De Aguilares a Japón: un gaucho que ama al rugby

De Aguilares a Japón: un gaucho que ama al rugby

Julio Varela fue a Japón para alentar a Los Pumas con la típica vestimenta.

AMISTAD. Varela se sumó a la foto con otros argentinos y simpatizantes franceses. La camaradería reina en el Mundial.  AMISTAD. Varela se sumó a la foto con otros argentinos y simpatizantes franceses. La camaradería reina en el Mundial.

Si hasta el camino más largo comienza con un simple paso, un viaje al otro lado del mundo puede gestarse a partir de un simple ahorro. Con esa idea en mente es que Julio Varela decidió guardar los 150 dólares que le habían sobrado de un viaje a Nueva Zelanda para ver un partido de la gira de los British & Irish Lions contra los Blues -equipo donde jugaba su ídolo, Sonny Bill Williams- e iniciar con ellos el fondo para el cumplimiento de otro largo anhelo: viajar a Japón para el Mundial de Rugby.

Pero ya que iba a hacer semejante travesía, el “loco” de Aguilares no quería llegar como uno más. “Un Mundial es una fiesta, y yo quería traer algo típico nuestro, como hacen muchos que vienen desde otros países. ¿Y qué es lo típico de Argentina? El gaucho. Por eso, a mi amigo Roberto “Gallo” Pintos, ex jugador de Aguará y apasionado del folclore, le pedí el sombrero para disfrazarme de gaucho, y él muy correctamente me respondió: ‘no amigo, no te vas a disfrazar de gaucho. Te vas a vestir de gaucho’. La bombacha me la prestó otro amigo, Víctor Seco, que baila folclore. Y al poncho me lo compré por internet y le hice grabar ARG bien grande. Eso vendió un montón”, cuenta Julio.

El “gaucho de Aguilares” fue sensación en las tribunas del estadio Ajinomoto durante el debut de Los Pumas ante Francia. Allí lo encontraron las cámaras de la prensa internacional y también las del propio estadio. El momento en que lo enfocaron se transformó rápidamente en un GIF de WhatsApp. Así y todo, Julio asegura que no le gusta caretear ni jugarla de figuretti. “No soy de subir cosas a mis redes sociales, pero me sorprendió cómo se viralizó todo. Hasta los de Fox Sports me entrevistaron cuando me vieron ahí”, agrega el ex jugador de los “Zorros”, que ya para el partido contra Tonga decidió ir de civil y sólo se dejó el sombrero. “Es que ya hace demasiado calor, hermano. No da para andar de poncho y bombacha, je”, explica.

Julio lleva ya más de 10 días en Japón, y su capacidad de sorprenderse aún no ha alcanzado su límite. “El respeto que hay acá no se puede creer. Más si te ven que sos de afuera. Me pongo a pensar que acá son más de 100 millones de habitantes, casi el triple que en Argentina, y se respetan mucho más. No quiero ponerme a comparar, sólo quiero destacar eso. Y también me sorprende el tamaño de las estaciones de tren, algunas tienen como ocho pisos, son como ciudades enteras”, describe.

De todos modos, reconoce que por momentos extraña mucho a su mujer y a su hija, y de hecho a punto estuvo de cambiar los pasajes y vender su entrada del partido contra Inglaterra para volverse antes. “Los días se hacen largos entre partido y partido. Hay que esperar una semana hasta el siguiente. Igual, decidí quedarme, porque era menos problema y aparte me salía como 250 dólares la multa por cambiar el pasaje. Así que trataré de aprovechar estos días que quedan hasta el partido para ver si puedo llegar a conocer Hiroshima y Kioto. Me gustaría volverme a Argentina con un triunfazo sobre los ingleses, pero para eso Los Pumas van a tener que jugar mucho mejor que contra Tonga. Fallamos muchos tackles”, advierte.

Mientras tanto, el Gaucho sigue disfrutando de las experiencias fuera de libreto que le ofrece Japón. Como la de meterse una cucharada del picantísimo wasabi creyendo que era palta (“me tomé como dos jarras de agua para pasarlo”), la de encontrarse a Los Pumas mientras paseaba por los jardines del castillo de Osaka, o la de reencontrarse de casualidad con su “amigo” Sonny Bill Williams mientras recorría un shopping de Ginza, un distrito de compras en Tokio. “Lo saludé y le mostré la foto que me saqué con él en Buenos Aires, cuando vino con los Blues a jugar con Jaguares y le regalé la camiseta de mi club. Le causó mucha gracia, y se sacó otras fotos conmigo. Un tipazo realmente”, reconoció.

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