La mochila impositiva

La transición institucional transcurre con menos problemas que los países vecinos. La figura de Alberto Fernández avasalla a la de Mauricio Macri, que ya prepara las valijas para dejar la Casa Rosada. Está más que claro que el actual presidente de la Nación ha decidido pagar ciertos costos políticos para, en cierta medida, aliviarle esa pesada mochila que un jefe de Estado le transfiere al siguiente. Los precios siguen en alza. La inflación del mes pasado y la del que transcurre continúa en niveles estratosféricos respecto de los países de la región. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) promediará el 4% mensual para cerrar 2019 en torno a un 55%. Las perspectivas para el próximo año no son tan alentadoras en materia inflacionaria. Un sondeo efectuado entre ejecutivos y empresarios que formaron parte IAE Business School de la Universidad Austral ha revelado de que seis de cada 10 CEO considera que la inflación del próximo bienio se ubicará entre un 30% y un 50%. Frenar ese flagelo que come el bolsillo no es tan sencillo para un país que necesita imperiosamente alentar el consumo.

Fernández sabe que debe aprovechar los primeros 100 días de gestión para alentar medidas que impulsen la economía y les cambie el humor a los agentes económicos, desde el más encumbrado empresario hasta el más necesitado consumidor, ese que está bajo el umbral de la pobreza. Los empresarios están esperanzados en que se reduzca la presión impositiva. Sin embargo, ningún gobernante (de todos los niveles de Gobierno) está consustanciado con esa idea. Sucede que la necesidad de recursos los llevará a sostener el actual esquema tributario y, de ser posible, incrementarlo porque no hay otra manera de generar fondos para sustentar tanto gasto público.

En esa orientación, la Provincia ya avisó que no tocará las alícuotas del impuesto sobre los Ingresos Brutos, el principal foco de recaudación. Ocho de cada 10 pesos que la provincia genera por el cobro de tributos responde a esa carga impositiva que ha sentido el efecto de la recesión. Ingresos Brutos crece menos que la inflación (34% vs 55%).

Aquella necesidad de recursos ha llevado al fisco a designar como agentes de percepción y de retención a empresas cuyos ingresos brutos operativos (gravados, no gravados y exentos) por un monto superior a $ 60 millones, teniendo en cuenta los ingresos provenientes de todas sus actividades y en todas las jurisdicciones, según la resolución 106. Esta decisión ha causado la reacción del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán, que le ha enviado una nota al ministro de Economía, Eduardo Garvich, pidiendo la derogación de la normativa que, a criterio de los contadores, afectará aún más a la operatividad de las pequeñas y medianas empresas (PyME). Estas “no deben ser designadas como agentes de recaudación fiscal, ya que esencialmente son pequeñas empresas que no cuentan con sistemas de administración eficiente para manejar los mecanismos de recaudación que la Dirección de Rentas deposita en estos entes”, indica la misiva. Y acotaron que la designación de nuevos agentes, teniendo en cuenta los valores de ventas nacionales, quita interés a empresas que actúan en distintas jurisdicciones para operar en Tucumán que, a su vez, necesita salir de la recesión económica global.

Las autoridades del colegio enfatizaron una cuestión netamente política. “La autonomía provincial no puede ser utilizada para imponer cargas adicionales”, señalaron. Tomando en cuenta el diagnóstico elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) cualquier contribuyente destina casi la mitad de sus ingresos para cumplir con el fisco, en todas sus dimensiones. La reformulación de la política impositiva sigue siendo la materia pendiente de las gestiones de gobierno. Los planes de facilidades de pago sólo constituyen un paliativo frente a una difícil realidad económica. El problema es que no hay incentivos para los cumplidores. Y algo más: el Estado sigue cazando en el mismo zoológico tributario. No se amplía la base imponible y, por ende, no se pone claridad a una oscuridad que se asienta en el 40% de la actividad económica local. De esa manera, el esfuerzo seguirá recayendo en los mismos de siempre. Sería oportuno que, de una buena vez, el fisco alivie esa histórica mochila.

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