De a poco, los varones tienen un rol más activo en la anticoncepción

De a poco, los varones tienen un rol más activo en la anticoncepción

Se cumplen 15 años de la sanción de la ley 26.130, que garantiza la ligadura de trompas y la vasectomía en centros públicos y privados del país.

Hayan tenido o no hijos, hay un tema que se hace cada vez más presente cuando una pareja da por cerrado este capítulo de su vida: hay que decidir quién de los dos le pone el cuerpo a la idea de “cerrar la fábrica”. Aunque ellas todavía llevan la delantera, en los últimos años hay un rol más activo de los varones en torno a la anticoncepción y la planificación familiar. Esto se ve reflejado en el incremento de las consultas por vasectomía, una práctica que, al igual que la ligadura tubárica, debe garantizarse tanto en centros de salud públicos como privados, señalaron especialistas a 15 años de la sanción de la ley 26.130 que estableció ese derecho.

También conocida como normativa de “anticoncepción quirúrgica”, esa ley, sancionada en agosto de 2006, estableció que toda persona mayor de edad tiene derecho a acceder a la realización de las prácticas denominadas “ligadura de trompas de Falopio” y “ligadura de conductos deferentes o vasectomía” en los servicios del sistema de salud.

Más jóvenes

De a poco, según advierten los especialistas, se están viendo algunos cambios en las demandas de estos procedimientos de anticoncepción permanentes. Hoy son más jóvenes los que se acercan a averiguar y se deciden por una ligadura de trompas o por una vasectomía.

Miguel Romano, jefe del área de Salud Sexual y Reproductiva del Siprosa, contó que cuando comenzó a aplicarse la ley en la Maternidad hacían unas 200 o 300 ligaduras de trompas anuales. Antes de la pandemia esa cifra ya había trepado a 800. A eso hay que sumarle la cantidad de cirugías que se hacen posparto, en el mismo momento de una cesárea o por laparoscopía, señaló el profesional.

Romano opina que reconocer el derecho de los pacientes a elegir el método anticonceptivo que quieran fue un gran avance (la ley 26.130 indica que no se requiere consentimiento del cónyuge o conviviente ni autorización judicial, salvo cuando la persona sea considerada jurídicamente incapaz). “Hoy vemos que la mujer puede decidir sobre su propio cuerpo”, resalta.

“La ligadura de trompas es muy solicitada y la piden chicas jóvenes, a partir de los 18 años. Antes el promedio de edad de las mujeres que llegaban a la consulta era de entre 30 y 40 años. Hoy la mayoría tiene de 20 a 30 años, precisó. Las pacientes que llegan decididas a hacerse esta cirugía es porque tienen su deseo cumplido. Y esto no tiene un número. Tenemos casos de mujeres con un solo hijo que se operaron o con ninguno”, especificó.

Igualmente, piensa que aún hay mucho desconocimiento sobre esta ley. “Debería haber más consultas, especialmente de los hombres. Todavía hay muchos mitos en torno de las cirugías, sobre todo de las vasectomías. No siempre reciben el asesoramiento adecuado mujeres y hombres que quieren operarse. La consejería es fundamental; hay que explicarles con mucho detalle en una consulta que es muy íntima y personal; debe hacerse con mucho cuidado”, sostuvo. Aunque sí notó algunos cambios, “lamentablemente el rol del hombre en la anticoncepción sigue siendo bajo”.

Factores decisivos

Javier Semrik, médico del Servicio de Urología del hospital Centro de Salud, precisó que las consultas sobre la vasectomía se incrementaron en forma significativa en los últimos años y remarcó que no sólo hombres con su paternidad satisfecha se acercan a la consulta, sino también jóvenes adultos sin hijos.

“Creo que muchos factores están incidiendo en esta realidad. Por un lado, hay más acceso a la información sobre estos procedimientos. Por otro lado, está la situación mundial preocupante, lo que ha llevado a una mayor planificación familiar en algunos casos”, especificó.

Otras cuestiones también influyen: cuando se quieren construir relaciones más equitativas, las parejas debaten estos temas. “La anticoncepción tradicionalmente era responsabilidad de la mujer; ahora eso está empezando a cambiar; el hombre en muchos casos entiende que puede tomar un rol más activo. Una vasectomía es menos riesgosa, más rápida y más económica que la ligadura de trompas en la mujer”, resalta.

El número de vasectomías realizadas es extremadamente bajo si se compara con la ligadura de trompas. Pero si uno ve lo que ha pasado en los últimos años, hay un incremento. Según el Ministerio de Salud provincial, en 2015 y en 2016 se realizaron dos vasectomías por año. En 2017 la cifra se cuadruplicó (se hicieron nueve). En 2018 se hicieron 31 y en 2019, más de 50 (sólo en el sector público). Durante la pandemia, como para toda cirugía programada, se limitaron los turnos.

Falta mucho

“Reconocer el derecho de los pacientes a elegir el método anticonceptivo que quieran fue un gran avance. Pero todavía falta mucho”, consideró Adriana Álvarez, ginecóloga y miembro de la fundación Mujeres por Mujeres. Para la doctora, no deberían haberse postergado estas cirugías en el contexto de la pandemia. “Se podrían seguir haciendo teniendo en cuenta que la salud sexual y reproductiva también es una emergencia”, reclamó la profesional.

En su opinión, falta información y llegar mejor a los grupos más vulnerables, que tienen dificultades para acceder a los programas de salud sexual y reproductiva. “Todo tiene que ver con la consulta: si la persona recibió la información necesaria y veraz de lo que son los distintos métodos anticonceptivos. La consulta no puede durar cinco minutos, hay que explicar bien y desmitificar todo lo que rodea a la anticoncepción. Todavía la gente no conoce bien que existe una ley. Hay avances, sin embargo resta mucho por hacer. Lo ideal sería que la maternidad sea deseada y planificada siempre”, concluye.

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