27 Diciembre 2018
Los distintos factores involucrados con la citricultura argentina trabajan activamente para minimizar en el país la amenaza de HLB, la enfermedad que afecta al 30% de los cultivos de cítricos en todo el mundo.
En colaboración con la Secretaría de Agroindustria y el Senasa, Federcitrus busca concientizar en la población sobre los efectos del HLB y los riesgos que podría implicar su ingreso para la actividad citrícola argentina y su tremendo impacto en la economía del país. Asimismo, también se podrían ver afectados los productores, perjudicados por las pérdidas en sus cultivos.
La amenaza del HLB está basada en su capacidad destructiva sobre los cítricos -por los daños que causa-, y en la velocidad de su expansión. A ello se suma la dificultad de ser diagnosticada. El avance de la enfermedad, una vez instalada en un área productiva, puede generar pérdidas de hasta el 40% de la capacidad total en un lapso de menos de cinco años.
El HBL, o Huanglongbing, es el nombre de la enfermedad que afecta a las plantas de limón, naranja, pomelo y mandarina, y que se propaga a través de yemas infectadas o por un insecto vector, llamado diaphorina citri.
La amenaza ya está presente en Misiones y hasta fue detectada y erradicada en plantas traspatio y/o insecto vector en Corientes, Chaco, Formosa, Entre Rios y Santiago del Estero, y en las fronteras con los países vecinos, como Brasil y Paraguay. Con más de 135.000 hectáreas implantadas y una producción estimada en más de U$S 1.000 millones, la Argentina es el octavo productor de cítricos del mundo y es líder en la exportación de limón, con más del 20% de la producción mundial.
El sector da empleo a unas 100.000 personas en 12 provincias, y se constituyó, a través del tiempo, en una de las piezas más importantes del sector agroalimentario nacional, que destina su producción al consumo interno, a la industria y a la exportación. Cabe consignar que China, Estados Unidos, México y Brasil han sufrido daños importantes en sus respectivos cultivos, por esta temida enfermedad.
Material vegetal
Si bien el HLB no afecta a la salud humana, es fundamental que la gente tome conciencia del daño que puede causar en las producciones consolidadas, como la de Tucumán y las del resto del país.
En este sentido, la única manera de evitar su presencia en el territorio nacional es impedir el ingreso y la dispersión de material vegetal desde países limítrofes de manera ilegal, sin autorizaciones oficiales, ni tampoco trasladar plantas y frutas entre provincias.
Las producciones cítricas tienen un valor preponderante para nuestro país, no sólo porque el sector contribuye al desarrollo económico sino porque a través de sus productos aporta beneficios a la dieta de los argentinos, cuyo consumo promedio de cítricos por habitante es de casi 19 kilogramos al año. También aportan las frutas vitaminas y minerales, protección al sistema digestivo, control de los niveles de colesterol, y reducen los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
Por lo tanto, todos los eslabones que intervienen en la cadena de elaboración, desde el productor al público en general, deben contribuir desde su lugar trabajando juntos para la prevención de esta enfermedad.
Controles y síntomas
En la Argentina, uno de los insectos vectores, Diaphorina citri, conocido comúnmente como chicharrita, se encuentra presente en el NEA y el NOA (Tucumán y Catamarca no lo tienen). Por este motivo, el Senasa prohibió la producción, plantación, comercialización y transporte de la planta denominada Mirto, uno de los principales hospederos de ese insecto vector.
Con la idea de fortalecer los controles, además de las zonas fronterizas se realizan, a través del Senasa, monitoreos urbanos en plantas de naranjas agrias y otras, con el fin de evitar cualquier presencia de la temida enfermedad. A estas tareas de control se invitó a la población, para que lo realicen en sus domicilios, donde tengan plantas en los patios y en los fondos.
Uno de los síntomas visibles de la afectación del HLB es que las hojas del citrus toman un color amarillento que contrasta en forma notoria con el verde del resto de la planta.
Asimismo, a medida que la enfermedad avanza, se marchitan los tallos y se produce una intensa defoliación de las ramas afectadas, que finalmente se secan y mueren. En los frutos se observa asimetría, reducción de tamaño, semillas mal formadas y de coloración oscura.
Al respecto, el Senasa recordó que aún no se cuenta con un método de control curativo o plantas resistentes genéticamente. De manera que la mejor estrategia para su control es evitar el arribo de Diaphorina citri a las zonas productoras. Por otro lado, para disminuir la propagación de la enfermedad es recomendable implementar la detección y eliminación de las plantas infectadas, utilizar plantas certificadas y controlar al vector con insecticidas autorizados.
Por todo esto, es obligatorio denunciar cualquier sospecha llamando al 0800-999-2386 o al correo electrónico [email protected].
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