La lenta y pausada entrega de vacunas a distintos países del mundo puso en evidencia la iniquidad con la que se intenta combatir la pandemia generada por la covid-19 en distintos puntos del mundo. En relación a esto, la canciller de Alemania, Angela Merkel, pidió que haya una repartición “justa” de las vacunas, mientras aumenta la competencia entre países debido a que la oferta de dosis es aún resulta insuficiente.
“El dinero es una cosa y otra es la disponibilidad de la vacuna en tiempos de escasez, y aquí lo importante es tener una repartición justa”, afirmó Merkel, en el Foro de Davos, que este año se celebra de manera virtual por el coronavirus.
“Está aún más claro que antes tenemos que optar por la vía multilateral y que el proteccionismo no resolverá los problemas sobre la cuestión de acceso a las vacunas”, añadió la mandataria, citada por la agencia AFP.
Los comentarios de la canciller llegaron en un momento en que su propio partido está recibiendo abundantes críticas por la lentitud de la campaña de vacunación en Alemania, debido a retrasos en las entregas y las escasas dosis.
Frente a los retrasos en la entrega, el ministro de Salud, Jens Spahn, se mostró partidario de restringir las exportaciones de vacunas producidas en la Unión Europea (UE). “Las vacunas que salen de la UE necesitan una licencia para que al menos sepamos qué se produce y qué sale de Europa. Y si salen de Europa, que haya un reparto justo”, enfatizó el funcionario a la cadena ZDF.
Mientras que las grandes potencias corren con algunos privilegios, los países en vías de desarrollo temen pagar las consecuencias y quedar olvidados en la distribución de medicamentos.
“No nos engañemos, la cuestión de quién recibe qué vacuna en el mundo dejará nuevas heridas porque aquellos que reciban una ayuda de emergencia lo recordarán”, dijo Merkel.
Desde el continente africano, Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica denunció a los países ricos que “acaparan” las vacunas contra el coronavirus, y alertó contra todo tipo de “nacionalismo” en las estrategias de adquisición de las dosis.
“Necesitamos que aquellos que acumularon las vacunas las liberen para que otros países puedan tenerlas”, subrayó el mandatario en un discurso realizado en el segundo día de la reunión anual de Davos que reúne a políticos y magnates de todo el globo.
“Los países ricos del mundo salieron, adquirieron grandes dosis de vacunas de los desarrolladores y fabricantes de estas vacunas y algunos países incluso han ido más allá y adquirieron hasta cuatro veces lo que su población necesita”, se quejó el presidente de uno de los países más golpeados por la pandemia.
En Sudáfrica se contabilizaron hasta el momento 1.417.537 de casos positivos y 41.117 muertos. Además, en el país surgió una de las variantes más contagiosas del coronavirus.
La postura de Ramaphosa no es antojadiza ni carece de fundamentos. Según la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), millones de personas sin riesgos en los países centrales se van a vacunar antes que personas de más de 60 años y con riesgos en los países periféricos.
El director general del organismo internacional, Tedros Adhanom Ghebreyesus, semanas atrás se refirió a esta situación y fue categórico: “debo ser franco. El mundo está al borde de un catastrófico fracaso moral y el precio de este fracaso será pagado con vidas en los países más pobres del mundo”.
Mundo desigual
Según advirtió un informe de la organización benéfica Oxfam, difundido en el Foro de Davos, los diez hombres más ricos del mundo aumentaron su riqueza conjunta en más de medio billón de dólares desde el inicio de la pandemia, mientras que la crisis amenaza una década perdida en la lucha contra la pobreza.
De acuerdo a lo publicado por esta compañía, la riqueza total de los multimillonarios alcanzó los 11,95 billones de dólares en diciembre de 2020, equivalente al gasto total de recuperación del coronavirus de los gobiernos que integran el G20.
Sin embargo, aseguró que mientras la riqueza de los más ricos aumenta, el apoyo a los más pobres está siendo reducido por parte del Reino Unido y otros donantes.
Danny Sriskandarajah, director ejecutivo de Oxfam aseguró que “el virus golpeó un mundo que ya era profundamente desigual y sin una acción urgente para que nuestras economías funcionen para todos, las cosas van a empeorar mucho más”.
“Millones de personas vivían al límite cuando comenzó la pandemia y no tenían recursos para afrontarla. Ahora vemos personas que luchan por alimentarse y mantener un techo”, enfatizó.