Cartas de lectores
17 Diciembre 2018

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, 70 AÑOS DESPUÉS

Todavía estaban ardiendo los fuegos de la Segunda Guerra Mundial en Europa y Japón, cuando desde el 25 de abril al 26 de junio de 1945 se reunió en San Francisco, EEUU, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional. En ese último día -ya Alemania se había rendido el 8 de mayo de ese año- se suscribió la Carta de las Naciones Unidas y el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. Como en el párrafo segundo del texto inicial de la Carta se expresaba (nosotros los pueblos de las naciones unidas) “resueltos a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas”, era de suponer que la naciente organización internacional encararía un cuerpo de referencias específicas en un documento a corto plazo. Efectivamente, luego de 60 días de intensas reuniones, consultas, estudios y discusiones de todo tipo, que hasta hicieron peligrar tan especial convocatoria se consagra la Carta de la ONU, la plataforma que daría entidad -tres años después- a la Declaración Universal de Derechos Humanos desde la Asamblea de Naciones Unidas reunida en París, el 10 de diciembre de 1948. Valioso es el aporte de Leandro Despouy, un ex relator de ese organismo internacional en el ámbito de una justicia independiente, que en términos generales se publicó en LA GACETA bajo el significativo título de “A 70 años de la declaración universal forjada por mujeres”, que recomiendo leer. Actualísimo. De recomendable lectura. Si pretendiéramos comparar cómo ha evolucionado la tecnología -en cualquier campo que fuese- desde 1948 a hoy, podríamos afirmar que la “Declaración” se ha quedado. Está más ligada a los tiempos de los teléfonos negros, de los diarios sólo de papel, de los aviones a hélice, de sólo la radio sin TV, que a los servicios de Internet, la revolución mayor de la comunicaciones y de toda la tecnología por la medicina, la ingeniería, y otras ramas del saber y acontecer humanos. Pero no se desconoce que la Declaración ha tenido influencia en lo político y social, al inducir a los parlamentos y gobiernos de casi todo el mundo sobre la necesidad de legislar en el sentido de darle operatividad a la mayor parte de los 30 artículos que integran la Declaración, que cumplió su septuagésimo aniversario. La mención de los Derechos Humanos ha ganado -gracias al trabajo sostenido de muchísimas ONG del mundo- una “mejor prensa”. Y eso, en nuestro tiempo de sorprendentes adelantos tecnológicos y valoración del multilateralismo, adquiere una relevante importancia. En nuestro tiempo, donde subsisten todavía brasas de guerras, de terrorismo, de dictaduras, de hambrunas y de pobrezas sin horizontes.

Carlos Duguech

"ESTANFLACIÓN

La gestión del presidente Macri nos ha llevado al “peor de los mundos” en materia económica (entre otras más). La Argentina está ya en situación de “estanflación”, término por el que se conoce a la conjunción de estancamiento con alta inflación. Esta conclusión no es una ocurrencia mía, corresponde al periodista Marcelo Bonelli (clarin.com, 13/09/18), quién afirma que esto es una “fase peligrosa y temible”. Y sin dudas que esto es así, ya que la alta inflación que padecemos, estimada en un 48% para todo el año en curso (clarin.com, 13/12/18), ha impactado fuertemente en el poder adquisitivo de la población, generando una caída de este de un 11% según lo proyectado para 2018 (infobae.com 16/10/18) lo que repercute directamente en el consumo, el que cayó dramáticamente, provocando así una fuerte recesión o estancamiento de la actividad económica. Los números que acompañan a la gestión de Macri son realmente desastrosos, la caída del poder adquisitivo mencionada es la peor desde el catastrófico año 2002 y la inflación de 2018 es la más alta desde 1991 (chequeado.com,13/12/18). Tan dramática es la situación que hasta un histórico “enemigo” del kirchnerismo como lo fue Héctor Méndez, ex titular de la UIA (Unión Industrial Argentina), llegó a reconocer que se equivocó en apoyar a Cambiemos y que “no existe temor a un eventual retorno del populismo” (infobae.com 11/12/18). Estos no son sólo números, detrás de ellos hay millones de argentinos que la están pasando mal y que no saben cómo seguir, que están desesperados y angustiados y que reconocen que Macri les “robó” lo peor que se le puede robar a un ser humano: la esperanza. Y por ello, son cada vez más los que se están yendo a buscar un futuro en otros países, sobre todo los jóvenes, que no consiguen empleo y no ven un porvenir en su propia patria. Esto es lo más grave, y esto es lo más triste.

Oscar Alberto Beltrán

SUCIAS ENTRADAS A LA CIUDAD

Muy buena la nota de opinión de la periodista Florencia Bringas en LA GACETA. Espectacular que se pueda avanzar positivamente sobre nuestro preciado lago; eso lo tendrían que haber realizado hace mucho: siempre avanzamos para adentro y nos fijamos en las entradas a la ciudad que “dan calambres”. “Lástima”, “ espantosas”, sólo invitan a pasar de largo a otro destino. Uno entra por la avenida de Circunvalación, la basura pulula y los malos olores; baja del Aeropuerto y debe pasar por el Puente Barros y es calamitoso. Eso que se creó una Secretaría de Saneamiento Ambiental, a la que le reclamo por este medio que no se debe quemar la basura, pero debe ser que no dan abasto. Ver las entradas dan ganas de ir a vacacionar a otros lugares. Las obras deben hacerse, pero primero lo primero: las entradas a la ciudad son la carta de presentación de una provincia. ¡Entiendan de una vez! Aquí primero se ponen el zapato y después las medias. ¡Limpien las entradas, por favor, dejemos de recibir al mundo con nuestra basura! ¿O acaso esa basura es el souvenir que entregamos a los que nos desean visitar? Venga ya la decisión política ambiental, eso resuelve todo el problema de mala imagen y de malos olores.

Pedro Martínez

AGRADECIMIENTO

Mediante esta carta quiero agradecer la prontitud con la que se resolvió la peligrosa situación que presentaba un poste telefónico, de cuya situación LA GACETA se hizo eco y publicó mi comentario en esta sección Cartas de Lectores. La columna de madera en cuestión era una verdadera amenaza para las vidas de las personas y de los inmuebles ubicados en la calle Las Heras al 600. Apenas 24 horas después de la publicación a la que hago referencia, se presentaron los obreros comisionados, quienes resolvieron el problema. Agradezco al diario por haber publicado mi pedido.

Cristina Roda

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