Por Nahuel Toledo
27 Abril 2021
La tensión política entre el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la Nación crece al ritmo de los contagios generados por la covid-19. Las medidas dispuestas en el Decreto 235/2021 culminan el 30 de abril y la polémica que se generó con CABA por no haber aceptado la suspensión de las clases presenciales, sigue sin ser resuelta por la Corte Suprema de Justicia.
Ayer, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la ministra de Salud, Carla Vizzoti, encabezaron una reunión con especialistas para escuchar recomendaciones y analizar qué decisiones tomar de cara al próximo viernes. La posibilidad de aplicar restricciones más duras a la circulación en el AMBA suena con fuerza, como consecuencia de la situación en la que se encuentra el sistema sanitario. En esta zona del país, la ocupación de camas de terapia intensiva ronda el 80%.
Del encuentro realizado en Casa Rosada pudo conocerse que los expertos precisaron la necesidad de fiscalizar las restricciones vigentes porque “no es momento de relajar ninguna medida”. Además, los profesionales expresaron que el sistema de salud “está saturado y su personal estresado” y se comprometieron a seguir recogiendo y evaluando datos para precisar la nueva etapa.
En este contexto, las autoridades sanitarias de la provincia de Buenos Aires consideraron imperioso avanzar en un cierre “muy fuerte” por 15 días en la zona metropolitana del AMBA.
El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, fue quien encabezó el pedido y aseguró: “estamos en una situación crítica y necesitamos medidas drásticas, de 15 días por lo menos, con un cierre muy fuerte de la circulación de personas y, por lo tanto, del virus”.
El funcionario de Axel Kicillof detalló que estas medidas drásticas deberían lograr bajar la circulación a un nivel que quede lo mínimo indispensable para desarrollar la vida cotidiana, como en la primera etapa del año pasado. Incluso, deslizó la idea de incluir al fútbol profesional entre las restricciones.
Gollan también aclaró que la nueva cuarentena tendría diferencias con la implementada en 2020 porque hay municipios que no atraviesan semejante nivel de gravedad “lo que les permite incluso, continuar con la presencialidad en las escuelas”.
Mientras la provincia de Buenos Aires demanda mayores restricciones, en la Ciudad observan con preocupación que los contagios no bajen rápidamente. El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, comunicó que en esa jurisdicción, los casos de coronavirus “han dejado de crecer”, pero, señaló, “la alerta es que si no bajan rápidamente, y se sostiene por mucho tiempo ese número tan alto de casos, cada vez se van ocupando más las cámaras de terapia intensiva”.
“Si no bajan los casos, vamos a tener que discutir bajar la circulación pública”, advirtió el dirigente. Y agregó: “ha cambiado la patente epidemiológica en la Ciudad. La curva tiene un cambio bien claro que se ha estabilizado, pero con estabilizarse no alcanza”.
En medio de la politización de la pandemia y contundentes datos del último fin de semana en el AMBA, con un promedio de 2.700 casos en la ciudad y más de 11.000 en provincia, las palabras del funcionario del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta pueden leerse como un triunfo en la Casa Rosada.
Otro roce por vacunas
En un encuentro virtual de la mesa nacional de Juntos por el Cambio, el jefe de Gobierno brindó un informe del impacto de la segunda ola de coronavirus en su territorio y reveló que en las próximas 48 horas se interrumpiría la campaña de vacunación por falta de dosis.
El planteo no cayó bien en el seno de la gestión de Alberto Fernández y desde el Ministerio de Salud aseguraron esa situación no se comunicó a ninguna área del gobierno nacional. Este desencuentro no hace más que reflejar el vínculo que hoy mantienen ambas administraciones.
Desde la cartera que comanda Vizzoti informaron que ayer llegaron al país otras 371.200 dosis de Sinopharm para continuar el plan de inmunización.
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