Los intendentes peronistas hicieron catarsis en Monteros

Los jefes municipales manzuristas analizaron el escenario que se abrió con la conducción institucional de Jaldo en la provincia.

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De capital alternativa de la Argentina a sede del retiro espiritual y político de los intendentes manzuristas. En Monteros, los jefes municipales afines al gobernador en uso de licencia, hoy convertido en jefe de Gabinete de la Nación, hicieron catarsis. El alejamiento de Juan Manzur ha sido un duro proceso para ellos. De hijos pasaron a ser entenados, a merced de las decisiones del vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, a quien enfrentaron en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), hace apenas 12 días. Desde entonces, un huracán pasó por el Frente de Todos, con tensiones propias de la sucesión obligatoria en la conducción institucional de la provincia.

A la vera de la ruta 38, en la residencia del intendente Francisco Serra, los intendentes peronistas intentaron bajar los nervios, los enojos y aceptar el nuevo escenario que se les ha planteado tras las internas. En las cuatro horas de la cumbre hablaron todos. El ministro del Interior Miguel Acevedo explicó que el esquema de asistencias seguirá siendo el mismo que venían recibiendo de la Casa de Gobierno. El presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, ponderó el diálogo existente con Jaldo y el entendimiento mutuo para continuar con la gestión que inició el propio Manzur. Durante la reunión hubo quejas, pero también el reconocimiento de algunos gestos iniciales del vicegobernador, como el hecho de que no haya avanzado contra dos de los ministros que estaban en capilla en la Legislatura: Juan Pablo Lichtmajer (Educación) y Claudio Maley (Seguridad). Desde la Cámara ya mandaron algunas señales de bajarle el tono a las críticas, pero sin perder de vista la necesidad de que haya cambios que mejoren la situación en una y otra área del Estado. El propio Jaldo ha tenido una cumbre con las autoridades de seguridad y con la plana mayor de la Policía para darle un un plazo prudencial de 30 días para modificarle el humor a la sociedad, en base a la acción. De la misma manera hará con Educación para que cesen los hostigamientos sociales y de la oposición por el mal estado de algunos establecimientos.

"Son tiempos de tranquilidad, de bajar la pelota y de ser un buen observador de las conductas. Si te calentás, perdés el foco y quedás expuesto políticamente", comentó a LAGACETA.com un asistente a la cumbre de intendentes respecto de la actitud que tomarán frente al nuevo escenario político e institucional. Varios de los presentes indicaron que Manzur no los desamparó y que está en contacto con el vicegobernador. "En definitiva, todos tenemos que trabajar para consolidar cada una de nuestras administraciones, como así también garantizar la victoria del Frente de Todos en las elecciones del 14 de noviembre", puntualizó otro de los jefes municipales.

La primera semana del nuevo conductor de la Provincia ha sido de estudio. La próxima servirá para medir la temperatura de la convivencia interna y externa. Los manzuristas quedaron tranquilos de que se les respetará lo convenido para sostener el pago de sueldos y las obras públicas; los jaldistas miran de otra manera el futuro y creen que pueden recuperar parte de los recursos retenidos por obras para regularizar situaciones financieras de atraso. Los cuatro intendentes que responden a Juntos por el Cambio se reunirán desde la próxima semana con el ministro del Interior, con el fin de analizar la situación en cada una de esas jurisdicciones. Cada uno de los 19 intendentes mantendrán su identidad política, más allá de lo institucional. Al menos ese es el mensaje que se transmite desde la Casa de Gobierno.

Si algo quedó de conclusión de la cumbre de Monteros es que todos deben tener los pies sobre la tierra y evitar los enojos. Que resulta imprescindible alinearse institucional y políticamente para conservar el 49% de los sufragios obtenidos en las PASO y, si es posible, ampliar ese porcentaje. Y que, más allá de los vaivenes del año electoral, ni Manzur ni Jaldo los desamparará por una cuestión de pertenencia a un mismo signo partidario, pero con miradas diferentes.  "En definitiva, somos peronistas", indicó un dirigente partidario.

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