Fútbol sí-fútbol no: el dilema mundial

Fútbol sí-fútbol no: el dilema mundial

Aunque sólo hay acción en algunos países, el planeta redondo se las ingenia para generar toneladas de situaciones; seguir adelante o cancelar temporadas es la cuestión.

Como sucede en temas candentes y sensibles de la política y la economía ante la pregunta de cómo seguir, la humanidad tampoco se pone de acuerdo en qué hacer con respecto al gran espectáculo que la alimenta: el fútbol. Dicho de alguna manera, hay de todo. Decisiones firmes, grandes dudas, polémicas, datos llamativos, excentricidades, incluso posibles rebeliones. Y también historias detrás del gran telón. Lo abrimos de manera virtual para concentrarnos en cuatro casos testigo, que muestran los vaivenes de un mismo interés...

México rebelde

Carlos Salcido nació en la pobreza en Ocotlán. Quedó huérfano siendo niño. En su adolescencia intentó ingresar de manera ilegal a EE.UU. y todas las veces fue deportado. Trabajó lavando camiones, hasta soplando vidrio. Un día jugaba un picado en Guadalajara, un descubridor de talentos lo vio y así el fútbol entró a su vida. Llegó a integrar 122 veces el equipo nacional. Hoy, a meses de retirarse, representa una incómoda presencia para la Federación Nacional. Es que en medio de decisiones extremas debido al coronavirus, al rústico jugador se le ocurrió crear la Liga de Balompié Mexicano.

Ya hizo pública su intención de formar su propia selección. Y también dijo que no pretende ser competencia del equipo que forman los mejores de la Liga MX, avalada por la Federación y reconocida por la FIFA. Salcido dice que su proyecto es “hoy una utopía, que mañana será carne y hueso”. En su explicación de por qué la armó, fue explícito: “quiero una liga sin promotores abusivos, sin propietarios torvos, sin injusticias laborales, sin futbolistas irresponsables, sin intromisión de canales de televisión, sin padrinazgos, con espectáculo en la cancha”.

Vale decir en qué contexto se da esta “rebelión”: el presidente de la LigaMX, Enrique Bonilla, anunció la eliminación del ascenso a la Primera y el descenso a la Liga Ascenso MX por los próximos cinco años, por lo que dio por terminada la temporada 2019-2020 sin que haya un campeón. Esto, porque el ascenso perdió ingresos de TV, patrocinio y ganancias por venta de entradas. Lo que se dice, cortar por lo sano.

Italia en llamas

El Gobierno le dio un mazazo al regreso de la Serie A: prohibió entrenamientos hasta al menos el 18 de mayo. Restan 12 fechas y hay un gran problema: la UEFA recomendó, como fecha límite para finalizar las ligas, a principios de agosto. “El camino parece cada vez más estrecho” dice el ministro de Deportes, Vincenzo Spadafora. “Nunca firmaré por el final del campeonato, sería la muerte del fútbol italiano”, sostiene el presidente de la FIGC, Gabriele Gravina. El fútbol italiano perderá 900 millones de euros en derechos de televisión, sponsors, venta de entradas y marketing. Será una pérdida muy notable: el sector tiene una cifra de negocios de 4.700 millones de euros, emplea a más de 120.000 personas y tiene un peso del 0,58% en el Producto Bruto Interno del país. Más aún: el fútbol profesional paga 3.000 millones de euros al fisco. Y los 100 clubes profesionales de fútbol representan el 71% de los impuestos pagados por el conjunto del sector deportivo. En suma, demasiado en juego.

Burundi y gloria efímera

En África oriental está Burundi, pequeñísima república que el 5 de abril decidió, a través de su Federación, que los 16 equipos de Primera continúen con el torneo local. Ordenó que los jugadores se laven las manos, antes, durante y después de los partidos, que no saluden a sus rivales ni a los árbitros y que cada goleador celebre solo su conquista. Los partidos se juegan con público, no muchos, pero público al final. Un reporte de la BBC Sports afirmó que, al ser la única liga activa del continente, se produjo un crecimiento sin precedentes de los niveles de interés en la competencia. “Sobre todo de apostadores en internet”, dice el informe. Que los hay, los hay.

Brasil politizado

El coronavirus se está agravando en Brasil. Incluso, especialistas advierten que el peor momento de la pandemia golpeará en un par de semanas. Pero el presidente Jair Bolsonaro le quita relevancia. Y ya está pensando en el regreso del fútbol. “Deseo que los partidos se reanuden pronto”, pidió. Y agregó: “los futbolistas tienen menos probabilidades de morir por la covid-19 dada su buena condición física”. ¡Increíble!

En el país no se juega desde el 15 de marzo.El torneo Nacional debía comenzar en mayo. Hay más de Bolsonaro: “mucha gente en el fútbol está a favor de una reanudación, porque el desempleo va a tocar también a la puerta de los clubes”. Y más todavía: “el Ministerio de Salud emitirá una sugerencia para que los partidos se reanuden sin hinchas en los estadios. La decisión de reanudar el fútbol no es mía, pero podemos ayudar”.

¿Qué dice la Confederación Brasileña? “Las competiciones se reanudarán en cuanto sea posible, con garantías de seguridad y salud para todos los involucrados”. En medio de este tira y afloja, habló Raí, exjugador y actual director ejecutivo de San Pablo. “El club está en contra de reanudar el fútbol durante la pandemia”. Y contraatacó: “exijo en cambio la renuncia de Bolsonaro, por su manejo irresponsable” de la crisis”.

En fin. El fútbol no es más que una expresión del mundo, cercano al paroxismo, que nos toca vivir.

La pelota rueda en un único país en África

Salvo en Burundi, donde la actividad siguió, incluso con presencia de público en los estadios, en el resto de los países hace varias semanas que no se está jugando. Por estos días, la mayoría analiza qué hacer: está repartida la idea de volver a jugar y de cancelar temporadas. En cuanto a torneos de selecciones, todo quedó suspendido.

En el sur, todo parado

Desde que se empezaron a disponer distintas extensiones a los aislamientos de los países, en América del Sur no se juega al fútbol. Y ya existen decisiones firmes, como la de Argentina, de cancelar sus temporadas en Primera y el ascenso. Hay ligas que todavía no decidieron qué hacer, pero están en debate al respecto. Brasil está dividido: están los que no quieren volver, y los que sí, avalados por la presión presidencial. La injerencia política es fuerte.

En Asia, dos ligas en juego

En Asia hay situaciones extremas. Ligas con puertas cerradas, y otras como las de Turkmenistán y Tayikistán, en juego. En lo referido a torneos de selecciones, quedaron suspendidos.

Los europeos y la diversidad

Hay países, como Bielorrusia, donde nunca dejaron de jugar. Hay ligas (Francia, Holanda) que ya cancelaron la temporada, otras que analizan volver en pocos días al trabajo (Alemania y España), están las que dirán en breve qué harán (Inglaterra e Italia), mientras la mayoría se debate con serias dudas sobre los pasos futuros.

El norte y el centro

En México se tomaron decisiones drásticas y hay amenaza de revolución. En Nicaragua nunca de dejó de jugar, mientras que los equipos costarricenses vuelven al trabajo en breve.

Oceánicos sin nada de acción

Así como sucedió con la Copa de las Naciones, prevista para junio y que fue suspendida, las ligas del continente que menos fútbol tiene quedaron sin actividad. Hay debates de cómo seguir, pero no parece haber apuro en ello.

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