegrini comenzaron a organizar el viaje. Claro, ayer se cumplieron 980 días de la última vez que los hinchas pudieron acompañar al equipo sin tener que pasar desapercibidos en un estadio (fue en el juego por 16avos. de final de la versión 2019/20 de esta competencia, contra Argentinos Juniors en el estadio “Padre Martearena” de Salta).

Para el riojano medio, el fútbol no figura entre sus prioridades. “Hoy es el partido, ¿no? ¿En qué estadio se juega?” El comentario se repitió en charlas con la recepcionista de un hotel, con el mozo de un restaurante y con un transeúnte que miraba asombrado el ir y venir de camisetas “rojiblancas”. Sí; todos ignoraban hasta al mismísimo “Carlos Augusto Mercado Luna”, el remozado coliseo que La Rioja fijó como una de las tantas sedes de tiene esta edición de la competencia más federal de Argentina.

Fue una jornada larga, llena de pasión y abrazada por un mega operativo de seguridad que tuvo la asistencia de tres provincias: Tucumán, Catamarca y La Rioja. La caravana de hinchas “santos” que copó la ruta 38 desde la madrugada de ayer, debió sortear numerosos controles hasta llegar a destino. “Fue un parto. En algunos casos, hubo ómnibus que tuvieron una demora de más de dos horas”, le confiaron a LG Deportiva algunos simpatizantes “santos”. Y la clara muestra de lo sucedido fue que hasta cuando la pelota comenzó a rodar, la cabecera noroeste del estadio seguía recibiendo a fanáticos que llegaban corriendo y cantando.

En el ingreso a Catamarca, antes de dejar esa provincia y en cuatro puntos del territorio riojano, los controles fueron una piedra en el zapato para la caravana de fanáticos. “Queremos que sea una fiesta. Teníamos la estimación que vendrían 5.000 hinchas tucumanos y unos 1.000 desde Buenos Aires. Por ese motivo, montamos un operativo en el norte, para recibir a los de San Martín; y otro en el sur para los que llegaron desde Quilmes”, contaron los encargados de hacer que los que ingresaran a la ciudad sean con todos los requisitos cumplidos.

En las calles, los bocinazos entre simpatizantes “santos” y los cánticos de apoyo al equipo que dirige Pablo De Muner cortaron en seco por unas horas la tranquilidad de una ciudad ordenada y que vive unas cuantas revoluciones por debajo de la media de las grandes urbes. Estas situaciones motivaron el asombro de los locales y hasta una sonrisa cómplice por el inesperado y gratuito espectáculo.

No importa la competencia, ni los resultados. El hincha de San Martín está al pie del cañón para caminar al lado de su equipo. Ayer, en La Rioja, un miércoles por la tarde, volvió a demostrarlo. Porque el “Santo” tampoco camina solo: siempre es respaldado por una marea que no entiende de distancias ni de obstáculos.

Marihuana en un micro de Quilmes

En uno de los cuatro micros en que se trasladaban dirigentes de Quilmes, incluso la ropa de utilería del plantel para el partido, la policía encontró marihuana. La persona responsable dijo que contaba con el permiso el cultivo controlado de la planta de cannabis, con fines de tratamiento medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor.

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