Tras 13 años, un comedor escolar despide a las garrafas

Tras 13 años, un comedor escolar despide a las garrafas

Convenio entre Educación y Gasnor. Lichtmajer afirmó que abrieron más comedores escolares “por culpa” de la política económica macrista.

PUESTA A PUNTO. Un operario ultima los detalles para la instalación de gas natural en los anafes de la cocina del comedor escolar Costanera Norte. COMUNICACIÓN PÚBLICA PUESTA A PUNTO. Un operario ultima los detalles para la instalación de gas natural en los anafes de la cocina del comedor escolar Costanera Norte. COMUNICACIÓN PÚBLICA

La comida comenzó a tener otro sabor en el comedor de la escuela primaria Costanera Norte desde el jueves. Aunque las cocineras aseguran que no será algo que perciban los paladares de más de 500 niñas y niños que se alimentan con sus porciones cada mediodía. Ese “gustito” distinto ya lo sintieron ellas: después de 13 años la cocción no será más con garrafas porque les instalaron gas natural.

Por un convenio entre Gasnor y el Ministerio de Educación, se colocaron 75 metros de cañería para abastecer anafes, hornos y también al laboratorio de la escuela. La empresa costeó la mano de obra, los materiales, reparó un anafe en desuso y donó un horno nuevo. La semana pasada fue el turno de la escuela de La Costanera, en Estados Unidos al 1.500.

Para la directora del establecimiento, Claudia González, se trató de un sueño cumplido. “La escuela tiene el comedor como servicio complementario a la enseñanza. Funciona desde los inicios de la escuela y siempre con gas licuado envasado. Es un sueño cumplido tener gas natural. La garrafa tiene riesgos, a veces se termina el gas en plena cocción, cuando hace mucho frío es como si se quedara más en el recipiente, cuesta prenderlo, la llama es débil. Además si se concentra el gas y hay una chispa puede haber un accidente. Tener gas es un beneficio enorme para que las cocineras puedan usar con libertad el horno”, explicó González contenta, acomodando su barbijo con vivos rosados.

DISTANCIA SOCIAL. Las madres dejan atados a la reja de la escuela bolsas con táperes para retirar las viandas del comedor. la gaceta / foto de martín dzienczarskI DISTANCIA SOCIAL. Las madres dejan atados a la reja de la escuela bolsas con táperes para retirar las viandas del comedor. la gaceta / foto de martín dzienczarskI

La directora precisó que la matrícula de la escuela es de 523 estudiantes y que reciben el almuerzo de lunes a viernes. El comedor se mantuvo abierto pese a las medidas de prevención de contagio de la covid-19 que suspendieron las clases presenciales. “Siguió funcionando en la cuarentena porque es un servicio esencial y por la buena voluntad de las chicas de la cocina. Por eso el trabajo de ellas es tan relevante, sin ellas era imposible mantener esto. Además no reciben salario alguno, lo hacen con cariño y amor a los chicos. Devuelven eso a la comunidad”, comentó orgullosa.


Cocineras

“Quizás podamos cocinar más cosas que necesitan horno ahora”, pensó en voz alta Mariela Tapia, 42 años, sonrisa amplia que el barbijo no puede tapar, una de las coordinadoras de la cocina. Contó que a los chicos les encanta la pizza y ahora se podrá hacer con más frecuencia. Junto a ella cocinan Alejandra González, Marta Gómez, Romina, Carolina y Mónica Mesía y Julio Medina.

“Llevo cerca de 10 años en el comedor. Durante la escolaridad normal hay un grupo a la mañana y otro a la siesta, porque se cocina dos veces: un almuerzo para el turno mañana y otro para el turno tarde. Somos seis cocineras y por la pandemia nos dividimos en dos grupos para turnarnos por semana porque repartimos viandas para cada familia”, explicó.

¿Qué es lo mejor para una cocinera?, se le preguntó. “Cuando vienen los chicos y me dicen: ‘su comida ha estado rica’. Hasta ahora nunca me han venido a reclamar, aunque siempre les digo a los papás que cuando ellos vean algo mal hecho o sin sabor me digan. Recién pasó un chico que me dijo: ‘el locro del viernes pasado ha estado... mmm riquísimo’. Es una caricia”, respondió. El menú de la inauguración fue guiso de fideos.

Muchas familias en el barrio no tienen la conexión a gas natural: se las arreglan con garrafas y leña. Es el caso de Mariela Tapia y de Alejandra González, dos de las cocineras. “Mi marido se levanta a las 4 y prende el fuego para poner la pava. Ese fuego se mantiene todo el día, hasta para calentar agua para bañarse”, contó Tapia. Ella -al menos en el comedor-, puede cocinar con gas natural, sin pensar en garrafas o en el humo del fuego.


Puesta a punto

El ministro de Educación Juan Pablo Lichtmajer explicó que la instalación de gas natural forma parte de las tareas de refacción de las escuelas, de cara al reinicio de las clases presenciales. Atrás suyo, sobre la reja de entrada, una hilera larga de bolsas atadas a la reja sostenían táperes y envases para viandas: las madres los dejan ahí para hacer fila sin romper la distancia social.

Verónica Argañaraz, subgerenta de Relaciones Institucionales de Gasnor, destacó las obras: “estos trabajos son pequeños esfuerzos que se hacen en conjunto entre Estado y privados, y el beneficio es... no dimensionamos el cambio de calidad de vida que genera en esta comunidad, por la seguridad para trabajar y porque ya no hay que ni pensar en la reposición de garrafas. Son pequeñas acciones que logran cambiar la calidad de vida”. Destacó que trabajan junto a Desarrollo Social promoviendo el programa Energía de Sabor, que enseña a cocinar para dar una salida laboral.

Lichtmajer explicó que hay más de 500 escuelas con comedores en funcionamiento. “Desde el comienzo de la gestión, en 2015 o 2016, la orden del gobernador (Juan Manzur) fue mantener los comedores abiertos en verano y en invierno. Mi agradecimiento a la familia educativa por hacerlo posible. Ahora se han duplicado o triplicado la cantidad de comedores escolares. Aumentar los comedores claramente no es una buena noticia pero fue la única manera de combatir la permanente, tremenda y dramática situación de pobreza que la política económica de Mauricio Macri le generó al país. Este es el modo de cuidar a los tucumanos”, finalizó Lichtmajer.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios