La producción de trigo podría ser un récord

La producción de trigo podría ser un récord

Cuando en el NOA todavía falta trillarse el maíz, los productores ya sembraron los cultivos de invierno, sobre todo el trigo, debido a que las lluvias permitieron que haya humedad en el suelo. En el país hay mucha expectativa en que esta siembra sea histórica, por lo que sólo esperan que tengan las condiciones necesarias para que siembren el cereal.

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El invierno llegó a toda carrera a la Provincia de Tucumán y a la región con casi todo los cultivos de granos gruesos ya trillados, salvo el maíz que espera que se sequen totalmente las mazorcas para ser recolectado, dejando rendimientos en soja y poroto bastante buenos, lo que le provocó al productor un cierto alivio en sus cuentas.

Además, es bueno comentar que las lluvias de fines de veranos y las que ocurrieron en otoño permitieron que los lotes destinados a la producción de granos, como así también todos los suelos de la provincia, tuvieran muy buenos contenidos de humedad al momento de la siembra de los cultivos invernales, lo que hizo que el hombre de campo pudiese sembrar sus tierras luego de levantada la cosecha gruesa.

A pesar de que todavía estamos en una situación de crisis bastante complicada en el país, debido a los problemas ocasionados por la inflación que elevó los costos productivos de todas las actividades, el productor sigue sembrando, dado que todavía el gobierno nacional sigue fomentando el cultivo de trigo lo que hizo que el país vuelva a ser tradicional, lo que años de antaño este cultivo hizo que tengamos el título de “granero del mundo”.

Esta denominación que tuvo la Argentina se fue perdiendo a consecuencia de las políticas agropecuarias y de los enfrentamientos campo-gobierno que se dieron en los gobiernos anteriores, que sólo generaron una falta de estímulo para aumentar o continuar con la siembra de granos, sobre todo los invernales.

La caída de área implantada del cereal de invierno que se dio en muchas campañas anteriores fue consecuencia de las bajas expectativas y de la nula rentabilidad que tenían los productores, debido, principalmente, a una política agropecuaria desacertada. Diez años atrás, la cosecha nacional de trigo fue de 16,9 millones de toneladas y la producción mundial de 626,7 millones. En el último ciclo, la Argentina produjo 12,5 millones de toneladas (26% menos), mientras que el mundo alcanzó los 726,4 millones (16% más).

Esta reducción de la producción nacional que se registra, con altibajos, en los últimos años en la Argentina, es consecuencia de la respuesta de los productores a las malas condiciones de rentabilidad y a las medidas restrictivas del comercio del cereal, que determinaron que durante varias campañas los productores no pudieran vender su cosecha y la tuvieran que guardar, durante cierto tiempo, hasta que aparezcan los compradores.

Ante esta situación pasada, muchos productores habían optado por no sembrar trigo en varias campañas pasadas, lo que perjudicó la vida económica de las comunidades pampeanas y disminuyó el ingreso de divisas para el país.

Por suerte, esa situación ya fue revertida a partir de la campaña 2016/2017, en la que se cosechó un 62,9% más que en la campaña 2015/2016, con una cosecha récord de 18,34 millones de toneladas, dejando un saldo exportable de unos 11 millones de toneladas.

Durante 2018, se cosecharon 19,26 millones de toneladas y se estima, según la BCR (Bolsa de Comercio de Rosario), que la siembra de trigo en el país podría llegar a las 7 millones de hectáreas y que, tomando la marca de rendimientos obtenidos en los últimos 5 años, un promedio nacional de casi 32 qq/ha (3.200 kg/ha), sugiere que en la nueva siembra -que todavía se está desarrollando en el país- se podrían llegar a superar los 22 millones de toneladas, algo que no sucede desde hace más de 18 años.

Sin dudas que en esta mejoría también se vio involucrada nuestra región, salvo la campaña pasada, en la que las lluvias excesivas que se dieron al finalizar el ciclo de cultivo de los granos invernales, hizo que se perdieran muchas toneladas de trigo y garbanzo, por efectos nocivos de la gran cantidad de días de lluvias en los momento de cultivos maduros y a la espera de ser trillados.

Igualmente el campo siempre da revancha, por lo que este años se sembró más de los promedios de los últimos períodos, en la que el trigo dejó de ser un cultivo de cobertura para ser un cultivo productivo.

Sin duda que las condiciones de este año hicieron que se realice una siembra un poco más “tecnológica”, para poder afrontar mejor otra campaña invernal ya que la campaña pasada en la región fue mala.

Hoy, el futuro del trigo cambió por las mejores condiciones en las políticas agropecuarias que hicieron aumentar el interés del productor, pero el sector sólo espera que las autoridades nacionales puedan enderezar aún más el rumbo económico, político y social, situación que hoy está complicada por las subas de los costos de producción. Así, se lograría que la producción del campo argentino siga siendo un pilar fundamental donde se asienta el potencial económico de nuestro país.

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