River ve al "Ruso" Zielinski y llora

River ve al "Ruso" Zielinski y llora

Al "Millonario" de Gallardo le faltó nafta y definición para abrochar el título.

NO LO PUEDE CREER. Gallardo era la imagen de la impotencia al salir de la cancha. Increíble: River dejó escapar un título en las últimas dos fechas. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio NO LO PUEDE CREER. Gallardo era la imagen de la impotencia al salir de la cancha. Increíble: River dejó escapar un título en las últimas dos fechas. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio

No hay nada que hacer: si Marcelo Gallardo parece haber nacido para ser el Mesías de River, Ricardo Zielinski parece haber nacido para ser su cruz. El “Ruso” apareció otra vez para complicarle la existencia, como hace casi nueve años, cuando le propinó el golpe más duro de su historia, o como cuando lo eliminó de la Copa de la Superliga, el año pasado. Si hasta ahora no se había ganado ya un lugar de privilegio en el salón de la infamia riverplatense, seguro que desde anoche ya lo tiene.

De todos modos, Zielinski es sólo un actor de reparto en esta comedia devenida en tragedia para el “Millonario”. El primer culpable es el propio River, que se deshilachó cuando sólo le faltaba dar la puntada final para completar la obra de Gallardo con ese título que lo sigue gambeteando. Al margen del revival que pegó Boca con la llegada de Miguel Ángel Russo al banco, los de Núñez tenían viento de cola en esta recta final de la Superliga. Con lo mejor de su plantilla disponible (y relevada de cualquier excursión copera), River necesitaba sumar cuatro de los últimos seis puntos para tornar inútil cualquier patriada de Boca. Contra Defensa y Justicia, de local, dejó pasar la chance de asegurarse cuando menos un desempate. Quedaba una más, con la estadística a favor: de sus 14 victorias, nueve las había conseguido fuera de su casa. Sólo era cuestión de sellar una más.

El tema es que el José Fierro no es cualquier cancha, y pocos rivales hay tan incómodos como Atlético, más teniendo en el banco a un técnico bicho como Zielinski.El “Decano” nunca tuvo la intención de ser el convidado de piedra en esta definición, no para ayudar a uno o perjudicar al otro, sino por sí mismo, para terminar con esa racha de nueve fechas sin embolsar de a tres en la Superliga. No pudo cortar la racha, pero sí que logró arruinarle la fiesta a River.

El equipo de Gallardo mostró toda su jerarquía en el primer tiempo, que dominó claramente con su fútbol vertiginoso, preciso y punzante, pero sólo hasta la puerta del área. En los metros finales hizo casi todo mal, salvo en el gol de Matías Suárez.

Atlético, en cambio, se limitó a buscar con pelotazos la cabeza de Javier Toledo, hasta que Aguirre la encontró en un córner al segundo palo. Golazo. “Esto seguro que no lo esperaban ellos”, señalaba Piero Pinna, un hincha “decano” eufórico en la platea. No, no lo esperaban. Como tampoco esperaban los errores clave de Patricio Lostau y sus asistentes, primero anulando por offside un gol de Rafael Santos Borré (estaba habilitado) en el primer tiempo, y después no cobrando un penal sobre Ignacio Fernández (Heredia lo enganchó abajo) o el agarrón en el área a Suárez. Para colmo, desde La Bombonera llegaba la noticia del gol de Tevez. Fue demasiado para River, que perdió la compostura y renunció a su libreto de paladar negro para amontonar gente cerca de Lucchetti y llegar al gol aunque fuera por atropello. Pero ni así: a la defensa le salieron chichones de tanto rechazar. Fue puro sacrificio lo del fondo “decano”, que hasta generó una que otra ocasión de contra, que ni Toledo ni Díaz pudieron concretar.

Increíble desenlace para River, al que le escapa un título que parecía tener en el bolsillo. Como se dice, tanto nadar para morir en la orilla..

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