Mateo Carreras: “cuando sos profesional el rugby ocupa el 80% de tu vida”

Mateo Carreras: “cuando sos profesional el rugby ocupa el 80% de tu vida”

El talentoso wing surgido en Los Tarcos cuenta su nueva vida en Jaguares.

PIES EN LA TIERRA. La habilidad y el pique explosivo de Mateo le han valido elogios a nivel mundial, pero él conserva la humildad y hasta se considera “un suertudo”. la gaceta / foto de Ines Quinteros Orio PIES EN LA TIERRA. La habilidad y el pique explosivo de Mateo le han valido elogios a nivel mundial, pero él conserva la humildad y hasta se considera “un suertudo”. la gaceta / foto de Ines Quinteros Orio

Son las 7 de la mañana y Mateo Carreras está en Los Tarcos, bolso en mano, listo para otra jornada de entrenamiento. Como al resto del plantel de Jaguares, el head coach Gonzalo Quesada le dio una semana de licencia para volver a Tucumán a pasar las Fiestas, pero el permiso no lo exime de continuar con el trabajo de una pretemporada que ya lleva cuatro semanas y que apunta al debut en el Súper Rugby 2020, previsto para el 1 de febrero. Mientras disfruta de la breve pausa en sus dominios, el crack de los “Rojos” cuenta cómo vive la transición del rugby amateur al profesional con apenas 20 años, cumplidos esta semana.

- Ahora que estás ahí, ¿podés decir “es lo que yo quería”?

- Sí. Desde chico, pensaba en que quería vivir por y para el rugby. Pero no es fácil: cuando sos profesional, el rugby ocupa el 80% y el resto de tu vida el otro 20%. Para venir a las 7 a entrenarme y estar bien despierto, me tengo que acostar a las 9 de la noche. El jueves, cuando le dije a mi viejo de empezar a preparar la cena, me miró sorprendido y me dijo: “¡pero si recién termino de tomar mate!”, ja ja. Igual, ya se van acostumbrando.

- ¿Sentís que hay una visión errónea de lo que significa ser profesional?

- Por ahí algunos te dicen ahora que sos profesional, no vas a tener que laburar. No laburar las pelotas. En Casa Jaguares estamos desde las 7 hasta las 18. Son 11 horas todos los días. Es más que el horario comercial. Si eso no es laburar...aparte estamos en diciembre. Todo el mundo está cansado a esta altura del año.

- Y algunos ya de vacaciones...

- Mis amigos se están juntando todos estos días y la verdad que cuesta quedarse fuera de todo eso. En estos días que vine me pude juntar con ellos, pero saben que no puedo tomar nada y que a determinada hora me tengo que ir a dormir. A mí me gusta hacer todo para que ellos se diviertan. Hago el asado, les abro las cervezas, le alcanzo los cigarrillos, lo que sea, pero ellos saben que yo no me puedo prender en nada de eso. Al principio les costó, pero después entendieron.

- ¿Y a vos te costó entenderlo?

- Es muy duro, no te miento. Hace un año más o menos, me pasaba que mis amigos salían y yo no podía porque jugaba al otro día con la primera del club. Y me dolía. Hubo veces en que me largué a llorar y le dije a mi viejo que no sabía lo que quería hacer. O sea, quería jugar al rugby, pero también quería disfrutar mi vida. Mi viejo me dijo: tenés que elegir. Y bueno, elegí el rugby.

- ¿Esa elección también involucra a quienes están con vos?

- Mucho. Cuando lees un contrato, se habla de lo económico, pero no de lo sentimental. Eso también pesa. Y mirá que yo nunca fui de estar todo el día abrazado a mis viejos. Soy bastante frío en general, hasta con mi novia. Un día se sorprendió porque le dije “te amo”, yo no soy de decir cosas. Y me dijo: ¿sabés que pasa? Estás cayendo en que te estás por ir a vivir solo a Buenos Aires y ya no nos vas a tener todos los días con vos. Y tenía razón. Ella me acompaña mucho. Como es la hermana de Nicolás Sánchez, sabe mejor que nadie lo que significa ser profesional. Es duro, más para los que somos del interior. Nos tenemos que acostumbrar a otro ritmo de vida, mucha gente apurada, enojada. Siento que vivo en Estados Unidos, pero es San Isidro. Y decí que no agarramos el kilombo del centro. Si cuando vengo a Tucumán y agarro 10 semáforos en la Córdoba me vuelvo loco.

- Cuesta alejarse también del club, ¿no?

- Un montón, pero al haber firmado con Jaguares, puedo ser profesional en Argentina y seguir viniendo aunque sea de vez en cuando. Porque si yo no puedo venir al club, me muero. Con la gente de tu club te sentís más cómodo. En otro lado a lo mejor te ven como jugador de Jaguares o de Los Pumas, pero en tu club te siguen viendo y tratando igual que siempre. Y eso está bueno, porque te mantiene los pies sobre la tierra. Es tu casa, a la que vas a volver siempre, estés en Jaguares, en Los Pumas, en Europa o donde sea. Acá vas a estar pisando la misma tierra que todos. Esto es lo que más se extraña: la vida del club. Allá los domingos estás en tu casa descansando porque sabés que el lunes te van a matar a trabajos físicos.

- Hoy trabajás a la par de tipos que hasta hace unos meses eran tus ídolos. ¿Cómo te pega eso?

- Es fuerte, y yo se los digo. Hace dos meses veía el Mundial y pensaba qué cracks que son Petti, Creevy, Tuculet... Y de un día para el otro, me encuentro compartiendo habitación con uno o viajando todos los días en el auto de otro. De ser mis ídolos pasaron a ser mis amigos. Es increíble. Se van cumpliendo los objetivos que me puse un año atrás. Y a medida que voy tildando, voy poniéndome objetivos nuevos. Si un día quiero entrenarme a la par de tal jugador, una vez que lo logro quiero ser mejor que él.

- Y por ahí surgen cosas que no te habías planteado, como jugar un Mundial de Seven.

- Creo que fue 110 % suerte. Justo se lesionó Felipe del Mestre.

- ¿Te parece realmente que a ese nivel tiene tanto que ver la suerte?

- A ver, no me lo esperaba. Salvo acá en el club, molestando con mis amigos, yo no había jugado seven. Cuando me sumé a los entrenamientos, estaba perdido, no entendía nada. Pero creo que Santi (Gómez Cora, entrenador de los Pumas 7’s) estaba convencido de que yo podía andar. Fui un suertudo porque haya querido llevarme a un Mundial en vez de a otro jugador más acostumbrado al seven. Porque es otro deporte, muy distinto. En el rugby de 15, me considero dentro de todo rápido, pero en el seven me sentía una tortuga. Los tipos vuelan, se entrenan para la velocidad. Recuerdo que en el Mundial nos toca jugar contra Fiji, y en un momento se escapa (Semi) Radradra. Lo corrí desde atrás, pero aunque el tipo iba trotando y yo quemando aceite, no lo pude alcanzar.

- ¿Qué te provoca que haya videos en Youtube con jugadas tuyas?

- Trato de no enredarme mucho con eso, de no ver las redes, ni cuando me va bien ni cuando me va mal. No quiero que eso impacte en mi forma de ser. Lo que otros piensen va más allá de mí. Incluso cuando jugás el fin de semana en tu club y hay un montón de personas viéndote, a algunas les va a gustar cómo jugás, a otras no. Ni Messi convence a todo el mundo. Por eso trato de abstraer mi cabeza de todo eso. Aunque sí confieso que soy de enfocarme mucho en lo malo. Vivo de lo malo. A lo que hago bien le doy poca bola, o trato de mejorarlo.

- Sos perfeccionista...

- Sí, pero no sólo en lo que hace al juego, sino en general. Me gusta ser organizado: despertarme a tal hora, comer cuando corresponde, cumplir con mis horarios. A ver, me gusta lo que hago y por eso firmé un contrato. Aunque físicamente a veces sea agotador, trato de disfrutarlo y de encontrar cosas para motivarme. Pero sí, suelo enfocarme en lo que no hago bien. Si en un partido hago 10 cosas bien y dos mal, sólo pienso en esas dos. A veces pienso que no debería ser tan así.

- Mal no te ha ido con ese método...

- Puede ser, pero creo que cambiar la cabeza y ver también lo bueno te puede ayudar a disfrutarlo todavía más.

- ¿Cómo sentís que te puede sentar el juego del Súper Rugby?

- Esperemos que bien. Aunque me gusta y estoy acostumbrado al tipo de juego que hay en el Regional, más desordenado, me siento cómodo con el sistema de Jaguares. Siento que me favorece a mis condiciones físicas, porque por mi altura no estoy para ir a andar chocando con pilares.

- ¿Un propósito de fin de año para 2020?

- Sumar la mayor cantidad de minutos posibles en el Súper Rugby. Si es de movida, mucho mejor. De a poquito ir ganándome el puesto. Y quiero convencerme de que lo merezco, porque a veces tiendo a pensar que se lo debo a la suerte. Quiero sentir la tranquilidad de sentir que si estoy, no es porque hay cuatro lesionados y no tienen a quién más poner, sino porque me lo he ganado en buena ley. Y si se puede, agarrar alguna concentración de Los Pumas, aunque sea como sparring, por qué no. Sé que es un objetivo muy alto, pero soñar no cuesta nada.

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