Un misterio literario en la Barcelona de posguerra

Un misterio literario en la Barcelona de posguerra

a un año de la muerte del autor y 20 de la primera edición de su gran novela.

Carlos Ruiz Zafón. Carlos Ruiz Zafón.
20 Junio 2021

NOVELA

LA SOMBRA DEL VIENTO

CARLOS RUIZ ZAFÓN

(Booket - Buenos Aires)

Ayer se cumplió un año de la muerte de Carlos Ruiz Zafón. Y en este 2021, se cumplen dos décadas de la aparición de su gran novela, La sombra del viento, que acaba de ser reeditada.

El comienzo roza la perfección y coloca la vara del relato elevada: “Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados”. Esa visita esconde un secreto y la promesa de no revelarlo.

Hasta ese lugar lleva el señor Sempere, librero de oficio, a su pequeño hijo Daniel, para levantarle el ánimo ya que el pequeño de once años no logra reponerse de la muerte de su madre ocurrida seis años antes. Toda su vida ha transcurrido entre libros y un nuevo universo se abre ante él al arribar a ese salón lleno corredores, estantes, escalinatas y túneles, “una gigantesca biblioteca de geometría imposible”, que automáticamente nos remite a aquella otra que Jorge Luis Borges dibuja en su cuento “La biblioteca de Babel”.

Esa biblioteca infinita alberga en su interior aquellos libros que la gente ha dejado de leer, los que han caído en el olvido y corren riesgo de perderse.

A modo de regalo, su padre lo invita a que elija uno entre todos los que hay en el lugar. Así Daniel escoge un volumen del que no oyó hablar nunca antes -La sombra del viento de Julián Carax- y su vida cambia para siempre.

Libros y descubrimientos

La historia está ambientada en la Barcelona de posguerra, en los años del franquismo y esa atmosfera densa, gris y represiva no tarda en hacerse sentir. La novela es una reconstrucción, un relato en primera persona que Daniel Sempere realiza desde un tiempo más cercano a nosotros, evocando el tránsito de la infancia a la adolescencia. Habrá lugar para el amor, para el descubrimiento de los cuerpos, y también para una historia que late cuasi al ritmo del policial. En el medio de todo o mejor dicho, atravesándolo todo están los libros y las lecturas.

No tardamos en descubrir desde el vamos que la novela de Ruiz Zafón tiene una estructura de caja china, pero construida de tal manera que nos cuesta distinguir qué historia contiene a la otra. La sombra del viento es el nombre del libro que tenemos entre las manos, pero también es el título del libro que encuentra Daniel. Y además de esos límites borrados no tarda en aparecer la oralidad, distintos personajes narran historias que van completando y empantanando la acción principal.

Ritmo del policial

El joven Sempere no tarda en descubrir que el libro que eligió es un incunable y que hay alguien tras sus pasos con la misión de destruir la novela de Julián Carax, de borrar cada huella que dejó Carax en el mundo, porque nos inscribimos en la historia escribiendo y borrando ese gesto, nada queda de la persona. Pero nada es tan simple en la estructura de la historia dentro de la historia, porque quien busca quedarse con esa novela es Laín Coubert, el mismísimo diablo, quien al mismo tiempo es el protagonista de la novela de Carax. Así los planos de realidad ficción, dentro y fuera de la historia, se subvierten constantemente. Claro que en su afán de preservar y recuperar la obra de ese misterioso autor, el joven no estará solo. Junto a él caminarán Fermín Romero de Torres y otros entrañables personajes que deberán vérselas tanto con Coubert como con el resentido y represor inspector Francisco Javier Fumero.

La sombra del viento es el punto de partida de la tetralogía del “Cementerio de los libros olvidados”, con la que Ruiz Zafón vendió más de 15 millones de ejemplares alrededor del mundo, y que llega a nosotros con una edición conmemorativa que cuenta con un dosier de fotografías de la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, de esa Barcelona en la que Daniel Sempere intenta recuperar la historia de Julián Carax.

© LA GACETA

Flavio Moguetta

Temas Tucumán
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