A 70 años de la declaración universal forjada por mujeres

A 70 años de la declaración universal forjada por mujeres

El histórico pronunciamiento de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, de 30 artículos, fue firmado el 10 de diciembre de 1948.

A 70 años de la declaración universal forjada por mujeres
09 Diciembre 2018

La vigencia de los derechos humanos es todavía una deuda para muchos países asediados por la guerra, el autoritarismo y la pobreza, al cumplirse 70 años de la declaración universal firmada en París el 10 de diciembre de 1948.

Este documento, adoptado por las Naciones Unidas en su resolución 217, fue suscripto tras la Segunda Guerra Mundial y de los juicios de Nüremberg para condenar los delitos de lesa humanidad perpetrados por el nazismo.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue redactada por un grupo de mujeres, entre las que se encontraba Eleanor Roosevelt, esposa del presidente de EEUU Franklin Delano Roosevelt.

El documento tiene 30 artículos referidos a los derechos básicos, a partir de la llamada carta de San Francisco del 26 de junio de 1945.

Si bien la Declaración constituye un texto orientativo, los pactos son tratados internacionales que obligan a los Estados firmantes a cumplirlos. Pero esto no sucede muchas veces en la practica.

“Fue el instrumento fundacional de los derechos humanos. El tiempo y la historia transformaron la Declaración en una suerte de constitución universal. Todo lo que se hizo después fue un derivado del contenido de esa declaración”, sostiene Leandro Despouy, ex relator de la ONU para la independencia de la justicia y las leyes.

Despouy señaló, además, que la Declaración “fijó los cimientos de un mundo multilateral de cooperación entre los Estados, el reconocimiento de los individuos y una nueva construcción de la paz”.

El documento proclamó los derechos inalienables de todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimientos.

Aunque aún queda un largo camino que recorrer, gracias a este digesto se sentaron las bases para un mundo más justo e igualitario.

“¿Dónde empiezan los derechos humanos universales? En pequeños lugares, cerca de casa; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa. Si esos derechos no significan nada en estos lugares, tampoco significan nada en otra parte. Sin una acción ciudadana coordinada para defenderlos en nuestros entornos, nuestra voluntad de progreso en el resto del mundo será en vano”, advirtió Eleanor Roosevelt.

La primera dama de Estados Unidos entre 1933 y 1945 fue nombrada delegada ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1946 por el presidente estadounidense Harry Truman. Su papel fue vital en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en un momento de grandes tensiones entre la ex Unión Soviética y Occidente, hasta tal punto que en 1968 se le concedió de manera póstuma el Premio de las Naciones Unidas en la Esfera de los Derechos Humanos.

Otra de las mujeres que colaboraron en la redacción fue la india Hansa Mehta, defensora de los derechos de la mujer.

A Mehta se le atribuye el mérito de cambiar la frase de “Todos los hombres nacen libres e iguales” por “Todos los seres humanos nacen libres e iguales” en el artículo 1 de la declaración.

La francesa Marie-Helene Lefaucheux, presidenta de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en 1948, defendió la inclusión de una mención a la no discriminación sexual, consagrada en el artículo 2. Gracias su intervención, el texto dice: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.

Otra mujer que tuvo influencia fue Minerva Bernardino, diplomática y líder feminista de República Dominicana, quien en las deliberaciones incluyó “la igualdad de los derechos de hombres y mujeres” en el preámbulo del histórico pronunciamiento.

Bernardino, la brasileña Bertha Lutz y la uruguaya Isabel de Vidal, desempeñaron una función especial en la defensa de la inclusión de los derechos de la mujer y la no discriminación sexual en la Carta de la ONU. (Télam)

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