24 Febrero 2020
Con la excepción de la película francesa “La sal de la las lágrimas”, del veterano Philippe Garell, no hubo hasta ahora filmes destacados en el Festival de Berlín, que culminará el domingo. La obra de Garell es un delicado retrato de la educación sentimental de un joven.
Por otra parte, el regreso de Argentina a la Berlinale después de una ausencia de seis años no fue nada convincente para los críticos. La coproducción argentino-mexicana “Prófugo”, segunda película de Natalia Meta, fue descripta como “un fallido thriller metafísico donde una mujer lucha contra los personajes y los demonios que pueblan sus sueños”.
Otra decepción fue la película inaugural de la competencia, “Mis años de trabajo con Salinger”, del canadiense Phillipe Falardeau. La obra resultó ser muy floja, a pesar de la participación de la estrella estadounidense y productora Sigourney Weaver.
El setenta aniversario del festival fue ensombrecido por el atentado mortífero de un comando de extremistas de derecha en la ciudad alemana de Hanau. A este suceso fueron dedicados los discursos oficiales de apertura, con una enérgica condena.
Controversias
Otro hecho que ensombreció la primera semana de la Berlinale fue la controversia por las declaraciones -supuestamente sexistas y homofóbicas- atribuidas en el pasado al presidente del jurado, el actor británico Jeremy Irons (foto). Sumado a la cancelación de una delegación de 118 compañías chinas a raíz del coronavirus.
El malestar se profundizó aún más por las revelaciones sobre el pasado nazi de Alfred Bauer, el primer director de la Berlinale, de 1951 a 1976. En su momento, el festival lo honró con la creación de un premio que, desde 1986 hasta hoy (con su cancelación) se otorgaba a la película que abría “nuevas perspectivas”.
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