Para Atlético lo importante era ganar, ya tendrá tiempo para encontrar el buen juego

Para Atlético lo importante era ganar, ya tendrá tiempo para encontrar el buen juego

Al "Decano" le sigue costando pero volvió a convertir y a ganar, algo que se le venía negando.

BUEN INGRESO. Lotti jugó bien durante los minutos que estuvo en cancha. Es una buena opción para asistir al 9 de turno. la gaceta / foto de hector peralta BUEN INGRESO. Lotti jugó bien durante los minutos que estuvo en cancha. Es una buena opción para asistir al 9 de turno. la gaceta / foto de hector peralta

Dos minutos antes del gol que saciaría el hambre de un estadio angurriento, se produjo una situación extraña. Héctor Varela ya estaba parado en la mitad de la cancha y listo para ingresar en Godoy Cruz y seguir aguantando el 0-0. Esperaba una pausa en el partido que terminó viniendo con una falta de su compañero Miguel Jacquet. Darío Herrera fue rodeado por jugadores del “Tomba” y el número 3 quedó mezclado y muy difícil de identificar para los que estaban en la cancha (no viendo la transmisión por TV). En el medio se producía la modificación. Habían salido dos jugadores visitantes y entrado uno. Fue una de tantos episodios del partido que necesitó de una traducción, un subtítulo. Como si gran parte del encuentro se hubiera jugado en otro idioma.

El impuntual gol de Bruno Bianchi (llegó 87 minutos después de iniciado el partido) fue quizás la escena del juego que más necesitó de traducción. En el fondo no: la pelota entró y todos gritaron gol, pero en la forma despertó todo tipo de suspicacias. Un jugador defensivo que se encontró con la pelota en el área rival y que terminó clavándola en el ángulo. ¿Quiso definir? ¿Quiso tirar el centro? El mismo festejo de Bianchi confundió aún más.. Se dio vuelta y agachó su cabeza, mientras recibía los saludos del resto del equipo

Le costó a Atlético llegar al gol. Eso no necesitó intérpretes. Le costó tal como le viene costando durante todo este inicio de torneo y como le costó en la pretemporada. De hecho, los dos goles que marcó en la Superliga tuvieron algo de casualidad: el primero (ante Rosario Central) fue en contra y el de ayer, puede que no haya contado con la intención de su autor.

Hubiese sido provechoso gozar de unos subtítulos también cuando se fue de la cancha Augusto Lotti. Sin descollar, el delantero había hecho un buen trabajo externo, intentando asistir a Leandro Díaz y hasta a Tomás Cuello, en un momento.

En su lugar ingresó Javier Toledo para volver a formar una dupla que hizo muy feliz a Atlético en el cierre de la última temporada. Sin embargo, Toledo también parecía jugar en otro lenguaje. Parado todo el tiempo de espaldas al arco. Claro, estaba sobremarcado por la defensa en cada centro que llegaba pero hasta cuando los defensores se olvidaban de él y lo dejaban solo, el delantero continuaba sin mirar el arco. Como si nos estuviésemos perdiendo de algo. Otro momento en el que se hizo necesario una transcripción de lo que estaba pasando.

Sí se comprendieron los esfuerzos de Gonzalo Castellani, Guillermo Acosta y hasta de Cuello. Ninguno la rompió pero las buenas intenciones estaban y en algunos momentos fueron más que eso. Incluso hasta de Federico Bravo que no marcó lo suficiente pero se mostró activo en ambos sectores.

Las benditas jugadas colectivas aparecieron, al menos en el primer tiempo. Remates al arco desde afuera, de más cerca, en definitiva recursos ofensivos, lo que se le venía pidiendo al equipo.

Lástima que duró poco. Ariel Rojas y Díaz estuvieron por debajo de lo esperado y se les hizo bastante difícil por momentos.

Aún con todo esto, se trató de un avance para este equipo. Y no solo en el resultado que tranquilizó a varios inquietos tras un flojo arranque. También en el juego, que es en definitiva lo que definirá la suerte del equipo en un torneo completo y no en partidos aislados. Con el tiempo, quizás ya no se necesiten subtítulos y todo se haga más fácil de comprender. Por ahora, lo que hay que saber es que finalmente la pelota entró y Atlético ganó.

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