TV cable y streaming: el odio racial estalla en clave distópica

TV cable y streaming: el odio racial estalla en clave distópica

“Watchmen”, la nueva serie que HBO estrenó el domingo, seduce por su complejidad temática.

DISTINTA. “Watchmen” escapa a los moldes del género superhéroes. DISTINTA. “Watchmen” escapa a los moldes del género superhéroes.

Nacido en el papel de la historieta hace un siglo, el universo de los superhéroes se fue enriqueciendo a lo largo de los años y en las últimas décadas se convirtió en una de las industrias audiovisuales más espectaculares y taquilleras. Paralelamente, como una alternativa al mundo de buenos contra malos en que discurre la saga de Los Vengadores -por ejemplo-, aparecieron historias donde el héroe y el villano se fueron complejizando, confundiéndose y entrando en la ambigüedad, hasta llegar a plantear dilemas morales y críticas a la sociedad actual, como en el caso de “Guasón”.

En esa misma línea está “Watchmen”, una historia distópica que transcurre en un Estados Unidos consumido por la violencia, donde la presencia de poderosos súperhumanos imparten justicia por mano propia. Está basada en un cómic de Alan Moore de 1986, pero la nueva versión no cuenta la misma trama sino una suerte de continuación de la historieta, que transcurre 34 años después de la original. En ese futuro, Robert Redford es presidente de los Estados Unidos, los vigilantes aún son ilegales y un culto de justicieros sigue la lucha contra la delincuencia iniciada por el fallecido Rorschach. La miniserie, protagonizada por Jeremy Irons, Don Johnson y Regina King, es una de las mayores apuestas de HBO en su búsqueda por encontrar un hit que iguale la popularidad de la finalizada “Juego de Tronos”.

El primer episodio, sobre todo, requiere que el espectador esté muy atento a todo lo que sucede en la pantalla, para poder comprender el contexto de la historia y el perfil de sus personajes.

Ante las fuerzas del orden y la justicia que encarnan los héroes y una Policía enmascarada de raza negra, se yergue un antagonista que parece invencible: la Séptima Caballería, que encarna a la supremacía blanca en permanente guerra racial contra los afroamericanos. “Creo que la supremacía blanca es un gran problema, no sólo en EEUU sino en todo el mundo. Es una plaga, una enfermedad de nuestra sociedad”, afirmó Damon Lindelof, creador de la serie y responable de otras ficciones exitosas, como “Lost”.

El capítulo uno se inicia con una recreación libre de un hecho histórico. Una masacre ocurrida en 1921, en Tulsa (Oklahoma), donde grupos de población blanca atacaron a la comunidad afroamericana. Cifras extraoficiales dan cuenta de 300 muertos.

La acción se traslada a 2019, con un incidente de carretera en que un enmascarado con el símbolo de la secta racista acribilla a un policía de color. Será el comienzo de una nueva batalla, después de una paz que había durado dos años, según reseña el jefe policial interpretado por Johnson. Con él colabora la heroína enmascarada Sister Night. En una enigmática escena, aparece un personaje excéntrico a cargo de Irons.

Con muchos enigmas por descifrar a lo largo de los próximos capítulos, “Watchmen” muestra un mundo dual, donde conviven lo luminoso y lo escuro, con un ritmo narrativo lleno de quiebres y un trabajo artístico deslumbrante.

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