Los partidos de Chile exigen que se dicte una nueva Constitución

SANTIAGO, Chile.- La necesidad de modificar la Constitución heredada de la dictadura fue uno de los ejes de la reunión de ministros de Estado con los presidentes de los partidos de la oposición, quienes salieron disconformes de La Moneda porque consideran que el gobierno no escucha las demandas sociales que van en este sentido.

El presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, dijo al salir de la reunión que le plantearon al Gobierno “la importancia de escuchar a la ciudadanía y, por tanto, reemplazar esta Constitución, que es una camisa de fuerza para los cambios que los chilenos demandan, por una verdaderamente democrática, nacida en democracia; por eso hemos insistido en la propuesta del plebiscito”.

Heraldo Muñoz, presidente del Partido Por la Democracia, insistió en que es fundamental escuchar del Gobierno “una palabra clara respecto de una nueva Constitución”. El vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, aseguró en una entrevista con “CNN Chile” que el país necesita una Nueva Constitución. “A lo mejor logramos una constitución relativamente parecida, pero no importa, estamos haciendo la revisión de acuerdo al clamor popular”, insistió.

El representante de la Democracia Cristiana, Fuad Chahín, dijo que está muy lejos del cambio constitucional y que se necesita “una Constitución que nos represente a todos, una Constitución que realmente sea el consenso político, económico y social del Chile que queremos para el siglo XXI”.

El pedido no es nuevo. Desde la vuelta de la democracia, en 1990, se busca reemplazar la Constitucion confeccionada en 1980 por el dictador Augusto Pinochet. Las mismas trabas de la Carta Magna llevaron a que sólo se logre reformar, con apoyo de parlamentarios de centro, algunas leyes orgánicas en los años de democracia.

Las mayores reformas a la Constitución de 1980 se realizaron durante el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006) y en el segundo de Michelle Bachelet (2014-2018).

Durante el mandato de Lagos se se puso fin a los senadores designados y -en el último gobierno de Bachelet- al sistema binominal de elección de parlamentarios, que se transformaba en una casi paridad entre derecha e izquierda en el Congreso y, en tanto, imposible realizar reformas de leyes orgánicas, o una nueva Constitución.

Para modificar o cambiar estas leyes o crear una nueva Constitución es necesario quorums calificados, según se indica en la actual Carta Magna “el proyecto de reforma necesitará para ser aprobado en cada Cámara el voto conforme de las tres quintas partes de los diputados y senadores en ejercicio”.

Pese a que el gobierno mostró su disposición a acometer “cambios estructurales” en el país, los partidos de la oposición consideraron insuficientes las propuestas.

El país cumple dos semanas de movilizaciones sociales que han dejado una veintena de muertos, numerosas acusaciones de violaciones de los derechos humanos e importantes destrozos a la red de transporte público, comercios y edificios en todo el país.

La convulsión social llevó al presidente, Sebastián Piñera, a suspender la cumbre de los países del Asia Pacífico APEC y la cita global sobre cambio climático de Naciones Unidas, COP25, que debían realizarse en los próximos días.

El núcleo de las reivindicaciones se agrupa, además en el reclamo por mejores pensiones y salarios, acceso equitativo a la salud, una reforma tributaria que suba la carga a las rentas altas y nuevas condiciones en servicios básicos. (Reuters)