¿Cuántos contratos políticos se dieron de baja en la Legislatura?

¿Cuántos contratos políticos se dieron de baja en la Legislatura?

La ruptura entre Manzur y Jaldo se hace sentir en el ámbito parlamentario.

PODER LEGISLATIVO. Foto: Archivo LA GACETA PODER LEGISLATIVO. Foto: Archivo LA GACETA

La pregunta que se hizo ayer en los ámbitos políticos y también sociales: ¿cuántos contratos políticos han quedado inactivos a partir de la decisión del vicegobernador Osvaldo Jaldo de darles de baja? La cifra más pretenciosa es la que se origina en los ámbitos oficiales que responden al gobernador Juan Manzur: unas 3.000 personas. Sin embargo, algunos legisladores mencionaron que son 1.600 los afectados y otros hasta dieron un poco más de precisión: 1.085 telegramas se enviaron a ese personal político. Ésta última cifra es la que mayor consenso cuenta entre los miembros del Poder Legislativo. La cantidad de contratos políticos es un misterio. Varios parlamentarios coinciden en señalar que por cada contrato se abona entre $ 50.000 y $ 120.000, según la función y la categoría que se desempeñe. Se estima que ese poder cuenta con una dotación de entre 5.500 y 6.000 empleados.

Una acción despierta una reacción. Los integrantes del bloque manzurista "Lealtad Peronista" sabían que el regreso de Jaldo a su cargo implicaría la toma de medidas, luego de que el gobernador prescindiera de los servicios de varios funcionarios que responden al titular de la Cámara. El tiempo en que estuvo el vicegobernador internado tras haber dado positivo para covid-19 fue un punto de inflexión en la pelea desatada a principios de mes, por la cobertura de la Defensoría del Pueblo. "Hay que tratar de minimizar los daños, porque esta pelea nos puede salpicar a todos y, además, poner en riesgo no sólo la gobernabilidad, sino también el resultado electoral de octubre", había comentado uno de los legisladores más pragmáticos del manzurismo. Otro, en tanto, ha dejado claro en al reunión de ayer con Manzur que los telegramas enviados a domicilio al personal político ha sido un claro mensaje de que las diferencias están lejos de ser superadas y que el argumento esgrimido por las autoridades de la Cámara, al decir que las bajas responden al reacomodamiento de los nuevos bloques, es una "manera edulcorada" de presentar el escenario legislativo. "Fue un golpe bajo, porque siempre que ocurrieron estas cosas, se comunicaba la decisión a las autoridades de bloque. Eso no ocurrió ahora", indicó otro parlamentario manzurista. Éste acotó que no era un momento propicio para tomar una drástica decisión a las puertas de las conmemoraciones de Semana Santa. "No tengo asesores; no tengo quien me realice los trámites", despotricó uno de los legisladores afectados por la medida adoptada por el tranqueño. "No se conduce con el látigo y la billetera", remarca.

Para el bloque "Lealtad Peronista", la situación es clara: con el secretario del Poder Legislativo, Claudio Pérez, se arregla la ubicación de los miembros de las nuevas bancadas dentro del recinto de sesiones; con Jaldo hay que hablar sobre la continuidad y el número de personal político que tendrán, a partir de ahora, cada legislador. Allí es donde las aguas se dividen y las consultas con la Casa de Gobierno son crecientes. Públicamente, Manzur sostiene que no se inmiscuirá en cuestiones que atañen a otro poder del Estado. En privado, ha señalado en el encuentro con los parlamentarios alineados con el Ejecutivo que "no es de peronistas tocar a las bases". Del otro lado, desde el bloque "Justicialista de Todos" se atajan frente a los embates del mandatario. "A los compañeros no se los aprieta", apuntan.

El "doble comando" existe en la práctica, pero cada uno en su posición institucional. Manzur ha revelado una faceta poco frecuente en su comportamiento en público. Endureció el discurso, tras la pelea con el vicegobernador; está en permanente contacto con la Casa Rosada; está convocando a los distintos estamentos de la filial Tucumán del PJ, más ahora que ha sido proclamado como uno de los vicepresidentes del PJ nacional. También ha profundizado el contacto con la dirigencia que, hasta ahora, observaban que el gobernador se preocupaba más por gestionar proyectos para la provincia en Buenos Aires y que Jaldo se encargaba de contener a la tropa. Las aguas continúan divididas en el oficialismo y no hay posibilidades, en la actualidad, de que Manzur y Jaldo se sienten a aclarar los tantos. Sólo una llamada de Buenos Aires puede lograr ese objetivo.

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