“Los chicos no fracasan, los lleva la educación al fracaso”

“Los chicos no fracasan, los lleva la educación al fracaso”

La doctora Ana María Borzone, investigadora del Conicet, critica el sistema educativo, en el que los alumnos no aprenden a leer y escribir en primer grado. “El chico tiene que adivinar las palabras, eso va atrasando su aprendizaje. Tampoco se enseña vocabulario”, dice.

MIRADA CRÍTICA. Ana María Borzone es investigadora del Conicet.  MIRADA CRÍTICA. Ana María Borzone es investigadora del Conicet.

Libertad. Dignidad. Progreso. Pero también tolerancia, una sociedad menos violenta. Más justa. Sin ella, eso no es posible o, por lo menos, muy difícil de lograr. Desde hace mucho tiempo, se debate en nuestro país acerca de qué educación deben recibir nuestros hijos. La Ley Federal de Educación se promulgó el 29 de abril de 1993 y pese a que surgió por consenso, a poco de dar los primeros pasos, sus falencias comenzaron a aparecer. Estas se reflejaron en los magros resultados, especialmente, en los chicos que concluían el polimodal y que, en general, no salían preparados para ingresar a la universidad. La realidad no ha cambiado demasiado desde entonces y las evaluaciones internacionales vienen reflejando en los últimos lustros una preocupante caída en el rendimiento educativo de los alumnos. “Hay que preguntarles a los ministros de Educación a qué atribuyen el bajo desempeño. Las evaluaciones muestran que los chicos aprendían antes a leer y escribir en primer grado y ahora no aprenden, entonces qué es lo que está sucediendo porque a partir de ahí es el primer paso y si no lo dan, no pueden dar otros pasos. No pueden cursar la escolaridad sin el instrumento básico para todo aprendizaje que es el lenguaje oral y escrito. Entonces si no se enseña, si los chicos que están la secundaria, copian del pizarrón y no saben ni lo que copian, algo está pasando”, sostiene Ana María Borzone, doctora en Filosofía y Letras e investigadora principal del Conicet, que desde fines de los 80 viene trabajando en propuestas para mejorar la calidad educativa. Es capacitadora de docentes y asesora ad honorem en la provincia de Mendoza.

- ¿Cuáles han sido sus experiencias?

- Hemos hecho muchas intervenciones y todas nos dan los mismos resultados: todos los chicos pueden aprender a leer y escribir en primer grado, independientemente de que vivan en la escuelita más pobre del Chaco, aplicando otra metodología que tiene algunos aspectos de la que se utilizaba antes, porque no todo lo nuevo es mejor ni todo lo tradicional es malo. Tomando aspectos, como por ejemplo, la enseñanza sistemática de la relación sonido-letra, de la correspondencia, que nos enseñaban, sumando mucho trabajo con el lenguaje oral, mucho trabajo para enseñar vocabulario porque los chicos cada día tienen un vocabulario más pobre, mucho trabajo y actividades para enseñar comprensión, todos esos aspectos han dejado de enseñarse en nuestro sistema educativo. El resultado es que los chicos tienen dificultades para expresarse oralmente y por escrito, y con esas bajísimas habilidades de dominio de la comprensión lectora tampoco pueden acceder a la información a través de internet, por ejemplo, porque el instrumento siempre es la lectura, la comprensión. Entonces pueden tener a su alcance toda la información del mundo, pero no pueden acceder a ella porque si no pueden leer ni comprender esa información, para ellos no existe. Es decir, quedan reducidos a un mundo mínimo, que es el mundo inmediato y sin tener instrumentos para incorporarse a la sociedad y tener una vida digna.

- Con el celular o la computadora, los chicos van perdiendo la letra de carta y los mensajes prácticamente son monosilábicos o con emoticones…

- Claro, pero los mensajes que pueden leer o escribir son mínimos, no es que hayan avanzado en su dominio de la escritura, todo lo contrario, han retrocedido y muchísimo. Ni siquiera pueden usar todos los medios y los avances tecnológicos para aprender porque no comprenden, no tienen las herramientas básicas para utilizar esos instrumentos. Las nuevas tecnologías, por más que ellos accedan a un teléfono, no les abren el mundo, el mundo se los abre la lectura, la escritura, el comprender textos. Pero si no pueden comprender un texto mínimo como muestran las evaluaciones no pueden navegar por internet para buscar información, no saben cómo hacerlo.

- ¿Cómo se vino y se sigue enseñando en la actualidad?

- Una parte de la metodología que se utiliza se llama global y en qué consiste: en que no enseñan las correspondencias sonido-letra. ¿Entonces qué sucede? El chico tiene que adivinar las palabras, no las puede leer ni escribir, eso va atrasando su aprendizaje. Por otro lado, no se enseña vocabulario. Solo a fundamentalistas se les puede ocurrir no enseñar las correspondencias. Todo viene desde un modelo que considera que el chico tiene que adivinar las palabras, no leerlas e inferir su significado, interpretar como quiera los textos y eso no es aprender. El vocabulario es fundamental, no es solo conocer palabras, tener un vocabulario amplio, conocimientos, es conocer el mundo. No se enseñan estrategias de comprensión, estamos en el 2022 y ya se sabe cómo enseñar comprensión. No se enseña a escribir textos, los chicos escriben como pueden o como se les ocurre. Como los chicos no aprenden, la solución del sistema es que pasen automáticamente de grado o de año. No hay evaluaciones, es un pecado evaluar. El derecho del niño es aprender y ya en el siglo 21 sabemos cómo los chicos aprenden y cómo se debe enseñar, pero se hace todo lo contrario en la Argentina respecto del resto del mundo. Y se defiende a muerte. Una escuela de La Plata quiso cambiar la metodología, nos pidió asesoramiento, iban a utilizar materiales que habíamos elaborado y el inspector lo prohibió. No se enseña ortografía, los chicos de sexto grado no pueden escribir una palabra con buena ortografía.

- Tampoco se desarrolla el sentido crítico...

- No se desarrolla nada; lamentablemente, están atentando contra el desarrollo lingüístico y cognitivo de los chicos. No es que no tiene consecuencias, las tienen a nivel cognitivo y son graves el hecho que no aprendan a leer y escribir en tiempo y forma, para desenvolverse en todas las esferas de la vida. Entonces es una cognición que no está equipada, un sistema en el cual va a tener dificultades para desempeñarse.

- Pero se supone que son pedagogos los que manejan la educación.

- Pero ahí hay un error porque lo que necesitamos son especialistas en lectura y escritura, en comprensión, y el país los tiene en grupos del Conicet, de la Universidad de Buenos Aires, en Letras, en Psicología. Ahora esos grupos de especialistas que son psicólogos cognitivos, psicolingüistas, no son nunca atendidos en el ámbito de los ministerios. No basta con saber sobre educación en general, hay que saber específicamente sobre lectura y escritura y para eso hay que tener una formación especial. Estos especialistas no somos convocados, excepto en la provincia de Mendoza que ha cambiado su línea de enseñanza, ya ha evaluado y se pueden mostrar al resto de las provincias los resultados cuando se cambia de metodología. La que se utiliza en la Argentina es ineficiente y fue abandonada en el mundo en 1967. Entonces si nos empeñamos en seguir por un camino que nos lleva al desastre, los chicos no fracasan, los lleva la educación al fracaso, la falta de enseñanza, ese es el problema de fondo. Hay un movimiento muy importante en todo el país, que nos estamos organizando en la Mesa Nacional por la Calidad Educativa (Menace) y movilizando para que se tome en serio el tema educativo. Los docentes son muy conscientes de que, con las disposiciones ministeriales, lo único que hacen es regalarles a los chicos el título de la secundaria, a los que se quedan, porque muchos abandonan sin que hayan aprendido nada, y obligar a los profesores a promoverlos, a bajar el nivel porque si ya ingresan a la secundaria sin poder leer y escribir, qué hace el profesor: ¿tiene que ponerse a enseñarles? Es muy grave y serio, lo bueno de todo esto dentro de la situación realmente angustiante que vivimos los docentes, es que hay una reacción de la sociedad, los docentes quieren enseñar y que los chicos aprendan, y que los dejen enseñar. Si no enseñan de la manera que les dice el ministerio, sin ningún fundamento científico, los persiguen y tengo evidencias sobre eso. Es una situación incomprensible porque tenemos las herramientas, gente capacitada, especialistas en lectura, escritura y comprensión de textos, materiales, pero si los ministerios nos cierran las puertas es imposible cualquier cambio.

- ¿Usted capacitó docentes tucumanos?

- En algún momento, sí, hubo un proyecto de Misiones Rurales Argentinas, pero después no se pudo avanzar para cambiar la enseñanza en Tucumán. Yo estuve haciendo presentaciones ahí, pero luego no hubo ningún cambio, me parece que fue en 2017. La propuesta era cambiar la metodología de enseñanza, nosotros ya hemos evaluado nuestra propuesta. Yo empecé a implementar una propuesta distinta, una metodología diferente de enseñanza a fines de la década del 80 con chicos de cinco años de una villa de emergencia y a fin de año, escribían textos, no cometían faltas de ortografía. A partir de ahí, hemos hecho intervenciones en todas las escuelas rurales de La Rioja, los chicos aprendían a leer y escribir y después por decisiones políticas, se cortó el proyecto. Estamos trabajando con todas las escuelas de Mendoza, ya se evaluó, hay una mejora. Todavía nos falta mucho porque no hemos llegado a todos los docentes por razones de falta de presupuesto, pero se capacitan miles de ellos por año en Mendoza y están avanzando muy bien, mucho compromiso de la Dirección General de Escuelas. Soy asesora ad honorem, yo siempre estoy lista, dicto las capacitaciones.

- ¿Mendoza es la única provincia que se ha interesado por revisar la educación?

- Sí, se ha preocupado y está realmente bien encaminada en cuanto a reforzar la alfabetización inicial e intervenir cuando algunos chicos quedan desfasados y no han aprendido adecuadamente. También tienen programas para recuperar a los chicos del secundario, se está haciendo una gran movida en Mendoza. Fue una decisión política importante de Cornejo y desde 2016, estoy trabajando con los docentes mendocinos, con el director general de Escuelas y los funcionarios, que tienen mucho compromiso. En ninguna otra provincia, ni en Capital Federal, se han generado cambios.

- ¿Cuál es su pronóstico? ¿Cree que algo va a cambiar?

- Es importante que los docentes se estén movilizando por la calidad educativa, es muy importante, porque quieren que los chicos aprendan desde el primer día en que pisan un jardín de infantes. Ahora, si en 30 años no se logró nada, no sé, a lo mejor alguien reacciona, algún ministro toma nota, escucha, y se genera un cambio, pero no veo que eso suceda. No soy muy optimista porque la Argentina se mantiene siempre en otra línea, es una metodología de enseñanza que no se utiliza en Chile, Uruguay, Paraguay, en ningún país de América Latina; en algunos momentos se utilizó, pero después se abandonó cuando se vieron los resultados. ¿Por qué se sigue insistiendo acá en hacer que los chicos fracasen, no aprendan, con el daño que genera eso? Genera el fracaso en la autoestima de los chicos, que se dan cuenta que no están aprendiendo y el daño que se genera para el futuro de sus vidas. En Mendoza, cambió el gobernador, pero la línea no se cambió. Es importante la continuidad. Esperemos que alguien nos escuche. Es muy frustrante ver que los chicos no aprenden. Hacerlos pasar de grado es tapar el fracaso, es tirar la tierra bajo la alfombra, promoción automática para no atender al problema de fondo que es la deficiencia en la enseñanza, que no es responsabilidad de los docentes, que quede bien claro.

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