Con el éxito virtual llegó el triunfo real

El “pellízcame que no caigo” que dijo Nicolás Trosset demostró lo maravillado que estaba por lo que había logrado. La frase recorre los medios de comunicación desde el sábado pasado, día en que ganó su primera carrera en el Turismo Carretera. “Sabía que íbamos a conseguir un buen funcionamiento pero, honestamente, no pensé en llegar a mi primer victoria”, le reconoció a LG Deportiva. La sorpresa del arrecifeño por su triunfo en San Nicolás post-cuarentena “tuerca” se mantiene. La pandemia, como a todos los deportes, obligó al automovilismo a poner pausa en el torneo que llevaba hasta marzo tres fechas disputadas. Las semanas pasaban y el avance de la covid-19 hacía ver cada vez más lejos un posible reinicio de la actividad.

Si algo bueno dejará la pandemia es la capacidad del ser humano para buscar alternativas y no quedar en pausa absoluta. Eso fue lo que pasó en muchos deportes que visualizaron en las aplicaciones virtuales las posibilidades de entrenamiento y también de competencia. Trosset ya lo venía estudiando, en cuanto a prácticas se refiere, desde antes de la pandemia y durante, lo reforzó mucho más. “En la cuarentena lo exprimí”, reconoció el piloto del Uranga Racing, equipo que le alistó una Dodge eficaz para el regreso.

El arrecifeño se dedicó más que nunca al uso del simulador en la cuarentena. “Lo uso y me ayuda para entrenar el ritmo y la concentración. En la normalidad, le doy poco uso porque ando mucho en la calle golpeando puertas, pero me ayudó muchísimo”, destacó. Claro, porque después de seis meses de no salir a una pista real, llegar al primer triunfo en la categoría de autos más antigua del mundo y considerada la más competitiva del país, tiene una explicación que no es la casualidad. En una buena dosis, la razón es la virtualidad.

Además de entrenarse mucho más en el simulador, Trosset fue uno de los pilotos que compitió en la Copa Virtual del TC. La Asociación Corredores Turismo Carretera organizó el torneo en el que los corredores desde sus hogares y con sus respectivos simuladores compitieron. En el exitoso certamen, que tuvo varias carreras que se televisaron, Trosset quedó tercero, peleando hasta la última fecha el título, que finalmente fue para Leonel Pernía.

Durante los primeros meses de pandemia no quedaba otra alternativa que usar plataformas digitales para contactarse, por incómodo que fuera, pero mientras se iba experimentando, la relación comenzó a ser más amistosa.

El caso Trosset pone de manifiesto que el retorno a la competencia puede darse bajo una lógica: del éxito virtual se puede ir, y sin escalas, al triunfo real. “Creo que es difícil, pero no imposible que un piloto se forme en un simulador”, opinó el corredor de 28 años. “Canapino es un claro ejemplo de que se pudo”, analizó sobre su colega. Agustín Canapino tiene cuatro coronas en el TC, entre otros logros, con la particularidad de que nunca pasó por las categorías escuela de monopostos; fue directo a los autos con techo y su formación fue exclusivamente en los simuladores.

“En Argentina, el método de la simulación está muy poco usado para los equipos de competición. Si nos vamos al exterior, antes de subirte a un auto de carrera los equipos te pasan por un simulador y te ponen a prueba, eso acá se usa poco y nada. El día que se potencie, creo que pueden llegar a formarse pilotos de esa forma”, auguró Trosset.