Fertilización, para contrarrestar la degradación de los suelos

Fertilización, para contrarrestar la degradación de los suelos

La Eeaoc evaluó el efecto de nutrientes sobre la calidad y el rendimiento de la soja.

ALERTA. La degradación del suelo significa pérdidas de materia orgánica. ALERTA. La degradación del suelo significa pérdidas de materia orgánica.
31 Julio 2021

“Resulta cada vez más importante que el productor tenga en cuenta que la fertilización en la soja es un aspecto fundamental que debe ser considerado, por sus aportes en el cultivo”, dijo Gonzalo Robledo, de la sección Suelos y Nutrición Vegetal de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc). El experto disertó sobre la fertilización del cultivo de Soja -nitrógeno foliar, azufre y fósforo-, durante el XXIV° Taller de Variedades y Manejo de soja 2021.

Indicó que en Tucumán, la superficie destinada a la producción de granos durante la campaña pasada fue de 265.900 hectáreas, aproximadamente. El 64% de las cuales fue ocupada por soja. “Este bajo porcentaje de rotación durante años con gramíneas provocó la degradación física, química y biológica de los suelos”, dijo. Explicó que la degradación química se traduce en importantes pérdidas de materia orgánica (MO) que constituye la fuente nutricional nativa del suelo. “Este problema se agrava por la aparición de nuevas variedades con mayor potencial de rendimiento y la baja reposición de nutrientes. Por esta razón, en la subestación Monte Redondo se llevó a cabo durante la campaña pasada, ensayos para evaluar el efecto que tienen distintos nutrientes sobre el rendimiento y calidad de grano en el cultivo de la soja”, indicó.

Detalle de los ensayos

El nitrógeno se aplicó de forma foliar en estado reproductivo del cultivo (R1-R2), con Urea a distintas concentraciones y acompañado de una fertilización fosfatada de base. Debido a que estos suelos presentan valores por debajo de los críticos para soja solo se vio respuesta en el rendimiento al agregado de P.

Respecto del azufre, se evaluaron distintas dosis de este elemento mediante el agregado de CaSO4 (20% de S). Se aplicó durante la siembra y acompañada por una fertilización fosfatada de base.

En este caso los suelos presentaron valores de S disponible cercanos a 40 ppm, y el cultivo no respondió al agregado de este elemento, tanto en rendimiento como en calidad de grano.

Por último, se ensayó una fertilización fosfatada con dos dosis, 45 y 70 kg/ha de P2O5, mediante Superfosfato triple de Ca durante la siembra. El cultivo respondió a ambas dosis, pero sin diferencia entre estas, aunque la dosis más alta fue la que permitió no solo suplir las necesidades del cultivo sino también aumentar el contenido de fósforo disponible en el suelo.

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