Con Manzur, el peronismo clásico copó el gabinete

Con Manzur, el peronismo clásico copó el gabinete

Lo llaman “el señor de los anuncios positivos”; también “doctor Milagro”. La simbiosis de un hombre que puso en juego su futuro político.

ALIADOS INCONDICIONALES. Eduardo De Pedro, Santiago Cafiero y Martín Guzmán flanquean al jefe de Gabinete, el tucumano Juan Manzur.   ALIADOS INCONDICIONALES. Eduardo De Pedro, Santiago Cafiero y Martín Guzmán flanquean al jefe de Gabinete, el tucumano Juan Manzur.

“Bienvenido Juan a la Capital Nacional del Peronismo”. El sugestivo pasacalles fue colocado el miércoles último en el acceso al municipio de La Matanza. Fue el recibimiento que el intendente Fernando Espinoza le hizo a Juan Manzur, jefe de Gabinete de la Nación y gobernador de Tucumán (en uso de licencia) en la tierra que lo vio crecer políticamente. Manzur, el “doctor Milagro” (por haber dicho “chau barbijos” en pandemia) como ya lo han bautizado en las redes sociales, desembarcó en el principal distrito electoral argentino (Buenos Aires), con la misión de revertir la derrota que el PJ cosechó en las PASO, mediante la campaña de las “buenas ondas”.

Juan Manzur ha revolucionado la dinámica laboral de los hombres y de las mujeres que acompañan al presidente de la Nación. El jefe de Gabinete le impuso un ritmo similar a sus recorridas en Tucumán como gobernador. Pero, a la vez, ha alimentado las críticas de la oposición que lo observan como una suerte de primer ministro de una gestión que intenta apuntalar la imagen de un Presidente debilitado. De hecho, hay referentes opositores que señalan que “el doctor Milagro” intenta dar por finalizada la pandemia de la Covid-19, no con más vacunas, pero sí con un decreto. Pero no es sólo el tucumano el que está detrás del oxígeno que necesita el Frente de Todos para revertir el resultado en las elecciones del 14 de noviembre. Los intendentes del conurbano bonaerense también juegan su partida y vienen reclamando roles más protagónicos dentro de la coalición para mejorar la perfomance electoral. En ese lote de dirigentes (incluyendo a Manzur) tal vez se encuentre el nuevo jefe de una campaña relativamente corta, que arrancará dentro de una semana. En lo territorial, el tucumano se complementa con el ex intendente de Lomas de Zamora y actual jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, con quien se reunió hace poco.

Según el analista político Sergio Berensztein, con el desembarco de Manzur en un puesto clave de la estructura nacional, volvió el peronismo clásico. “En el Gobierno del Frente de Todos, esta será la etapa más visible del peronismo tradicional. En cierta medida, Cristina Fernández de Kirchner se adelantó a lo que iba a pasar: los accionistas del PJ que habían ganado en las PASO iban a reclamar el traspaso de la responsabilidad de gestión. En consecuencia, ella le dio el poder a un gobernador de la provincia más importante (demográfica, política, electoral y simbólicamente peronista) y al intendente con mejor resultado electoral en un distrito complicado”, evaluó el consultor durante una charla telefónica con LA GACETA. En otras palabras, con Manzur y con Insaurralde, la fórmula presidencial ha decidido mostrar un equilibrio de poder, cediéndoles parte de la iniciativa en medio de una campaña electoral en la que no sólo hay que revertir el resultado de las internas, sino también apuntalar una gestión con poca aceptación social. El politólogo acota que, así, ahora gobierna el peronismo en esencia y no una estructura edulcorada y socialdemócrata (corporizada en Alberto Fernández y Santiago Cafiero), ni una etapa frepasista tardía, como define el escritor Jorge Asís, de un kirchnerismo con idioma inclusivo, sino un peronismo que también incluye a una figura fuerte internamente, como Aníbal Fernández, ministro de Seguridad.

Con su particular estilo, el politólogo Julio Bárbaro coincide con Berensztein en el sentido de que la gestión de Alberto Fernández, poco a poco, abandona “el progresismo del todes, del riesgo de convertir a la Argentina en Venezuela y dar paso a una estructura de poder más sólida, que mire lo productivo como base de sustento de las acciones de Gobierno”. No obstante, aclara que en la vida, todo es relativo. “Vale más un peronismo, aunque este sea la versión más conservadora que la frivolidad del progresismo”, refuerza en una conversación con nuestro diario. Bárbaro señala que la búsqueda de la normalidad se ha dado en algunos anuncios efectuados por el oficialismo, orientando, por caso, a la regularización del pago al FMI, a una concepción más pragmática de gestión y un apoyo a la producción. “A Manzur le reconozco que contribuye a mejorar las relaciones internacionales a partir de sus contactos con los Estados Unidos y con Israel”, remarca. Y agrega que los cambios en el gabinete nacional serán auspiciosos en la medida “en que el país salga de esta competencia de odios y de denuncias porque la real batalla que se viene no es para ganar los votos que se perdieron en las PASO, sino para obtener el respaldo necesario de la sociedad para seguir gobernando”. En ese aspecto, indica que si Manzur ha decidido dejarle en manos de su compañero de fórmula, Osvaldo Jaldo, la conducción de la provincia “es porque quiere llegar hasta el final, hacia una mayor proyección política nacional”. “Todo esto -expresa- contribuirá también a que la oposición salga de ese terreno de la denuncia y comience a debatir en serio qué país les dejamos a nuestros hijos y a nuestros nietos y cómo hacemos de la Argentina un país más productivo”.

Del interior profundo

Berensztein, en tanto, considera que Manzur ha llegado a la Casa Rosada para motorizar una carrera que, indudablemente, continuará a nivel nacional. A su criterio, el gobernador tucumano en uso de licencia representa una simbiosis de lo que representaron Carlos Saúl Menem y Eduardo Duhalde. “En algún sentido, Manzur representa el interior profundo, pero tiene territorio en un distrito difícil como Buenos Aires, algo que Menem carecía. Y eso lo escuchás de casi todos los barones del conurbano”, justifica. Y coincide con Bárbaro al señalar que el tucumano goza de una buena reputación internacional, por sus vínculos con los Estados Unidos y con la comunidad judía.

El analista considera que Manzur ha jugado una carta fuerte con la aceptación de la Jefatura de Gabinete de ministros nacionales. Si bien advierte que está entre una etapa gelatinosa por aquello de la licencia como gobernador y la posibilidad de retornar si hay más problemas, el mandatario tucumano intentará robustecer su paso por la Casa Rosada más allá del 14 de noviembre. “Hasta ahora lo vimos focalizado en los anuncios que tienden a mejorar el humor social; no sabemos si tendrá incidencia en la política económica”, expresa. Manzur es uno de los dirigentes que más apoya al ministro de Economía, Martín Guzmán y, además, ha sido uno de los que propuso a Alberto Fernández para el cargo que hoy ocupa.

Manzur sigue tejiendo a nivel nacional. Nunca se despegó de la Casa Rosada y se aferra al Presidente. De una manera irónica, pero no irreal, Berensztein cree que el tucumano aspira a una candidatura nacional en el futuro, con una gestión en línea con la de Angelo Giuseppe Roncalli, un conductor de la Iglesia que tuvo un breve pontificado, pero intenso, bajo la denominación de Juan XXIII. Esa ha sido siempre la meta del médico sanitarista.

De Aníbal Fernández: “¿qué elección se perdió?”

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, minimizó ayer el resultado adverso de las PASO, al resaltar que el Frente de Todos no compitió “con nadie” de manera interna. “Tenía una sola lista y no competía con nada. Lo que llamó la atención fue Juntos por el Cambio, que sí competían (entre ellos) e hicieron atractiva la competencia. Ahora competiremos y veremos cómo concluye”, indicó. “¿Qué elección se perdió? Si nosotros no perdimos contra ellos”, indicó. Fernández aseguró que “la calle no se pierde nunca” para el PJ, aunque señaló que “la pandemia obligó a recluirse y eso lo hizo un poco más difícil”.

“Eso se va a ir mitigando y ha sido muy contundente Juan Manzur, que vamos a ir abriendo cada vez más, con un nivel de vacunación que es altísimo y la efectividad también lo es. Hay que seguir por ese camino, en la medida que no nos den conclusiones problemáticas”, resaltó el ministro de Seguridad.

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