Tucumán y la defensa antiaérea pasiva

Tucumán y la defensa antiaérea pasiva

PRIMERA PLANA. Los ejercicios de oscurecimiento compartían la tapa del diario con las noticias que venían desde Europa sobre la continuidad de la guerra. PRIMERA PLANA. Los ejercicios de oscurecimiento compartían la tapa del diario con las noticias que venían desde Europa sobre la continuidad de la guerra.
11 Diciembre 2018

> HOJEANDO EL DIARIO

MANUEL RIVA

LA GACETA

El mundo estaba en guerra. Europa, el Pacífico, Asia, Oceanía y el lugar del mundo que uno pueda imaginar era un campo de batalla. Aunque nuestro país era neutral, la guerra afectaba la vida de los argentinos. Corría diciembre de 1943. Ante la amplitud que había tomado el conflicto, las autoridades locales decidieron realizar un “oscurecimiento”. El procedimiento consistía en impedir que desde el aire se puedan ver las ciudades y por ende las fábricas por parte de la aviación enemiga. Esta metodología, usual en Inglaterra y en Alemania, se extendió a otras latitudes. Se hacía de noche y consistía en bloquear la salida de luz de viviendas, negocios, plantas fabriles, estaciones de trenes, así como la iluminación de las calles de tal manera que la ciudad no pueda ser vista desde el aire. Pero se procuraba que la actividad siga con normalidad. Más acá en el tiempo, muchos recordaran aún los oscurecimientos que se realizaron cuando el conflicto con Chile hacia fines de 1978.

Volvamos a 1943. Se hicieron tres “obscurecimientos”. El primero, en la noche del 7 de diciembre y bajo el título: “media hora duró el primer ejercicio de defensa antiaérea pasiva” se informaba desde nuestras páginas. En la bajada decía: “dentro de la zona del ensayo el obscurecimiento fue total”, y agregaba: “se observaron algunas infracciones de parte de vecinos, que dejaron filtrar la luz de sus domicilios”.

El punto de observación que tomaron las autoridades para evaluar el proceso fue la azotea de la Caja Popular. Nuestra crónica señalaba que la zona comprendida para el procedimiento estaba delimitada por las avenidas Mitre, Sarmiento, Soldati y calle Crisóstomo Álvarez.

Las autoridades del Comando de V Región Militar coordinaron el evento. “El ensayo se hizo extensivo a los talleres ferroviarios de Tafí Viejo, ingenio Concepción, cuarteles militares, depósitos de agua y otros lugares señalados como de valor estratégico, dentro del plan de defensa previsto”, se cronicaba.

PRIMER ENSAYO. En la foto que acompaña la noticia se podía ver los ómnibus de línea con las ventanas bloqueadas por medio de cortinados. PRIMER ENSAYO. En la foto que acompaña la noticia se podía ver los ómnibus de línea con las ventanas bloqueadas por medio de cortinados.

Protección

El coronel Emilio Faccione expresó: “la defensa antiaérea debe ser motivo de una de nuestras mayores preocupaciones pues interesa a los individuos. Interesa al Estado, que debe prever y obrar, protegiendo a la población y asegurando el funcionamiento de los equipos de salvataje, el abastecimiento de víveres, la evacuación de los habitantes, etc; a las grandes empresas privadas a quienes incumbe proteger sus propias plantas de producción, almacenamiento y distribución como asimismo a su personal; a todos los propietarios de inmuebles, que deben velar por la seguridad de sus locatarios; al pueblo, en fin, que debe obedecer las disposiciones que se dicten en su beneficio y cuya eficiencia depende de la disciplina con que sean cumplidas”.

El militar, al hablar de la finalidad del ejercicio, destacó la importancia de Tucumán como “centro vital del norte argentino” y agregó: “el propósito es instruir a la población y contribuir a formar el hábito de los habitantes de afrontar los bombardeos. También se trata de ejercitar al personal de los servicios públicos en sus tareas concretas”.

La alerta se dio a las 21.10 con el toque de las sirenas y de otros medios acústicos, como las campanas de las iglesias. Unos 40 minutos después cesó y concluyó aquel primer ejercicio. Poco más allá de las 22, la ciudad volvió a su ritmo normal.

Tardanzas

En el primer parte sobre el oscurecimiento se indicaba que algunos establecimientos de la plazoleta Mitre tardaron en ajustarse al procedimiento y mantenían sus luces visibles desde fuera. De igual manera algunas viviendas de Marco Avellaneda al 200 también se retrasaron en el procedimiento.

Otro que generó problemas fue un “colectivo de la línea J, cuyo chofer se negó a cumplir las disposiciones”. En la estación del Central Córdoba, “el obscurecimiento fue completo”. El mayor Lobo, en un avión del Aero Club sobrevoló la zona para “tomar impresiones sobre el ejercicio”.

La luz de la Luna iluminaba la noche y el avión sobrevoló la capital, Tafí Viejo y los Cuarteles. Nuestros cronistas, que se apostaron en varias zonas, relataron que la población adhirió “con gran espíritu” e invitaban “a la reflexión sobre el valor de estos eventos ante la posibilidad de que los hechos reales y trágicos ocurrieran”.

SEGUNDO ENSAYO. Arriba se puede ver a las autoridades durante el simulacro. Debajo se observa el público en la esquina de Maipú y Mendoza. SEGUNDO ENSAYO. Arriba se puede ver a las autoridades durante el simulacro. Debajo se observa el público en la esquina de Maipú y Mendoza.

Segundo simulacro

En la noche del 10 de diciembre se realizó el segundo ejercicio. En esta oportunidad se efectuaron tareas de rescate para perfeccionar el accionar de los bomberos y demás servicios públicos. La alarma fue disparada pasadas las 21 y se extendió por más de media hora. Las estaciones de tren y demás negocios y viviendas fueron controladas por las autoridades.

De igual manera que en el primero de los ejercicios el avión del Aero Club evolucionó sobre la zona y lanzó “luces de bengala con colores convencionales” donde veía alguna luz.

La observación estuvo a cargo del capitán Fernando González. En Crisóstomo Álvarez y Ayacucho hubo un simulacro de incendio, apagado por los bomberos bajo supervisión militar. Otro incendio simulado se hizo en los galpones del Central Argentino.

Se controló que los talleres y depósitos de los ferrocarriles estuvieran oscurecidos pero que dentro se trabajara con normalidad. Los ómnibus llevaban cortinados negros.

En Tafí Viejo el operativo abarcó el ejido municipal y los talleres. En estos se realizaron dos simulacros de incendio que fueron sofocados por los bomberos. Además, se ensayó un rescate y auxilio de heridos por parte del cuerpo de sanidad de los talleres.

TERCER ENSAYO. Las imágenes muestran distintas acciones realizadas durante los operativos, tanto en esta ciudad como en los talleres de Tafí Viejo. TERCER ENSAYO. Las imágenes muestran distintas acciones realizadas durante los operativos, tanto en esta ciudad como en los talleres de Tafí Viejo.

Tercer simulacro

El 14 de diciembre se llevó a cabo el tercer y último operativo de defensa antiaérea pasiva. Unos 15 minutos antes de las 22 sonó la alarma general y la ciudad fue quedando a oscuras para no sea detectada desde el aire.

Hubo cuatro simulacros de incendios. El primero, en un baldío de la ochava sudeste de Muñecas y Santa Fe, donde se quemó una casilla de madera. El segundo fue sobre Crisóstomo Álvarez casi esquina Moreno donde se estaba demoliendo una vieja casona. Este simulacro comprendía un incendio y un derrumbe. La actuación se volvió realidad cuando el bombero Carlos Díaz, que estaba combatiendo el fuego, sufrió un desmayo debido al humo, por lo que tuvo que ser retirado del lugar y atendido en la Asistencia Pública.

El tercer foco “ficticio” fue el más realista ya que se aprovechó que se estaba demoliendo la casona Leston, donde luego se construyó el cine Plaza, hoy teatro Mercedes Sosa, y se provocaron incendios en el segundo piso y en la azotea.

Decía la crónica: “por la intervención de las distintas dotaciones destacadas, de extinción, remoción de escombros, apuntalamiento de paredes, atención de heridos y víctimas de los gases, en este ejercicio se pudo apreciar la eficacia de las maniobras preparadas y la eficiente organización de los servicios”.

La descripción del operativo indicaba que el fuego fue extinguido en 15 minutos tras lo cual ingresaron las cuadrillas de remoción de escombros y apuntalamiento, al tiempo que los equipos de rescate extraían a los dos “heridos” que habían quedado en el lugar y los llevaron a la calle donde recibieron atención médica.

Todos los presentes estaban provistos de máscaras antigás debido a la preocupación que había por entonces en los bombardeos químicos, que tantos estragos produjeron durante la Primera Guerra Mundial.

Incendios

Tras el operativo, los bomberos volvieron a ingresar para apagar pequeños focos de fuego que habían quedado. Uno de los efectivos, Valentín Galarza, no se dio cuenta del retiro de una baranda y cayó desde una escalera. Se golpeó en diversas partes del cuerpo, así que lo llevaron al hospital donde quedó internado. Se recuperó sin mayores consecuencias.

El cuarto y último incendio se produjo en la zona del parque 9 de Julio en el cruce las avenidas Soldati y Benjamín Aráoz. En el lugar una pequeña casilla de madera fue presa de las llamas para que los bomberos ensayen sus maniobras sobre el fuego.

Tafí Viejo también fue parte del operativo debido a su cercanía a la capital tucumana y por la presencia de los talleres ferroviarios.

Uno de nuestros cronistas consideró: “por la forma en que se desarrollaron, haciendo intervenir diversos elementos, los ejercicios dieron a la población una más aproximada visión de lo que es la vida nocturna en las ciudades que son elegidas como blanco de los ataques de la aviación enemiga”.

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