Cartas de lectores
Cartas de lectores

- Vías ferroviarias

LA GACETA EL 14/06 nos informa de la visita del ministro de Transporte de la Nación quien prometió reconstruir un tramo de vías férreas en la zona de Las Cejas, donde varios años atrás solía operar una inmensa e importante playa ferroviaria, que facilitaba la salida de nuestras cosechas agrícolas y de la industria maderera, de la ganadera y cualquier otra mercadería con destino a las provincias vecinas, los puertos del Rio de la Plata y de Santa Fe. Nuestro país llegó a tener más de 48.000 km de red ferroviaria, considerada la más extensa de Sudamérica, y en nuestra provincia operaban cuatro estaciones de pasajeros y de cargas, uniendo todos los pueblos del interior con todas las otras provincias y hasta con países limítrofe; pero los políticos en 1948 nacionalizaron los ferrocarriles y en 1991 los privatizaron en algunas provincias y en otras los clausuraron totalmente, dejando sin trabajo a más de 80.000 empleados. Ahí todas las ciudades y pueblos de mi Tucumán quedaron incomunicados y las fábricas azucareras, sin transporte de sus productos. De promesas en este tema de ferrocarriles los tucumanos estamos en el primer lugar del podio y acuden a mi memoria algunos de ellos como ser el de construir túneles y vías férreas desde La Merced -Catamarca- hasta La Cocha -Tucumán; habilitar el viaje de pasajeros en coche motor entre la ciudad Capital con Tafí Viejo; poner en actividad los talleres ferroviarios de Tafí Viejo  para reparar vagones de carga, a sabiendas de que estaban desmantelados y habían desaparecido en todo su recorrido las vías de acceso, y tal vez lo más delirante el proyecto de construir un tren elevado entre esa ciudad taficeña y la capital provincial, a costo de mil millones de dólares. El ministro de Transporte reconoció que de tener todo hemos quedado sin nada cuando le declaró a LA GACETA: “buscamos entrelazar varias provincias que por esas cosas de capricho político de falta de visión del país, habías obras ferroviarias cortadas o interrumpidas… de la red originaria férrea de hace 40 años, del 100% operativo de entonces, hoy hay un 40% que no tiene vías, sólo queda la traza”. Es loable reconozca el daño que se ha causado. Sólo nos queda esperar que esta nueva promesa no se transforme en otra más.

Ángel Ricardo Salguero


- ¿Para qué los traen?

Una mezcla de sensaciones me invaden cuando leo o escuché decir: ¿para qué los traen?, haciendo referencia a los repatriados a nuestra provincia; sensaciones feas por cierto, porque a pesar de ser rechazados también son marginados si por desgracia contrajeron coronavirus. Lo contrajeron, valga la redundancia, no lo compraron, se contagiaron como el resto de los humanos, besando, abrazando, trabajando, y yo me pregunto: ¿quién está librado de esto? Un mal que no se puede ver, tocar ni oler porque es invisible a la vista del individuo. De lo único que estoy seguro es que este virus dejó detectable la miseria del hombre, el egoísmo, la falta de solidaridad, la empatía que está de moda. Cuidado, porque las libertades y los derechos de las personas son leyes escritas, pero no hablo de la imposición judicial establecida por uno de los tres poderes; hablo de la justicia divina que Dios tiene para todos, para todos aquellos que no sean capaces de arrepentirse por lo que dicen y sienten.

Williams Fanlo



- Turnos en rentas

Con el objeto de completar el tema en relación a los turnos gestionados on line, y que la sra. Jefa de la sección Recaudación,  Myriam Guzmán (carta “Turnos en Rentas”, 16/06), dice bien que me dirigía a una dirección de correo errónea. Ello fue producto y causa del empleado que al atenderme, me dictó por teléfono las dos direcciones con el mismo error. Aún así, debo agradecer la celeridad, eficacia y comprensión de la DGR, subsanada por la excelente atención brindada por el empleado.

Roberto A. Ahmad

Congreso 320 - San Miguel de Tucumán



- Manuel Belgrano (I)

Manuel Belgrano era, antes que nada, un hijo orgulloso de la América Hispana, era, y jamás dejó de ser, un hispanoamericano, un criollo cuya alma se había nutrido de la exquisita savia de la cultura católica, un criollo cabal, uno de ésos de los que Lugones dirá que “personifica la vida heroica de una raza con su lenguaje y sus sentimientos más genuinos, encarándola en un paladín, o sea el tipo más perfecto del justiciero y del libertador”, cuando magistralmente defiende al “Martín Fierro” que, hasta entonces, había sido negado cuando no vilipendiado por el “establisment” antinacional portuario, en su libro “El Payador”. Y así, con la altura espiritual y pasión patriótica de nuestro gaucho, vivió y murió Belgrano. Pero pocos son los que dicen estas cosas. U otras, cuyo silencio o deformación, es aún peor. Jamás, la fría especulación política -más propia del jacobinismo moreniano-, ni las sinuosidades jurídicas guiaron su accionar, desde las Invasiones Inglesas hasta su gallarda y visionaria desobediencia tucumana, menos aún dicterio ideológico alguno. Recibe el Ejército del Norte destruido, desmoralizado y diezmado por la deserción, no como consecuencia del desastre de Huaqui, sino de la desastrosa incursión panfletaria de Castelli que quiebra la unidad de las fuerzas patriotas hostigando y denigrando la fe católica de sus hombres, para finalmente propiciar la artera maniobra que termina en Huaqui. Es la fe católica lo que Belgrano recompone en el alma de sus soldados, para que, junto a los tucumanos y bajo el amparo de la Virgen, se produzca la milagrosa hazaña del Campo de las Carreras, que salvó la Independencia de América. Belgrano era un seglar dominico, sus restos, con ese hábito, descansan en la Basílica de Santo Domingo, en Buenos Aires y, en el camarín de la Virgen del Rosario de la Defensa y Reconquista de esa ciudad, depositó las banderas realistas capturadas en Tucumán y Salta, junto a las del invasor inglés que, años atrás, dejará Liniers. Era tan “monárquico” como la formación que recibió de las tradiciones “indianas” y sus estudios peninsulares, es decir, era hijo de la cultura hispanocriolla, por lo que, cuando pensó en una forma de gobierno para su patria en ciernes, llegó, casi con naturalidad, a la monarquía y, un paso más, y contempló a los descendientes de los Incas, la última gran dinastía que reinara en América. ¿Fruto de una afiebrada imaginación? De ninguna manera. Belgrano estudió abogacía en España, y conocía de cerca algo que los enemigos de nuestra Patria se encargaron de que nosotros desconociéramos: las extraordinarias Leyes de Indias, fundamento de los Derechos Humanos Universales, a través de las cuales, los indígenas americanos debían ser considerados seres humanos (cosa que, hasta hoy, les cuesta aceptar a los yanquis, cinco siglos después), con un alma que los hermana a Cristo, llamados a la vida eterna y merecedores de catequización; también serían súbditos de los reyes de España como cualquier español, del nivel social que sea, y se les debía respetar familia y propiedades. Que el advenimiento posterior de los Borbones, infeccionados de liberalismo, haya borroneado tamaña obra, no la hace desaparecer, y Belgrano lo sabía muy bien. Pudo él mismo, acaso, maravillarse con las estatuas de Atahualpa y Moctezuma en el Palacio Real de Madrid, junto a las de los reyes hispanos, porque se los consideraba de noble cuna y con idénticas prerrogativas, a todos (ahí están todavía, para los turistas con inquietudes serias). ¿Monárquico, “indigenista”? Americano, hispanoamericano, criollo, como el Martín Fierro, y como aquellos que actualizaron la heredad de Belgrano: los héroes de Malvinas, en especial aquellos mártires que murieron luciendo en sus uniformes el nombre del glorioso General, asesinados por los aleves torpedos que hundieron al crucero ARA “General Belgrano”. Que Dios los tenga en su gloria, en la seguridad de que la bandera del Héroe de Tucumán y Salta volverá a flamear en Puerto Argentino.

Arturo Arroyo



- Manuel Belgrano (II)

Hoy -Día de la Bandera- el general Manuel Belgrano merece algunas ideas al respecto. Pasó por Tucumán entre 1812 y 1820. Primero como victorioso jefe del Ejército del Norte. “Luego, tras su relevo por José de San Martín y la misión a Europa, volvió a asumir esa jefatura en agostó de 1816, con asiento en Tucumán. Permaneció entonces entre nosotros la etapa más larga, hasta enero de 1819, cuando se le ordenó mover la fuerza hacia Santa Fe, para apoyar al gobierno central contra los caudillos” (Carlos Páez de la Torre [h]). “Tras dimitir el mando, regresaría en octubre de 1819. Estuvo hasta febrero de 1820. Ese mes partió, ya muy enfermo, a Buenos Aires, donde terminaría su vida el 20 de junio de 1820” (ídem anterior) Belgrano, sujeto de la historia, fue parte del denominado “antes de mayo”. ¿Razones? Los movimientos de la independencia buscaban el disfrute del estado propio frente a la jerarquía burocrática de virreyes, gobernadores, capitanes generales, etc. Prescindir de tal tutoría y realizar sus propios fines. El trato directo con Europa. Sin intermediarios. En la guerra de la independencia, de la que Belgrano fue uno de sus artífices, se evidenciaron intereses contradictorios. Faccionalismos diversos y contradictorios. Conocidos, en visión superficial, como federales y unitarios. La tarea de Belgrano, por los triunfadores de tales pugnas (hacendados y libres cambistas de Buenos Aires) no fue agradecida. “El Gobierno le debía años de sueldo y no se los pagaba”. “Es sabido que la noche del 11 de noviembre de 1819, el alzado Abraham González intentó arrestarlo, atropello que impidió el médico José Redhead” “Yo quería a Tucumán como a la tierra de mi nacimiento, pero han sido aquí tan ingratos conmigo, que he determinado irme a morir a Buenos Aires, pues mi enfermedad se agrava cada día más”, La historia la hacen los hombres y la actividad de individuos, como Belgrano, dejaron su impronta en el proceso más general.

Pedro Pablo Verasaluse



- 20 de Junio

Cuando alguien me pregunta “¿Dónde vives?”, sin dudarlo, orgulloso, respondo: “en el Barrio 20 de Junio, ¡El mejor del mundo!” En este bendito suelo me casé, nacieron mis hijos y mis nietos. ¿Cómo no quererlo? Fui presidente del Centro Vecinal y del Club 20 de Junio, contribuí para su desarrollo, realizamos memorables fiestas los 20 de junio, con izamiento de bandera, chocolate ,locro,festival artístico e inumeranles sorteos y distinciones a los vecinos de mayor edad y a los más destacados. Mi hermoso barrio está enclavado en la zona sur de mi querido Tucumán, a 15 cuadras de la Plaza Independencia, y como coincide el cumpleaños con el día de nuestra enseñanza patria, en algunas oportunidades realizamos desfiles de ex combatientes y caballería gaucha. Este año extrañaremos esto, pero no estarán ausentes las bombas de estruendo y ese canto que llevamos dentro del corazón: “¡sí ,sí, señores, yo soy de 20!” ¡Viva el Barrio 20 de Junio y felices 72 años de vida; que sean muchos más y que Dios llene de bendiciones sus hogares, humildes y laboriosos! ¡Viva la Patria!

Francisco Amable Díaz

Pedro G.Sal 1.180 - Barrio 20 de Junio - San Miguel de Tucumán  


Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente. El portador deberá concurrir con su documento de identidad. También podrán ser enviadas por e-mail a: [email protected], consignando domicilio real y N° de teléfono y de documento de identidad. LA GACETA se reserva el derecho de publicación.


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