La hoja de ruta de los industriales para sostener el crecimiento

La hoja de ruta de los industriales para sostener el crecimiento

Planificación a largo plazo, colaboración entre los sectores productivos, consenso a la hora de implementar políticas y una fuerte apuesta por la diversificación son objetivos que comparten. Pero en el camino hay varios cuellos de botella que deben superar. Quienes conducen varios ingenios tucumanos hablan del presente de la actividad y de las perspectivas para lo que viene.

FÁBRICAS A PLENO. Un informe de la FET advierte un escenario complejo para este año: menor demanda de azúcar y efectos negativos de la política cambiaria. FÁBRICAS A PLENO. Un informe de la FET advierte un escenario complejo para este año: menor demanda de azúcar y efectos negativos de la política cambiaria.

“Hay que defender la provincia y a la industria del azúcar”, supo decir Luis Pagani, presidente del Grupo Arcor, como una manera de sostener a una de las industrias madre de Tucumán. La apuesta por la actividad es una constante para el ejecutivo que entre sus empresas cuenta al ingenio La Providencia, instalado en territorio de Río Seco. El optimismo de Pagani es el mismo que pregonan otros industriales, aunque todos con sus bemoles, no sólo porque hay que luchar contra las regulaciones, sino también porque el azúcar necesita imperiosamente de una cohesión entre los principales actores. Todo con el fin de proyectar a 10 o 15 años a un sector que requiere de una reconversión gradual y de políticas que la sustenten, coinciden los principales CEO.

El escenario es complejo. De acuerdo con el último reporte de la Federación Económica de Tucumán (FET), para esta zafra se espera una nueva caída en la demanda de azúcar por el avance en la oferta de edulcorantes artificiales y de maíz. El continuo crecimiento en las importaciones y la mayor molienda húmeda de maíz, efectivizados en el primer semestre de este año, así lo anticipan, remarca el diagnóstico. En principio la caída en la producción de azúcar, esperada en la presente cosecha por razones de índole climática no alcanzaría a eliminar todos los excedentes provenientes de la zafra 2020/21, sostiene.

Los excelentes precios del mercado mundial del azúcar no alcanzan para compensar los efectos negativos de la política interna cambiaria. Por lo tanto, lo que debería ser un boom exportador con una excelente rentabilidad, se convierte en un negocio muy ajustado o que sólo cubre costos variables, observa el informe empresario. Los productores han hecho importantes esfuerzos en materia de exportaciones para las zafras 2020/21 y 2021/22. Pero con las estimaciones de producción actuales surge la necesidad de exportaciones adicionales a las confirmadas a la fecha, para lograr un equilibrio entre oferta y demanda interna.

Según la FET, la política cambiaria anunciado por el Gobierno nacional para el resto del año, provocará que los exportadores tengan una reducción adicional en sus ingresos, en moneda constante, en el orden del 2 al 3% por mes, acumulativos. “El sector azucarero necesita encontrar mercados para la caña que quedó sin destino por la caída en las ventas para el mercado interno. Lo lógico sería un aumento en la mezcla de bioetanol con las naftas, pero la pugna con el sector petrolero hace complicada esta salida hasta la fecha. El otro camino sería la exportación, pero la política cambiaria y fiscal actual lo impide. El sector no requiere subsidios, sino que sus ingresos no sean reducidos producto del efecto de normas gubernamentales”, puntualiza la entidad.

Emilio Luque, propietario de dos ingenios, señala que el Concepción ha tenido un buen año fabril e industrial, con buenos rendimientos, por lo que estima que la zafra en ese establecimiento terminará entre el 4 y el 5 de octubre, con un nivel de producción casi similar a la temporada anterior. Distinto es el caso del Marapa que, según el industrial, terminó su molienda hace 15 días porque en el sur de la provincia hubo poca caña disponible debido a las heladas que afectaron más a esa zona que al este. Luque insiste en que es fundamental que los referentes del sector promuevan un espacio común para establecer, por caso, cómo exportar los excedentes para que los precios vayan en consonancia con esas operaciones. “Mientras haya sobrestock, difícilmente el azúcar cueste lo que tendría que valer”, remarca y acota que el Estado (nacional y provincial) debe promover medidas que acompañen a las inversiones que deban hacerse en las fábricas (la falta de disponibilidad de dólares para comprar insumos). De ese modo podrán producir con la tranquilidad económica y financiera que hoy les falta. De todos modos, apunta que en sus ingenios hay un proceso de reducción de las obligaciones que le permitirá mirar con mayor expectativa las inversiones en calderas, destilerías, deshidradatadoras o cogeneración de energía interna.

Jorge Rocchia Ferro, a su vez, proyecta que la zafra del ingenio Aguilares continuará hasta el 6 de octubre, mientras que en el caso de Cruz Alta se prolongará hasta los primeros días de noviembre, al igual que en La Florida. “Nuestra gran apuesta es la caña transgénica, que está en campo a la espera de su aprobación comercial”, señala el propietario de los tres ingenios. En caso de que logre ese aval por parte de las autoridades sanitarias correspondientes, ese grupo empresarial prevé triplicar la producción que se volcará a alcohol. “Con el correr de los años, podremos ver sus beneficios ambientales, ya que el etanol contribuirá a no exponernos más al calentamiento global, en base a barriles verdes y no negros”, expresa.

“Debemos juntarnos todos, no sólo en Tucumán, sino también en el NOA, para producir más alcohol y para no tenerle miedo al crecimiento de los cañaverales, bajo cierto orden y hasta con generación de energía propia”, sintetiza. El también presidente de la Unión Industrial de Tucumán considera que es crucial consolidar una mesa de consenso para trabajar por el precio del azúcar y por el etanol. “Con la caña transgénica creemos que los costos se reducirán en un 50%, mientras que la productividad aumentará un 50%, con una proyección de 60.000 hectáreas más”, estima. “Así -acota-, Tucumán puede tener un despegue fantástico y, tranquilamente, se pueden recuperar algunos ingenios e instalar otros”.

Sebastián Budeguer, director del Ingenio Leales, cree que las condiciones están dadas para mejorar el volumen productivo. De hecho, ese establecimiento transita esa senda y ha logrado triplicar su capacidad productiva, con elevados niveles de eficiencia, en base a los estándares internacionales de eficacia. Si bien reconoce que la caña estuvo afectada por las heladas, hay buenas perspectivas de cerrar una zafra con buena producción, además de avanzar con el alcohol y con la venta de energía eléctrica en base a cogeneración. Leales es uno de los pocos ingenios que participan en RenovAr, un programa de abastecimiento de energía eléctrica a partir de fuentes renovables.

Budeguer expresa que la actividad cuenta con un potencial de desarrollo de productos innovadores a partir de la caña de azúcar. “Con un poco más de planificación a largo plazo y una visión colaborativa entre los participantes del sector es posible ampliar el horizonte productivo y atender el cuidado del medio ambiente, pero cada uno debe garantizar su granito de arena, porque si uno solo se aparta puede terminar perjudicando o dañando la reputación de todos”, expresa. En suma, advierte que todos están en el mismo barco, con objetivos comunes, que no son otros que un crecimiento del sector azucarero.

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